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Desde que la casa de la calle de Santa Cándida abrió las puertas, ahora hace un año, la vivienda se ha convertido en un punto de visita obligada, no sólo para los turistas que llegan a la ciudad sino también para los ciudadanos de Benicarló, incluidos los escolares, que han podido contemplar de primera mano como era la vida cotidiana de la gente que vivía en la ciudad a finales del siglo XIX.
En total, han sido 2.701 las personas que han visitado la casa museo (2.146 dentro del horario habitual y 555 distribuidos en grupos concertados). La media de personas por cada visita ha sido de 34 en los 79 días que ha estado abierta.
La casa museo de la calle de Santa Cándida se conserva todavía como la típica vivienda benicarlanda de finales del XIX, donde la agricultura tenía un papel esencial y donde el trabajo en el campo marcaba, no sólo la manera de vivir, sino también una determinada tipología de arquitectura popular urbana.
La casa tiene una entrada amplia, con cabida para el lagar, el matxo y todo tipo de herramientas para el campo; una primera planta para la cocina y la despensa y una segunda planta reservada para las alcobas. Todas las estancias se han podido ambientar, gracias a las donaciones de muchos ciudadanos de Benicarló, con los elementos típicos que configuraban el día a día de los habitantes de la casa.
Hay una persona a cargo de la casa museo que se ocupa de las visitas dentro del horario de apertura (viernes, sábado y domingo de 10.30 a 13.30 y de 17 a 20.30 h). Para grupos fuera de este horario, se pueden concertar con antelación las visitas dirigiéndose al Mucbe.
