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El President de la Generalitat, Ximo Puig, ha anunciado que este miércoles, 14 de diciembre, mantendrá una reunión con el nuevo ministro de Fomento, Iñigo de la Serna, en la que le planteará "con total rotundidad" la necesidad de un plan específico para la puesta en marcha del Corredor Mediterráneo.
En este sentido, ha reclamado el Gobierno central un "cambio de actitud", ya que la falta de esta infraestructura está "castigando con claridad" a la economía de la Comunitat Valenciana.
Puig ha clausurado la jornada sobre el Corredor Mediterráneo organizada por Ferrmed y la Fundación Pro-AVE, en la que también han participado el alcalde de Valencia, Joan Ribó y los presidentes de estas asociaciones.
En su intervención, el jefe del Consell ha explicado que los dos principales ejes a los que deben ahora dirigirse los partidarios del Corredor Mediterráneo son Europa, por una parte, y Madrid, por la otra.
En cuanto al Gobierno español, Puig ha asegurado que tanto la Comunitat Valenciana como las otras regiones del arco mediterráneo están "claramente posicionadas" a favor de esta conexión ferroviaria, y ha recordado que hay "grandes empresas españolas que están muy pendientes" del desarrollo de la infraestructura.
Puig ha pedido que se cumplan los plazos para que la primera fase del tercer carril esté en funcionamiento, pero ha remarcado que el Gobierno valenciano no se conformará con esa "solución provisional".
Es por ello que ha asegurado que el Ejecutivo valenciano va a "mantener su exigencia" e intentará sumar "agentes reivindicadores para que, por parte del Gobierno de España, se tomen decisiones".
En cuanto a la posición la Unión Europea, Puig ha asegurado que en Bruselas siempre ha encontrado "más compresión que en Madrid". No obstante, también ha exigido un cambio en la política económica europea, para lo que sería fundamental el desarrollo del corredor.
Boira destaca la implicación de la sociedad y de la Administración autonómica
Por su parte, el secretario autonómico de la Conselleria de Vivienda, Obras Públicas y Vertebración del Territorio, Josep Vicent Boira, que también ha participado en la jornada, ha expuesto algunas de las iniciativas de la sociedad valenciana para destacar la importancia que tiene el Corredor Mediterráneo para la Comunitat Valenciana y la necesidad de "mayores inversiones y una gestión adecuada". Así, ha recordado iniciativas como el Fórum Valencià pel Corredor Mediterrani impulsado por el actual gobierno valenciano, la web de AVE (Asociación valenciana de empresarios), el Congreso del Corredor Mediterráneo organizado por las cinco universidades valencianas o el Fórum Europeo de Bruselas. Esto demuestra, a su juicio, la implicación de la sociedad civil valenciana y la Administración autonómica, que además, también se evidencia en los debates y las iniciativas presentadas en Les Corts o en el Congreso de los Diputados.
Además, Boira también se ha referido al caso de los ferrocarriles ingleses, uno de los más utilizados del mundo, y que ahora comienza la construcción de su primera línea de alta velocidad. Los responsables de la Administración británica han proyectado una línea de alta velocidad con plataforma separada en los tramos de alta saturación y conectan las grandes ciudades de la isla: Londres, Birmingham, Manchester, Liverpool y Glasgow. Es el mismo caso que presenta el Corredor Mediterráneo, que, a lo largo de todo su recorrido, presenta tramos muy utilizados y que conecta grandes ciudades como Barcelona, Valencia, Alicante y Murcia.
La gestión de posterior de la línea es igual o más importante que las obras
Por último, el secretario autonómico también ha expuesto los datos de los viajeros, que a lo largo de estos años, han utilizado las principales vías ferroviarias. De esta manera, se demuestra que la línea de pasajeros con más potencial del Estado es la que recorre el corredor mediterráneo, conectando Murcia, Alicante y Valencia y, a su vez, estas con Barcelona y Tarragona. Sin embargo, Boira ha lamentado que "es la única que no es de alta velocidad y se mantiene igual que hace 20 años".
"Cuando se pongan en marcha los tramos clave, como la variante de Tarragona o el Valencia-Castellón provocarían una reducción considerable de los tiempos de viaje" y, por tanto, esto supondría que RENFE "debería aumentar sus frecuencias para dar servicio a la demanda, en tramos ya de por si saturados". "La gestión de la línea es igual o más importante que las propias obras; el día siguiente la línea debe estar preparada para dar el servicio que los valencianos necesitan", ha indicado.
