Marta Barrachina. Alcaldesa de Vall d’Alba. Diputada y presidenta provincial del PP de Castellón
El Molt Honorable ha tenido una idea genial para evitar las carencias, deficiencias y hasta el caos del servicio de trenes de cercanías: ¡Recomendar a los ciudadanos que usen el autobús para ir de Castellón a Valencia y viceversa!
Parece un chiste malo sacado de una película de Esteso y Pajarés, pero no lo es. Desgraciadamente es la realidad de nuestra provincia en manos de Ximo Puig y sus colegas de Compromís. Es la muestra más clara de que el gobierno del PSOE no piensa hacer nada para mejorar un servicio que ahora mismo es deplorable y que genera todos los días agravios y problemas a los castellonenses. Y lo que es peor: es la constatación de que las molestias se van a perpetuar en el tiempo. Una vez más, Castellón está a la cola. A Ximo Puig no le preocupan demasiado los problemas de los castellonenses.
Desde el Partido Popular no podemos entender de ninguna manera y bajo ningún concepto como Ximo Puig se atreve a vender como una mejora lo que es, hablando claro, una auténtica chapuza. Es la constatación de un empeoramiento del servicio y, por lo tanto, un perjuicio para los castellonenses. Si los usuarios que han de desplazarse entre las dos ciudades eligen el tren es porque quieren ir en tren, porque consideran que el tren les ofrece mejores condiciones que un autobús. En definitiva, porque les da la gana y porque están en su derecho de elegir. Es decir, los ciudadanos que toman un tren lo hacen conscientes de que quieren tomar un tren, no un autobús. Y no hay más que hablar.
Con cada nueva decisión nos queda claro que el PSOE y Compromís hablan mucho de cara a la galería, pero hacen muy poco para solucionar un problema que, desde que gobiernan, no ha hecho más que empeorar, echando por tierra un servicio que era modélico y de gran uso.
Por eso, exigimos a Ximo Puig que reivindique ante la ministra de Transporte unos servicios ferroviarios dignos, de calidad y con garantías de puntualidad para los castellonenses, tanto entre Valencia y Castellón como de Castellón a Vinaròs. Ahora mismo, para Puig, los castellonenses somos ciudadanos de segunda. Y bajando.































