Marta Barrachina. Alcaldesa de Vall d’Alba. Diputada provincial. Presidenta provincial del PP de Castellón
El Partido Popular reconoce a la industria como un pilar básico –e imprescindible- en la evolución de la Comunitat Valenciana y, por supuesto, de la provincia de Castellón. La industria genera riqueza para todos y puestos de trabajo, y no hay mejor política social que reducir las listas del paro. En lugar de la política de subvenciones y limosnas clientelistas que promueve la izquierda, en el PP apostamos por ciudadanos autosuficientes que vivan dignamente del fruto de su trabajo.
Por eso, el presidente del Partido Popular de la Comunitat Valenciana, Carlos Mazón, ha puesto en marcha una mesa de la industria con los principales sectores de la Comunitat Valenciana con un objetivo muy claro: redactar una futura Ley de Reindustrialización y preparar el programa de Gobierno del partido. Y para ello cuenta con la ayuda de los sectores de la alimentación, la metalurgia, el calzado, el embalaje y, por supuesto, el azulejo. Sectores que suman el 80% del PIB industrial y el 50% del empleo industrial de la Comunitat Valenciana.
Mazón quiere que la Comunitat Valenciana, cuente, al igual que otras regiones de Europa, con una Ley de Reindustrialización que contemple y defienda aspectos tan importantes como el empleo joven y cualificado, la transición energética y, entre otros muchos y variados aspectos, la transformación al modelo industrial 4.0. Se trata, en definitiva, de dignificar y proteger a la industria.
Es necesario poner a la industria en su sitio. Reivindicar a las empresas y, sobre todo, a los empresarios que deben contar con las herramientas necesarias para poder desarrollar su labor con garantías. Hay que crear un marco que permita a nuestras empresas ser competitivas, sobre todo cuando juegan en el mercado global con productores –principalmente asiáticos- que no respetan las reglas del juego de la sostenibilidad medioambiental y los derechos laborales…
La industria cerámica es, sin lugar a dudas, el gran motor de la economía castellonense y, por lo tanto, si defendemos al azulejo, estamos potenciando la creación de puestos de trabajo. Lo que no es lógico es que tanto Pedro Sánchez como Ximo Puig se crucen de brazos mientras las empresas azulejeras deben parar hornos a pesar de un imparable incremento de sus ventas porque el aumento de los costes energéticos y medioambientales les impiden rentabilizar su producción. Y si al azulejo le va mal, a nuestra provincia le va peor.
Y ante la falta de capacidad para gestionar correctamente el futuro de la industria por parte de la izquierda que nos (mal)gobierna, Carlos Mazón toma las riendas de la situación en busca de soluciones consensuadas y de futuro.
