El Ayuntamiento de Castellón, ya sin la imagen del rey Juan Carlos I, y con una fotografía de Felipe VI, relegada a uno de los laterales, celebró su sesión ordinaria de junio. Los temas más controvertidos fueron, el relativo al nuevo Régimen Urbanístico Transitorio que regulará el urbanismo de Castellón, en tanto se aprueba el Plan General; así como diversas mociones, entre ellas una relativa al Planetario, donde los ediles de uno y otro grupo, se desplazaron a través de la galaxia, y no coincidieron. Por primera vez, tras su inserción en el grupo de no adscritos, tomó la palabra Juan María Calles para recriminar al equipo de Gobierno su desidia ante la ausencia de un Plan General de Castellón. El resto de los grupos cuestionó su intervención, y la portavoz socialistarecriminó al alcalde, que le diera más tiempo del que le correspondía.
Esperanza Molina/Castellón Información
El Ayuntamiento de Castellón se ha levantado hoy menos monárquico. El enorme cuadro de Catalán, con la figura de Juan Carlos I, está colgado en el vestíbulo, con poca luz, y poco visible pese a su tamaño, vigilado de cerca por la estatua de la diosa Atenea. Con una mirada un poco crítica, ese vestíbulo parecía hoy más un trastero (hasta una bolsa de deportes situada detrás de la estatua) que una recepción de honor.
En el Salón de Plenos, por primera vez en décadas, la trasera de la mesa presidencial quedaba ‘desierta’. Si estaba, es cierto, la fotografía de Felipe VI, un retrato remitido desde Madrid, pequeño para la estancia, sencillamente enmarcado, con una imagen juvenil del nuevo monarca. Pero la fotografía estaba relegada a la pared de la derecha, en la entrada del salón, y junto al estrado donde los ediles toman la palabra. Dicho sea de paso, parecía insignificante.
La sensación, era rara. Algunos concejales aprovecharon para hacerse una fotografía donde se veía la foto de refilón, y otros se sintieron un poco más republicanos, si es que ya lo eran, con la nueva decoración.
El Plan General debería haberse revisado hace años
Uno de los puntos cruciales del orden del día fue la solicitud, a la Generalitat Valenciana, para la aprobación de un nuevo documento de Régimen Urbanístico Transitorio, sobre el que se pueda basar la legalidad urbanística de Castellón, en tanto se aprueba el nuevo Plan General.
Calles interviene por primera vez en al legislatura
Como se esperaba, el tema dio para mucho. Por primera vez desde que abandonó el Grupo Socialista y pasó al grupo de no adscritos, y posiblemente, por primera vez en esta legislatura, Juan María Calles tomó la palabra durante la sesión.
Y no se anduvo con rodeos. Acusó al Ayuntamiento del PP, de desidia, de ignorar la realidad jurídica y urbanística de Castellón, y de no haber dado un solo paso para solucionar los problemas provocados por la anulación del Plan General del 2000 en el 2008.
Juan María Calles se explayó durante más de seis minutos en el estrado. Un periodo que fue medido, prácticamente cronómetro en mano, por la portavoz del grupo Socialista, Amparo Marco, que posteriormente recriminaría al alcalde por haberle concedido a Calles un tiempo al que no tenía derecho.
Aunque cada uno desde su peculiar visión del Plan, la oposición coincidió, en que el equipo de gobierno del PP jugó mal sus cartas con el tema del Plan General de Ordenación Urbana.
El PGOU del 2000, aprobado como una revisión del Plan del 84, fue anulado en el 2008 por el Tribunal Supremo, por un defecto de forma, después de varios recursos interpuestos por particulares. La anulación del Supremo sería respaldada hasta en cuatro ocasiones por el Tribunal Superior de justicia, que inicialmente lo había aprobado como bueno.
En realidad, y como también coincidieron todos los concejales, se trata de un defecto de forma, y no de fondo. Es decir, el Supremo no cuestionó si el urbanismo planificado por el Plan de Castellón contenía o no ilegalidades y debía ser cambiado en alguno de sus términos. Pero si hizo hincapié, en que la Ley del Suelo sobre la que se había basado, la LRAU (Ley de Regulación de la Actividad Urbanística), había sido cuestionada nacional e internacionalmente, y señalaba que para que el Plan tuviera todo el respaldo legal debería adaptarse a la nueva Ley del suelo, y ser sometido a exposición pública.
Esto planteaba no pocos problemas al Ayuntamiento. Aunque se adaptó el Plan, en la medida de lo posible a las nuevas normativas, quedaban demasiados flecos pendientes. La exposición pública realizada no satisfizo al Supremo, ni posteriormente al Tribunal Superior de Justicia. Finalmente una tras otras, las sentencias fueron cayendo, hasta llegar a una única conclusión judicial: El Plan General del 2000 estaba anulado por defecto de forma, y cualquier actuación que se hubiera realizado en base a aquella normativa, era también nula de pleno derecho.
El Ayuntamiento, pese a todo, persistió una y otra vez, en afirmar, que había espacio legal para recurrirlo, pidió auxilio a la Conselleria, pero el TSJ tampoco valoró como legal la nueva aprobación autonómica. Para poder mantener la legalidad urbanística de Castellón hubo que redactar un Documento de Régimen Urbanístico Transitorio, respaldado por la Generalitat.
El primer paso para salir de este círculo vicioso, lo dio el alcalde de Castellón Alfonso Bataller a finales del 2012, al anunciar que se iba a consensuar un modelo urbanístico con todos los colectivos profesionales y sociales a través de la convocatoria de los Foros Estratégicos de Urbanismo. Era el punto de partida del Plan General del 2015.
Pero mientras, lo que se ha hecho es modificar el documento de Régimen Urbanístico Transitorio, que dará legalidad a las actuaciones urbanísticas cotidianas, al desarrollo del suelo urbano, pero no permitirá realizar otros planeamientos urbanísticos ni actuar en zona no urbanizada.
La modificación de ese documento, es el que se ha aprobado hoy para que sea remitido a Consellería.
Sea como fuere, de forma o de fondo, la oposición no se ha andado por las ramas a la hora de cuestionar el tiempo perdido en la redacción de un Plan General.
Tanto Calles, como Izquierda Unida y el Psoe, han venido a decir, que si el PP en el Ayuntamiento metió la pata, es su responsabilidad salir de esta. Es más, Juli Domingo, por parte del Psoe, llegó a pedir al Ayuntamiento que dejara el punto sobre la mesa, y que renunciara a los pleitos legales que se mantienen con la zona de Els Mestrets.
Compromís fue el único partido de la oposición, que intentó aportar nuevas razones al asunto. Según Manifestó Nomdedeu, se trata de un tema de ciudad, y como tal, su grupo colaborará para formular un Plan consensuado.
La discusión derivó también en otros temas. Miguel Angel Mulet, concejal de Urbanismo, volvió a abundar en que el Plan del 2000 no era sino una revisión del de 1984; y que incluso habían solicitado un informe jurídico externo para comprobar si tenían razones en sus recursos.
Juli Domingo, por el Psoe, no dejó escapar la ocasión para indicar que, efectivamente el Pgou del 84 lo hizo el Partido Socialista, aunque se olvidó de mencionar, que se trataba de una re aprobación del Plan del 82, gestado en el 79, y que había sido anulado por el Supremo, también por un defecto de forma.
Finalmente, el punto se aprobó con los votos del PP, el Psoe votó en contra, y se abstuvieron Juan María Calles, Izquierda unida y Bloc- compromís.
IU pide que se aumenten los impuestos a las viviendas desocupadas
El pleno rechazó la moción presentada por el Pspv- Psoe para promover la creación de una red de viviendas solidarias en Castellón. La moción fue defendida por Amparo Marco, cuyas primeras palabras, como ya se ha comentado antes, fueron la recriminación al alcalde por darle a Juan María Calles el doble de tiempo que a los demás concejales.
Carmen Carreras, de Izquierda Unida, apoyó la moción del Psoe, pero además propuso, que el Ayuntamiento incrementara el 50% del IBI a las viviendas desocupadas de la ciudad.
Por su parte, Alli Brancal, de Bloc Compromís, recordó que hace unos meses ya se propuso a través de su grupo, y no se aceptó,la creación de una Agencia Inmobiliaria que pudiera gestionar este tipo de viviendas.
Por parte del PP, Carmen Querol enumeró las gestiones realizadas por su grupo en favor de las personas que necesitan un acceso a la vivienda, o que han sido desahuciadas por el impago de sus hipotecas.
En el turno de debate, Juan José Pérez, portavoz del PP, arremetió contra la oposición, a la que acusó con jugar con temas tan sensibles como estos. Volvió a dejar caer que Izquierda Unida parece estar en las nubes, y que “si lo que quieren es jugar a ‘Podemos’, que se ande con ojo, porque la gente puede preferir el original”.
Izquierda Unida pide mejoras en el Planetario
Después llegó la moción de Izquierda Unida sobre el Planetario. Una moción en la que se pedía que se mejoraran las instalaciones, se les diera un lavado de cara, se incrementara la difusión, se renovaran las exposiciones y se sustituyera el proyector.
Lo más simpático se produjo cuando Carmen Carreras tomó la palabra y con buen tono dijo a Juan José Pérez: “Ya estamos de nuevo, usted suele decirme que estoy en Plutón y hoy me dice que estoy en las nubes… más cerca de la tierra, ¡cuidadito!.
El comentario levantó sonrisas y su moción tuvo el apoyo de Psoe y Compromís. El PP intervino a través de Vicent Sales, que hizo la gracia de leer la rueda de prensa que se ofreció hace un año para presentar las actividades de verano en el Planetario. Rueda de prensa, anunció que se dará mañana con respecto a la campaña de este año.
Entre la galaxia, las nubes, y las proyecciones del Planetario, las bromas salieron fáciles. Carmen Carreras, no obstante, frenó en seco e indicó a Sales, que si lo que pretendía era ser gracioso, gracia, no tenía ninguna.
La moción de Izquierda Unida, llegaba al pleno con una moción alternativa del PP, en la que se reducían todas las pretensiones a potenciar el Planetario. Lógicamente, y por mayoría, fue esta última la que se aprobó.
A la hora de la verdad, y entre las diferentes intervenciones, el PP reconoció que el Planetario está incrementando tanto sus actividades como sus visitas. Lamentablemente, reconocieron al final, también hay un tema a tener en cuenta. Un nuevo proyector cuesta 400.000 euros, y el Ayuntamiento, en estos momentos, no se lo puede permitir.
