Compromís y CSeM recordaron a Marco que debe su puesto de al Pacto del Grao y PP planteó una ‘cuestión de confianza’
Por primera vez en esta legislatura, la alcaldesa y el PSOE se quedaron solos. En su contra votaron el resto de los grupos: Castelló en Moviment, Compromís, Partido Popular y Ciudadanos que pidieron el cese de su ‘hombre de confianza”, cuyo sueldo era mayor que el de la primera edil municipal, aunque esta reprobación no es vinculante. Compromís y CSeM recordaron a Marco que debe su puesto al Pacto del Grao y PP planteó una ‘cuestión de confianza’
Esperanza Molina /Castellón Información
El pleno ordinario del Ayuntamiento de Castellón fue, sin comparación, el más calentito de esta legislatura. Por primera vez el PSOE y la alcaldesa no solo se quedaron solos en su nombramiento de Lafuente como hombre confianza, sino que fueron acusados de incumplir el ‘Pacto del Grao’, de no informar a sus socios de Gobierno y de haber hecho ‘un traje a medida’ para quien, según todas las apariencias, habría renunciado a su puesto de concejal a cambio de una plaza ‘a medida’, cuya retribución supera incluso a la de la alcaldesa de Castellón.
El público llenaba la sala. Público tan variopinto como lo fueron los temas que se trataron: Los iaioflautas, que iban a intervenir como concejal 28; los estibadores, a la espera de la declaración institucional que apoyaba sus derechos; público de las fiestas por un tema que no llegó a presentarse; músicos de la Banda Municipal, para escuchar la comparecencia de Verónica Ruiz, y miembros de Compromís, movilizados para apoyar a su concejal de Cultura.
Con tanto público, los lucimientos de los concejales se adecuaron a la expectación del momento.
Moción contra ‘la confianza’ de la alcaldesa
La crítica al nombramiento del director de la Oficina de Planificación y Proyección Económica del Ayuntamiento de Castellón, Juan Ángel Lafuente, por parte de la alcaldesa de Castellón, fue capaz de poner de acuerdo a propios y extraños en el pleno del Ayuntamiento de Castellón.
Y es que, aunque el bipartito y sus socios de Gobierno habían estado de acuerdo en dotar extraordinariamente esta plaza, en el nombramiento de una persona ‘de confianza’ y en la urgencia de su convocatoria, tuvieron que enterarse a través de los medios de comunicación sobre quien y en qué circunstancias iba a ser el afortunado elegido para ocuparla.
Así lo explicaron en sus intervenciones los portavoces de Castelló en Moviment, Xavi del Señor, y Compromís, Ignacio García.
El hecho se produjo cuando, por nombramiento de la alcaldesa, un profesor de la UJI, que había integrado la candidatura municipal del PSOE, pasó a ser designado para el puesto. Hasta aquí podía ser aceptado. Pero lo que chirrió en todas las esferas fuera que esta persona ‘de confianza’ renunciara previamente a ocupar su puesto de concejal en la Corporación, como le correspondía tras la dimisión de Carmen Oliver, para aceptar después esta plaza, que conlleva un sobre sueldo bastante notable sobre el que hubiera percibido como concejal del equipo de Gobierno.
Y no era solo eso, tampoco sentó nada bien que los socios de Gobierno, los que ejercen y los que apoyan, tuvieran que enterarse por vía externa cuando el proceso estaba cerrado; y que no se les hubiera consultado previamente sobre el nombramiento.
Sobre esta base y, por la línea de urgencia, Castelló en Moviment presentó una moción de última hora; el PP hizo otro tanto. Ciudadanos presentó una moción diferente pero que para el caso, también estaba en consonancia.
Castelló en Moviment no ocultó su contrariedad desde el primero momento y ya avisó que si la alcaldesa no se retractaba, la llevaría a pleno. Compromís reprobó la acción pero no anunció lo que haría durante la sesión. El Grupo Popular acusó al equipo de Gobierno de ‘contratar a dedo’ con sueldos astronómicos por encima de lo que cobraba la primera edil y hasta el presidente de Gobierno.
Esta tarde, el Grupo Popular, de forma hábil, retiraba su moción, pero manifestaba su apoyo a la presentada por Castelló en Moviment. Y ya todo fue sobre rodado. Fue una ocasión ideal para que los afines a Podemos manifestaran sus críticas sobre las prácticas habituales del PSOE, y sus formas, que se han criticado por activa y por pasiva. Pero también fue una oportunidad de oro para explicar por qué no entraron en su momento a formar parte del equipo de Gobierno municipal.
Xavi del Señor lo plasmó claramente cuando preguntó… ¿Qué creen ustedes que pensará la gente de la calle cuando sepan…” para concluir con aquello de “todos los políticos son iguales”.
Y así, la alcaldesa se las tuvo que escuchar de todos los colores. Porque si hubo algo que no obviaron los suyos y los ajenos, fue recordarle por activa y por pasiva, que ella y su partido no ganaron las elecciones. Que estaba de prestado en el sillón gracias a los apoyos de otras formaciones. Que tenía que rendir cuentas al ‘Pacto del Grao’ que la situó la frente de la Corporación.
Si esa fue la parte más suave de la crítica, para imaginar como fueron las acusaciones que ejercieron desde la oposición del Grupo Popular y Ciudadanos. “Quién renuncia a ser concejal, cuando su partido se lo propuso tras la dimisión de su antecesora en la lista, y acepta ahora un cargo adscrito a la Alcaldía por 90.000 euros al año, no merece estar al servicio de su ciudad”, le dijo el Grupo Popular.
Cristina Gabarda, de Ciudadanos, declaró que el comportamiento de la alcaldesa, en al que se centraron todas las críticas, no había sido moral, ético ni estético. Y le dijo: “Usted ha actuado, como lo ha hecho su Gobierno tantas y tantas veces en esta legislatura, como si tuviese mayoría absoluta. Y no se olvide que no sólo no la tiene, sino que usted no ganó las elecciones. Asuma que tiene que contar, ya no con la oposición, sino con sus socios de Gobierno para tomar ciertas decisiones.”
La acusación de Gabarda fue todavía más lejos al acusar a la alcaldesa de haber intentado que el debate no llegara al Pleno:
“Usted ha intentado por todos los medios que no llegase a este pleno este debate. Ha pedido incluso informes jurídicos pero no han querido avalar su intento de censura. Usted no quería que le hiciésemos la cara roja, no quería que se viese que está totalmente sola en esta decisión, usted ha intentado censurar un debate y eso es algo muy grave en una democracia. Usted ha demostrado una actitud que recuerda a épocas pasadas.
Pero, lo siento, añadió, no ha podido con el Derecho ni con el derecho del resto de grupos de decirle las verdades a la cara. Y tendrá que aguantar como, no ya la oposición, sino todos los grupos de este plenario, a excepción del suyo, claro está, reprueban sus acciones. Y veríamos qué diría la gente de su partido si no existiese la disciplina de voto.”
La única defensa que le cupo a Amparo Marco fue la del concejal de Personal, Toni Lorenzo, que mezcló churras con merinas. Ante la ausencia de otros argumentos metió en el mismo saco los nombramientos del personal de confianza con los funcionarios de carrera. Era la única forma de justificar el sueldo que se había asignado al puesto. Defendió a su compañero de partido, lógicamente, pero acabó por convertir su nombramiento en un manifiesto público en defensa del sueldo de los funcionarios municipales, que nadie había puesto en entredicho.
Terminadas las intervenciones se llegó a la votación que fue concluyente: A favor de la petición del cese del nombramiento de la alcaldesa votaron todos menos el PSOE: Castelló en Moviment, Compromís, Partido Popular y Ciudadanos. El PSOE se quedó en minoría.
El resultado creó revuelo entre los medios de comunicación. ¿qué significa esto? Se preguntaban. ¿El resultado de la votación es vinculante? ¿Obliga a la alcaldesa a cesar a su hombre confianza?. ¿Qué va a pasar ahora con el Pacto del Grao?
No estaban las ideas claras sobre si la alcaldesa estaba obligada o no a cesar a Lafuente. Desde Compromís estaban convencidos de que si, e incluso llegaron a manifestar que la alcaldesa se retractaría y que abordarían la cuestión en la Junta de Gobierno.
Se buscó a la alcaldesa para que diera explicaciones al final del pleno. Y desde su gabinete se aceptó pero se pidió un margen a la prensa. Los periodistas esperaron. Pero cuando acabaron también las intervenciones vecinales, los representantes de los medios se encontraron con el gozo en un pozo. La alcaldesa no compareció. “hoy no toca”, dijo literalmente su jefa de prensa.
Al final se pasó un resumen del dictamen solicitado por el Grupo Socialista para blindar el nombramiento del director de la Oficina de Planificación y Proyección Económica del Ayuntamiento de Castelló. El texto indica: “La moción podrá plantar la propuesta de acuerdo utilizando términos como ‘instar y ‘proponer’ que por este órgano se inicien las actuaciones pertinentes y se adopten los acuerdos correspondientes. En este caso, si se aprobase la moción, no será vinculante para el órgano resolutorio y solo tendrá valor de recomendación”.
Dicho esto, quedaba aclarada parte de la duda. Pese a que la mayoría de la Corporación había respaldado el cese del nombramiento, la alcaldesa podrá mantenerlo en vigor.
Cabe señalar al respeto, que ni Castelló en Moviment ni Compromís indicaron en ningún momento que este tema pudiera poner contra la pared los acuerdos del Pacto del Grao.
Por tanto, el nombramiento seguirá adelante si así lo quiere la alcaldesa y su grupo del PSOE; aunque lo sucedido en el Pleno marcará sin duda un antes y un después en las relaciones de los tres grupos.
Por su parte, la portavoz del Grupo Municipal Popular, Begoña Carrasco, aprovechó la ocasión para solicitar a la alcaldesa que planteara una ‘cuestión de confianza’ para el próximo pleno. Esto es, el equivalente a una moción de Censura.
Dado que el PSOE no tiene mayoría suficiente para gobernar, si sus socios le retiraran su apoyo la alcaldesa podría dejar de serlo.
Pero tal como se presentó esta ‘cuestión de confianza’ habrá que ver que es lo que ocurre en las próximas fechas. Si la alcaldesa se siente respaldada, si se retracta o no en el nombramiento, o si como ya han apuntado sus compañeros de Gobierno y sus socios, esta actuación inconveniente no debe poner en peligro otros acuerdos adoptados en el ‘Pacto del Grao’.
Si fuera así, la alcaldesa podrá proponer o no la cuestión e confianza. Si el PP no la solicita de forma oficial, tampoco estaría obligada a ello. Y si lo hiciera, es posible que tampoco cambiaran las cosas al frente del Gobierno municipal.
En cuanto a Ciudadanos, presentaron una moción para que se limitara el sueldo de los cargos de confianza, de forma que se sitúen por debajo del asignado a la primera edil. Solo los respaldó el PP.
