Noticias Castellón
viernes, 3 de mayo de 2024 | Última actualización: 15:00

Los expertos afirman que "la desregularización del juego en internet expone a los jóvenes a esta adicción”

Tiempo de Lectura: 4 minutos, 58 segundos

Noticias Relacionadas

Castellón Información

En los últimos 5 años ha cambiado el perfil de la persona con ludopatía. Según alude el doctor Augusto Zafra, médico psiquiatra y director del Centro de Desintoxicación IVANE del Hospital Nisa Aguas Vivas, “si antes el perfil eran varones de edad avanzada, en la actualidad se detecta este problema en personas jóvenes, con un nivel académico superior y con conocimientos específicos sobre el uso de las nuevas tecnologías”.

Este cambio de persona vulnerable de reciente aparición nos hace pensar que en realidad no ha existido un trasvase de jugadores tradicionales al juego online, sino que la desregularización del juego en internet ha provocado que un sector de la población que antes no estaba amenazado quedara expuesto a este tipo de adicción, así como a los posibles riesgos sobre su salud psíquica. A mayor población diana, mayores usuarios, mayores ganancias para la empresa… y vuelta a empezar.

La virulencia del juego online no ha hecho nada más que empezar, en espera de personas vulnerables en los que puede despertar una ludopatía o un juego patológico con las consecuencias personales, familiares, sociales y laborales que ya se imaginan. En relación con lo anterior, según manifiesta Augusto Zafra, los profesionales dedicados al abordaje de las adicciones y la patología dual coincidimos en lo siguiente:

1. El juego virtual genera una adicción de más rápida. Si las máquinas físicas normalmente se desarrolla esta patología en 5 años, se estima que el juego virtual tan solo necesita 2 años para enganchar a la persona. Si bien, los mecanismos fisiopatológicos, aun no están bien definidos, la accesibilidad, inmediatez, inexistencia de un control externo del estimulo del juego en los circuitos de recompensa cerebrales generarían un bombardeo de inputs muy intensos y de alto riesgo para el desarrollo del juego patológico o ludopatía en personas con cierta vulnerabilidad intrínseca.

2. Las nuevas tecnologías que soportan el juego virtual genera una falsa percepción en el sujeto de inocuidad e inocencia, atenuando la imagen negativa que tiene las máquinas tragaperras tradicionales de los salones recreativos o los juegos de azar en los bingos. La falta de una regularización gubernamental y una legislación ajustada a estos nuevos tiempos favorecen una permisividad que puede aumentar la incidencia y la prevalencia de esta enfermedad en la población.

3. En términos generales, cuanto antes se despierta una adicción comportamental como la ludopatía, peor es el pronóstico y la recuperación plena. En este sentido, los menores son considerados una población vulnerable ya que presentan unos mecanismos de afrontamiento y de madurez psicológica en un frágil momento evolutivo.

Según Zafra, “muchos comportamientos potencialmente adictivos encuentran su herramienta perfecta en Internet, tal es el caso de la ludopatía o el juego patológico. La inmediatez de respuesta, la fácil accesibilidad de 24 horas al día, el anonimato y el entorno íntimo que proporcionan las nuevas tecnologías, se convierten en un instrumento en el que las personas con ludopatía dan rienda suelta al comportamiento adictivo, obsesivo y descontrolado”.

Además Zafra añade que “las empresas de juego online, conocedoras de las posibilidades de mercado del juego virtual, despliegan todo su arsenal en técnicas de neuromarketing agresivo sabedoras del negocio que supone la fidelización y la perpetuidad de los usuarios que utilicen la plataforma online (inicio por registro que no necesita un depósito económico; falta de un filtro fiable para detectar al menor; gratificación cada cierto tiempo que permite, reiniciar el juego; diferentes niveles de juego y de apuestas)”. “Por ello-añade-, no es de extrañar como el consumidor diana del juego online importe poco, bien sea un individuo que con cierta asiduidad busca un placer recreativo, o bien de una persona con cierta vulnerabilidad a un uso repetitivo o algo descontrolado, o bien una persona con una ludopatía o una adicción establecida”.

El codirector del IVANE asegura que “en este contexto, las plataformas online de tragaperras o juegos de azar obtienen un suculento balance positivo en términos de ganancia/gastos con una web mínimamente atractiva, bien posicionada, de colorido específico, medianamente publicitada y de uso fácil e intuitivo en el que cualquier usuario aprenda a manejarse lo más rápidamente posible y decida invertir su tiempo y dinero en el juego online de forma más o menos consciente”.

Una vez iniciado el consumo del juego online, la llave del contacto está en su sitio, el motor arrancado y a partir de ahí, empezar a caminar es fácil. Las campañas de difusión y publicidad en forma de bonos regalo o slots gratuitos que persuaden e incitan a un comienzo del comportamiento potencialmente adictivo sin la sensación de riesgo patrimonial o pérdida (algo prohibido para el sector tradicional). En este sentido, el individuo ya no es dueño de las modificaciones cerebrales producto del elevado refuerzo positivo que supone la quimera de una potencial ganancia millonaria. Según apunta  Augusto Zafra, -“En ese río revuelto, el frenesí bioquímico a nivel cerebral está servido, los centros del placer estimulados, el individuo desbocado y la ganancia de pescadores del portal de internet de turno está garantizada”.

Resulta fácil entender como los datos arrojan un cambio en el patrón comportamental de juego. Hasta el año 2012, el 100% de los afectados hacia un uso del juego tradicional presencial en maquinas tragaperras, bingo y casino. En la actualidad, el 70% utiliza este mecanismo presencial, mientras el 30% restante hace uso patológico del juego online virtual. Con este auge, es presumible que continúe aumentado en los años venideros, con una previsión para el 2016 en que llegue a superar el 50%.