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domingo, 28 de abril de 2024 | Última actualización: 20:47

La alcaldesa, Begoña Carrasco, y el concejal, Alberto Vidal, perfilan la nueva Concejalía de Familia e Infancia

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Trato personalizado, especial atención a infancia y adolescencia y una red interconectada entre todas las concejalías, ejes de la nueva área

La alcaldesa de Castellón, Begoña Carrasco, ha mantenido una reunión con el concejal de Familia, Alberto Vidal, para abordar la restructuración de la nueva Concejalía de Familia, que a partir de ahora pasará a llamarse Concejalía de Familia e Infancia, ya que absorberá además del Negociado de Familia, el Plan Municipal de Infancia y el Consejo Municipal de Infancia.

Carrasco y Vidal han acordado que la infancia y adolescencia sean la prioridad en esta nueva Concejalía, “por ser los más vulnerables” y se apostará por “una atención más personalizada para lograr un servicio público de calidad”, apuntan.

Así, han establecido, durante la reunión, que el trabajo de la nueva Concejalía de Familia e Infancia deba abordarse en red, es decir, “en constante comunicación y coordinación” con las distintas concejalías del Ayuntamiento y sus distritos.

La ciudad de Castellón es como una familia, hay que trabajar en constante comunicación y coordinación para lograr esa red interconectada que permita que el Ayuntamiento esté al lado de quienes más lo necesitan y apoye, como no puede ser de otra manera, a la familia como núcleo fundamental de nuestra sociedad y pilar básico en la formación de los ciudadanos del futuro”, ha explicado la alcaldesa, Begoña Carrasco.

Además, han tratado con especial interés las necesidades que tendrá esta nueva Concejalía y los recursos, tanto materiales como personales, que son imprescindibles. Ambos han coincidido en señalar la imperiosa necesidad de reforzar y dar una estabilidad a aquellos puestos de trabajo que atienden en primera persona a los ciudadanos más desfavorecidos, vulnerables y con situaciones personales y familiares delicadas.

Tal y como ha explicado Vidal: “Es muy importante que exista una estabilidad en estos puestos que llevan el seguimiento de los casos que afectan a familias, a niños y a adolescentes; cuando la persona que llevaba su caso cambia, esto les genera un trauma y una desconfianza, lo que provoca un retroceso en su proceso”.