Acabo de leer las Memorias del Rey Padre -como ahora prefiere que se le llame- en su versión francesa que Don Juan Carlos escribió en colaboración con Laurence Debray. El libro aparecerá traducido al español y editado por Planeta, en los próximos días. No dudo que será un best seller pues se trata de una obra muy entretenida, fácil de leer y con considerables claves de la historia de España de al menos el último siglo.
Don Juan Carlos confiesa haber decidido escribir sus memorias contraviniendo el consejo de su padre y la tradición monárquica en que ningún otro Rey había emprendido semejante empresa. Y lo hizo para corregir la falsificación que entre políticos, periodistas y falsos historiadores estaban operando de su propia biografía centrándola exclusivamente en pecados del sexto mandamiento y en supuestos fraudes financieros ignorando lo mucho que hizo para transformar la España aislada y depauperada que recibió y la moderna y democrática que legó a su hijo Don Felipe y a todos los españoles.
Quien se acerque a "Reconciliación" creyendo que va a descubrir la verdad sobre los secretos de alcoba quedará profundamente defraudado. Don Juan Carlos -con buen criterio- pasa página y salta sobre el asunto con una corta sentencia en la que afirma "la prensa me ha atribuido decenas de relaciones extra conyugales, la mayor parte de ellas ficticias". Ahí queda todo, ni un solo nombre, ni una explicación; tan solo excluir que Diana de Gales o Sara Montiel tuvieran algo que ver con él.
La parte más interesante de la biografía es la que transcurre desde que Don Juan decide enviar a Juan Carlos a los diez años, a España para instalar una pica monárquica en la dictadura franquista en el entendimiento de que la continuidad monárquica debía asegurarla el legítimo heredero, hasta el momento de la renuncia a trono de Don Juan Carlos en favor de su hijo Don Felipe. Pasando naturalmente por el nombramiento de sucesor a la Jefatura del Estado a título de Rey, hecha por Franco en 1969 y la ulterior renuncia de Don Juan ocho años más tarde.
Se ha hablado mucho de que las Memorias son muy críticas con la reina Letizia lo que no es cierto. Mas acertado sería decir que la excluye casi totalmente de comentarios, incluso en la dedicatoria inicial. Sin embargo la única ocasión en que la menciona es para decir que durante los funerales de Isabel II, "Doña Letizia estuvo amable y atenta ayudándome a levantarme y sentarme cada vez que la ceremonia lo requería".
La verdadera "reconciliación" del título va referida a la que trata siempre con cariño, admiración y respeto y cuya compañía es la que más echa de menos en su exilio de Abu Dhabi: la Reina Sofía.
Y también con Don Juan de quien tiene la mala conciencia de haberle excluido del trono. Si de lo que se trataba era de reponer la Monarquía en España, resultaba bastante evidente en aquellos momentos que entre Franco y Don Juan no había la menor posibilidad de entendimiento y que el General hubiera buscado alguna alternativa monárquica antes que entregar la sucesión a la persona que había criticado con dureza el régimen franquista en Lausana, pidiendo su renuncia en favor de la restauración monárquica en la persona de Don Juan. Don Juan Carlos siempre respetó la figura de su padre a quien aseguró, como también para su madre, un funeral real.
Son de gran interés los capítulos referentes a los seis presidentes que gobernaron durante sus 39 años de reinado, de los que hay que subrayar el particular afecto y entendimiento mostrado hacia Suárez y González.
En los últimos capítulos y a raíz de la participación en los funerales de su prima Isabel II - con gran boato- y por contraste con el de su cuñado Constantino, privado incluso de su nacionalidad griega, se desvelan las principales preocupaciones del Rey padre en estos momentos: volver a vivir a España y poder tener, cuando le llegue la hora, un funeral digno del Rey que fue durante cuatro décadas.
Para quien esto escribe, el libro tiene un interés añadido. Don Juan Carlos fue mi Rey durante casi toda mi carrera. Tuve el privilegio de recibirlo junto con la Reina, en Nueva York, en Túnez, Sofia y Bruselas y de acompañarles en viajes oficiales por Europa Central y Oriental. En esos años y ocasiones, los Reyes dieron muestras de su gran talla profesional, de su simpatía y afabilidad.
Por el respeto mostrado hacia Franco, por sus sentimientos respecto al 23-F y el 11-M, por lo que puede entenderse entre líneas de sus relaciones con cada miembro de su familia en particular con Don Felipe, la polémica está servida. Incorporese usted a ella con conocimiento de causa. No se pierda "Reconciliación"


































