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jueves, 28 de marzo de 2024 | Última actualización: 14:45

Expertos advierten que la rehabilitación cardíaca evita uno de cada tres infartos de repetición

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El 90% de los infartos de miocardio son prevenibles controlando los factores de riesgo cardiovascular

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El alta tras un infarto de miocardio es un paso intermedio en la recuperación que no siempre se entiende así. Existen errores que pueden llevar a sufrir un segundo infarto.

"No realizar cambios en las costumbres y en el estilo de vida, dejar el tratamiento farmacológico prescrito por sentirse bien, abandonar el deporte al pensar que uno ya es activo y "no para" y volver al tabaco al pensar que uno puede controlar el consumo" son, según afirma el doctor Victor Girbés, cardiólogo del Hospital Vithas Nisa Valencia al Mar y presidente del Instituto Valenciano del Corazón (ISVACOR), los errores más comunes.

Supervisión médica

Además de ejercicio físico supervisado por profesionales, la rehabilitación cardíaca comprende cambios en el hábito de vida y la dieta, así como el autoconocimiento de uno mismo y de la enfermedad cardiovascular. "La rehabilitación cardíaca (RHC) es la medida más eficaz para prevenir la reaparición de la enfermedad cardiovascular. Es capaz por sí misma de reducir más de un 30% el reinfarto", afirma Girbés. Además, mejora la capacidad física, disminuye el estrés y la ansiedad.

Conviene hacer hincapié en que la RCP va más allá del mero entrenamiento físico, que, de hecho, se ofrece en algunos gimnasios. "Para una correcta rehabilitación se necesita un personal entrenado con fisioterapeutas formados para la actividad, un cardiólogo supervisor y unas instalaciones adecuadas con pulsómetros, bicicletas estáticas, pesas de varios tipos, etc..."

Prevenir el infarto

Nueve de cada diez infartos de miocardio son prevenibles controlando los factores de riesgo cardiovascular. Es decir, y según asegura la Organización Mundial de la Salud (OMS), siguiendo una dieta equilibrada, realizando actividad física y abandonando el consumo de alcohol y tabaco.

La enfermedad cardiovascular es la principal causa de muerte en el mundo, muy por delante, por ejemplo, del cáncer. Un 50% de los pacientes con infarto agudo de miocardio (IAM ) muere antes de llegar al hospital.