La llama de la vida es fugaz. Con los años la fuerza inicial de cualquier llama se va apagando y todo se oscurece alrededor cuando progresivamente esta se agota.
La antorcha sabedora de que su llama ya no es tan potente como antes, sabe que su vida se apaga y entonces hace bagaje de su vida, deja de pensar en sí misma y comienza a pensar en los demás. Ya no busca ser la mejor, no busca ganar más, acumular más, ni demostrar nada a nadie.
Lo único que le importa es dejar un legado, y pasar el testigo a otras antorchas para que sigan cumpliendo con su particular propósito de iluminar el camino de sus sucesores …
Así es como un padre, frente a la certeza de que su vida se apaga, deja de pensar en sí mismo y solo piensa en que su mujer y sus hijos estén preparados para caminar solos y que su recuerdo se convierta en inspiración.
Pero esta metáfora de la vida, me sirve para hablarte también de la sucesión en las empresas, puesto que esta es una columna empresarial.
¿No ocurre lo mismo con las empresas y los líderes?
Al igual que un padre sabe que su tiempo se acaba, un directivo o un empresario comprende que su tiempo en la organización es limitado, aunque a alguno le cueste reconocerlo, uno sabe que ha llegado su momento y es entonces cuando se abren dos caminos:
🔹 Aferrarse al poder hasta el último segundo.
🔹 O preparar a su equipo para que brille incluso en su ausencia.
El liderazgo consciente es ese que, como un padre, sabe que no es eterno. Que un día dejará paso a otros. Que lo verdaderamente valioso no es lo que acumula, sino lo que deja sembrado.
Por eso hoy lunes quiero dejarte esta reflexión:
Si mañana no estuvieras en tu empresa, ¿Qué quedaría de ti en tu equipo?
¿Has formado sucesores o solo ejecutores?
¿Tu legado sería de miedo o de confianza?
Al final, la vida y la empresa se parecen más de lo que pensamos: ambas nos piden que pensemos menos en el control y más en el impacto que dejamos en los demás. Y yo espero que no solo con esta lectura, también con mi trabajo diario, poder seguir impactando en los corazones de quienes quieren trascender y dejar un bonito recuerdo. Porque en realidad eso es lo único que al final nos queda.
Sigamos viajando juntos al éxito, con la mirada puesta en lo que trasciende.
Feliz día y...
Te quiero papá.
