Para conseguir potenciar sus diferencias de la manera más positiva, la psicóloga Henar Morla Palanca hace hincapié en la necesidad de "cambiar el chip y no reñirlos tanto, reforzando además cada cosa buena que hagan".
Castellón Información/Gemma Teodoro Baldó
Recientemente, el Ayuntamiento de Castellón firmó un convenio con la Asociación de Padres de Personas con Autismo, por el que el consistorio destina en este caso más de 20.000 euros para la financiación del proyecto de respiro familiar, ocio y tiempo libre que realiza dicha entidad en beneficio de sus socios. Un proyecto que contempla, entre otras actividades, piscina terapéutica, talleres de jardinería y manualidades, así como campamentos de verano o excursiones que permiten ayudar a las familias de estos niños.
Y es que se trata de situaciones que no sólo afectan a la persona con autismo, sino que llevan a toda la familia a un nuevo estilo de vida. Algo que es extrapolable al resto de afecciones de este tipo. Tal y como nos confirma Ivette Colom Olmedo, psicóloga colegiada en Castellón, se trata de niños "muy sensoriales". Teniendo en cuenta que la sensorialidad "es la primera etapa del desarrollo cerebral", para ellos actos tan cotidianos en la infancia como el jugar "no son actividades simples".
Al igual que los casos de autismo, parálisis cerebral, o trastorno de déficit de atención por hiperactividad (TDH), hoy en día los más pequeños también presentan "problemas emocionales por hechos como las separaciones de sus padres", tal y como nos matiza Ivette. Todos ellos, sin establecer diferencias entre unos y otros, se encuentran en una etapa de desarrollo en la que los "juegos terapéuticos" pueden llegar a ocupar un espacio necesario en su tiempo de aprendizaje. Además, en estos casos, es altamente positivo llevar a cabo "talleres inclusivos, juntando a niños con diferentes características".
La psicopedagogía de hoy en día se encuentra avanzando en cuanto a las posibles soluciones para casos con cualquier tipo de dificultad. Así, los psicólogos sienten en muchos casos que se encuentran llevando a cabo "una labor social durante el trabajo de psicología al ver cómo aumenta su calidad de vida".
En este punto, el objetivo más importante en los menores con necesidades educativas especiales, es "sacarles el mayor partido. Tal vez no sea bueno leyendo, pero puede ser el mejor corriendo". Para conseguir potenciar estas partes positivas, "es necesaria la colaboración entre los padres, maestros y psicólogos", de manera que se encuentre "su especialidad y se refuercen sus puntos fuertes". Las cosas pequeñas se convierten aquí en "grandes progresos".
Cambiar el chip
Para conseguir potenciar sus diferencias de la manera más positiva, la psicóloga Henar Morla Palanca hace hincapié en la necesidad de "cambiar el chip y no reñirlos tanto, reforzando además cada cosa buena que hagan". La palabra 'culpa' "no se la podemos decir", sino que debemos detectar cuanto antes sus factores diferenciadores "para poder trabajarlos". En el caso de niños con autismo es importante tener en cuenta desde el primer momento que "no perciben igual que nosotros. Pero si llegamos a conocer sus problemas concretos, el entorno puede acabar adaptándose a él".
Dentro de la rehabilitación cognitiva necesaria en estos casos, todo su entorno debe asimilar que no se les puede pedir "algo que les frustre porque a nivel biológico no puedan llevarlo a cabo". Para ello, actualmente, "se lucha para conseguir trabajar con ellos lo antes posible". No hay que olvidar que a edades tempranas "hay plasticidad neuronal, lo que facilita ir modificando las estructuras". Cuanto más se tarde en realizar un diagnóstico, "más difícil será cambiar sus puntos flojos y reforzar sus partes más positivas".
