Solo un pacto institucional puede defender a la provincia de Castellón de la despoblación y la pérdida de identidad
El pleno del estado de la provincia celebrado en la Diputación se saldó con mucho discurso, pero pocas discrepancias de fondo sobre el papel de la institución provincial. En la superficie, las críticas políticas, que tenían que estar. Pero en el fondo, el consenso de que hacen falta consensos y pactos institucionales para frenar la despoblación y mejorar los servicios con el fin de mantener la identidad del territorio, eso sí, desde la ‘lealtad’ que no todos valoraron de la misma manera.
Esperanza Molina/ Laura Calles/ Castellón Información
Tercer y último debate sobre el estado de la provincia en esta legislatura, en el pleno de la Diputación, donde no faltaron las críticas, la mayor parte de ellas, en ‘falsete’; la declaración de necesidades que más o menos compartían todos los grupos, y las declaraciones que consolidan el papel de la Diputación como institución. Este detalle fue importante, en el sentido, de que si algo definió el discurso de los diferentes partidos cuando comenzó la legislatura, fue en la solicitud reiterada para su desaparición.
Para Castelló en Moviment, porque procedía, de un sistema totalitario y obsoleto. Para Compromís y PSOE, porque sobraba y “no era directamente democrática”, y para Ciudadanos, en diferente línea, porque no se comprendía su sentido cuando la propuesta general del grupo naranja pretendía sumar pueblos e instituciones para simplificar al máximo la administración.
Por ese motivo, con todas aquellas declaraciones en la memoria, llamaba la atención que, lejos de repetir los discursos, los diferentes grupos optaron por un “si, pero” a la Diputación. Es decir, la Diputación como tal tiene su sentido, aunque posiblemente habría que estudiar fórmulas más democráticas y participativas.
Dicho esto, fue un pleno aburrido y con mucho discurso, en el que no faltaron alusiones, a la Piscina y al Hospital Provincial, algún recuerdo ‘bien intencionado’ para Carmen Montón “que tanta gloria lleve como paz deja” (Sales); e incluso una despedida en todo orden de Ciudadanos a Moliner: “que tenga mucha suerte allá donde esté”, a lo que el presidente respondió con una sonrisa, “tranquila que aún me queda”.
Pero hubo algunos temas que protagonizaron el pleno: fundamentalmente, la despoblación de la provincia, pero también, las infraestructuras, el Plan Castelló 135, el empleo y la necesidad de pactos institucionales.
Moliner: “Hemos sido un oasis de acuerdo y moderación en medio de un ambiente de continua crispación"
Abrió la sesión el presidente Javier Moliner, quien realizó un resumen de los objetivos y pretensiones que se han intentado lograr en esta legislatura, donde el punto de partida ha sido siempre buscar el consenso: “Hemos sido un oasis de acuerdo y moderación en medio de un ambiente de continua crispación, y eso ha ayudado a mejorar aún más la provincia de Castellón. Hemos ido de la mano de todos los grupos políticos con los que hemos llegado a 250 acuerdos por unanimidad en temas tan importantes como los planes provinciales con el Castellón 135, el Plan WIFI o los planes de formación continua, y eso contribuye a ser más útiles a nuestra sociedad y contribuir a su crecimiento”.
En ese sentido, Moliner ha detallado los indicadores económicos que definen “una radiografía económica que deja una foto mucho más positiva de la que teníamos hace siete años. No nos atribuimos el mérito de ese crecimiento, pero sí nuestra contribución al mismo, consolidando la Diputación como una Administración no protagonista, pero sí útil para una provincia protagonista”.
Indicadores económicos
Entre los indicadores económicos señalados por el presidente en ese análisis de la provincia figura la evolución positiva del 35% de las exportaciones, el incremento del 23% de empresas exportadoras, la creación de 14.700 puestos de trabajo con un descenso de 12 puntos del desempleo y el incremento de la actividad turística. Ese comportamiento provincial de los últimos siete años ha ido acompañado de una evolución muy positiva de la gestión económica de la Diputación, que ha incrementado su presupuesto en 24 millones de euros (de 111 en 2011 a 135 en 2018) y ha disminuido a cifras de mínimos la deuda que ascendía a 140 millones en 2011 y que prevé reducir a cero en 2019, manteniendo un periodo medio de pago a proveedores de 12 días.
“Hemos querido sanear al máximo la situación económica de la Diputación y volcar toda su capacidad inversora en aquello que los ciudadanos entendieran que era lo prioritario. Han sido la promoción económica y la lucha contra el paro las que más han aumentado sus recursos, en un 200% porque somos una administración no protagonista sino útil. No somos un obstáculo para el crecimiento sino unos facilitadores de ese crecimiento”.
Consolidada valoración ciudadana y orgullo de pertenencia
Tras la explicación de las cifras que definen el comportamiento económico de la institución y la provincia, el presidente Moliner ha señalado que “todas esas cifras se trasladan a la percepción de los ciudadanos. Hemos conseguido que tengan una percepción mucho más amable de la que tenían desde hace unos años y dos de cada tres ciudadanos de la provincia valora a la Diputación como útil o muy útil”.
A esa consolidada valoración ciudadana hacia la Diputación ha contribuido además el trabajo del Gobierno Provincial por la transparencia y la participación, ya que tal y como ha señalado Moliner “hemos querido ir por delante, siendo referente en innovación y transparencia y participando activamente en todos los foros nacionales de innovación y transparencia”.
Unos datos a los que hay que sumar el sentimiento de orgullo de pertenencia de los castellonenses con la provincia, “plenamente asentado y compartido por la práctica totalidad de la población. La encuesta provincial que hemos realizado nos indica que el 95% de los castellonenses está de acuerdo con la afirmación de que Castellón es un buen lugar para vivir, y manifiestan una absoluta identificación tanto con su pueblo o ciudad como con su provincia”.
Poner en el foco político la despoblación
Introducir en la agenda política la problemática de la despoblación ha sido otra de las claves más destacadas en el Debate sobre el Estado de la Provincia.
“Si todo el trabajo que estamos haciendo desde la Diputación desde que presentamos el programa Repoblem en 2014 cuando nadie hablaba de la despoblación es precisamente eso, introducir en el debate político esta problemática tan grave de nuestra provincia. Porque la población en nuestro territorio es una apuesta de futuro. Esta provincia tiene la capacidad que tiene gracias a haber mantenido su diversidad. Y eso lo salva la gente, y en tanto en cuanto se pierda la población, también se pierde la diversidad. Por eso queremos mantenerla, y para trabajar en ello necesitábamos dos alianzas, con los ayuntamientos y con las personas”.
En ese sentido, el plan de acción #Repoblem de la Diputación ha generado ayudas directas, ha generado recursos como les escoles matineres o las unidades de respiro familiar, ha contribuido a generar más oportunidades en el interior mediante los Centros Cedes, los informadores turísticos, Castelló Ruta de Sabor, Castellón Escenario Deportivo y ha contribuido a dinamizar el interior con subvenciones a actividades y programas culturales, además de con el programa de viajes para mayores Castellón Sénior.
Terminado este discurso, comenzaron las intervenciones de los diferentes grupos
Iñaki Vallejo, de Castelló en Moviment, fue el más crítico de todos, porque volvió a indicar que, para su grupo, de filosofía municipalista, las Diputaciones sobran… No obstante, y puesto que están, si reconoció que había habido aciertos, aunque siempre se podría haber hecho más.
Por parte de Ciudadanos, su portavoz, Cristina Fernández, también dio una de cal y otra de arena. Ahora que Ciudadanos y PP se encuentran en la oposición en el Congreso y no mantienen un ‘pacto oficial’, tocaba un difícil baile sobre el alambre. Felicitar a Moliner por la forma en la que ha desarrollado su papel al frente de la institución, pero criticarle que no hubiera aceptado algunas de sus mociones… ofrecer una especie de pacto a los grupos de la Oposición, para convertirse, al mismo tiempo, en la barrera que no cederá en la defensa del bilingüismo y la identidad propia frente a los nacionalismos…
Xavier Trenco, de Compromís, también se mantuvo en su línea… porque también reconoció que ciertas iniciativas del equipo de Gobierno habían sido positivas… entre ellas, el Plan Castellón 135, que ha permitido a los Ayuntamientos poder gestionar de forma más directa los presupuestos provinciales. Aunque, al tiempo, también recordó que los ayuntamientos, sobre todo los más pequeños necesitaban siempre mejores servicios.
Trenco abordó la iniciativa Ruta del Sabor, que dijo, deberían gestionar directamente los ayuntamientos; recordó la falta de infraestructuras, que el Gobierno de Rajoy no resolvió, y los cercanías, tan necesarios para la zona norte. Echó de menos que no se hubieran abordado temáticas sobre el tratamiento de purines, y acusó a la Diputación de falta de transparencia, porque no podía acceder a los archivos de gestión, porque se desarrolla todo ello mediante un sistema informático.
Y por parte del PSOE, Toni Lorenzo también protagonizó un discurso tranquilo. Defendió la existencia de la Diputación, aunque, aunque debería convertirse en una entidad de coordinación municipal, directamente representada en función de votos directos, y no como ahora, por la elección de representantes de los partidos judiciales.
Valoró positivamente el Plan 135, y llamó la atención sobre el acuciante problema de la despoblación de la provincia de Castellón, que según los indicadores, puede sufrir más que otras zonas la disminución de la población, y definió el programa Repoblem como “un cajón de saastre” en el que cabe casi todo.
Por parte del equipo de Gobierno, el portavoz fue Vicente Sales, quien aprovechó el turno para recordar al PSOE, que ahora que ha cambiado el Gobierno en el Congreso, Sánchez no debería caer en sectarismos, ni frenar las políticas de recuperación.
El vicepresidente puso de relieve que la Diputación de esta legislatura ha batido todos los récords de inversión y la forma de actuar a través de la vía del consenso. También reprochó al portavoz de Compromís, que hablara de falta de transparencia, cuando era incapaz de acceder a los archivos de documentos de todos los temas tratados, para los que solicitaba continuamente permiso de entrada sin acabar de hacerlo.
Entre Sales, Lorenzo y Moliner, hubo andanadas de todo tipo. Comentarios y recordatorios, alusiones a “la lealtad”, que cada uno de ellos interpretó a su manera. Para el PSOE, esa lealtad se demostraba trabajando por la provincia y, para ello defendió la gestión de la actual ministra de Sanidad, Carmen Montón. Por parte del PP, una llamada a los acuerdos “de lealtad”, para resolver problemas, como el generado en el Hospital Provincial.
Y finalmente, una llamada al consenso y un agradecimiento por parte del presidente Moliner a la colaboración manifestada por todos los grupos, desde el deseo de que la política de enfrentamientos se convierta en un pacto institucional para sacar adelante la provincia de Castellón.
