Fueron convocadas por asociaciones de estudiantes y colectivos feministas y expresaron su protesta en la Plaza Mayor
Más de 300 mujeres, la mayoría de ellas estudiantes, se han manifestado este mediodía en la plaza Mayor de Castellón contra "la cultura que justifica la violación", para mostrar su indignación contra la sentencia de La Manada, y para mostrar su solidaridad con la víctima. La convocatoria estaba organizada por asociaciones de estudiantes y colectivos feministas. La alcaldesa de Castellón se ha unido a la protesta
Esperanza Molina/ Castellón Información
Eran las doce del mediodía de hoy, cuando la plaza Mayor volvió a estremecerse con el grito de varios centenares de mujeres, que una vez más protestaban contra la sentencia del grupo La Manada, que, pese a reconocer su culpabilidad, atenúa las penas al considerar que los hechos no pueden calificarse como violación sino como agresión.
La mayor parte de las manifestantes eran estudiantes jóvenes, que habían sido convocadas por redes sociales, a través de asociaciones de estudiantes o de colectivos feministas.
Pero al grito de las jóvenes también acudieron numerosas personas que circulaban por el entorno, funcionarios municipales, trabajadores, políticos, hombres y mujeres, y también, la alcaldesa de Castellón que se sumó a las protestas.
No tenían altavoces, pero si ganas de protestas, de esta forma, se leyó un comunicado, a pleno pulmón, en el que se afirmó con contundencia que "este país admite la cultura de la violación, como un hecho justificable".
Gritaron el ya consabido mensaje: ¡No es agresión, es violación!, y corearon otras frases en las que se solidarizaron con la víctima de estos sucesos ocurridos durante los San Femines de Navarra: "¡No estás sola!!!!" "¡si tocan a una, nos tocan a todas!"
A partir de ese momento, también hubo acuerdo entre las manifestantes: "¡no hay que morir para demostrar una violación!", "Si no nos matan, nos critican" Y también otros comentarios como: “Si nos resistimos, nos matan, si no lo hacemos, no nos protegen". O "¡Hombre violador, al triturador!"
Así, entre gritos y manifestaciones, las manifestantes, en su mayoría mujeres muy jóvenes, con signos identificativos pintados en la cara, pidieron justicia para situaciones en las que las mujeres se sienten indefensas y con un código penal, que según dijeron, justifica las violaciones.
