Director de Cáritas, desde hace 14 años, está convencido de que el servicio a los demás forma parte del ser humano y sus convicciones
Juan Manuel Aragonés, director de Cáritas desde hace 14 años, ha sabido hacer de sus convicciones una forma de vida. Ingeniero de profesión, entiende también, que todo cuanto se planifica profesionalmente se desmonta como una baraja de naipes cuando se trata de la dignidad de las personas. la solidaridad, el compromiso de ayudar a los demás, dice, debe nacer del corazón. Forma parte de su convicción como ser humano y como católico, y frente a la necesidad, no hay excusas.
Laura Calles/ Castellón Información
Juan Manuel Aragonés es el director de Cáritas Diocesana de Segorbe - Castellón desde hace 14 años. Empezó como voluntario, luego como subdirector y finalmente como director mientras compatibilizaba este sentimiento con el ejercicio de su profesión. A lo largo de la entrevista concedida a Castellón Información, Juan Manuel Aragonés explicaba los valores que defienden Cáritas y los servicios que proporciona. También, expresa su compromiso y sus emociones en cuanto a lo que representa la asociación para él, porque la solidaridad, la ayuda a los demás debe nacer del corazón.
Aragonés mira con ternura, cruza las manos y se dispone a responder con la mayor paciencia del mundo. Es una entrevista, pero también, es una forma de dar a conocer todo cuanto siente y todo cuanto piensa. Su fe, su creencia más íntima, su religión pero, sobre todo, lo que considera que debe ser el servicio a los demás.
Pregunta.- ¿Cómo empezó en Cáritas ?
Respuesta.-"Yo había estado trabajando fuera de Castellón; cuando vine aquí, a Castellón, en el año 2004, unos amigos me dijeron: '¡oye!, seguro que tienes un rato y que puedes dedicarte a los demás'. De esta manera, me hice voluntario y me pusieron al frente de un programa concreto, el de las personas sin hogar. Y allí estuve varios años. Pero llegó el momento en el que el obispo me indicó que necesitaba a una persona para dirigir. Me incorporé a la tarea que me encomendaba como subdirector... Estuve varios años compaginando mi trabajo particular con la tarea de dirigir Cáritas hasta que me dí cuenta de que no era posible, que tenía que dedicar más tiempo a Cáritas y el trabajo no me lo permitía. Y me jubilé, porque además, tenía la posibilidad de hacerlo. Y desde entonces, como director, dedico mi tiempo completo a este trabajo".
P.-Cuál era su profesión antes de jubilarse ?
R.- "Fuí ingeniero o mejor dicho, ingeniero Civil".
P.- Ha presentado la memoria de la entidad con cifras... ¿Las cosas han mejorado igual para todos?
R.- "Las cifras, los números hay que darlos a conocer... porque se gasta dinero y eso son cifras; porque se trata de personas y... son cifras; hay voluntarios... que son cifras. Pero, son cifras siempre con rostros. Lo que nos preocupa son las personas y las familias a las que atendemos. Estas personas que van cambiando a lo largo del tiempo, porque al principio están totalmente desamparadas. Nos preocupa la sociedad; para que vivamos en unas sociedades más limpias, más humanas; y también las personas que no tienen hogar; porque dentro de su pobreza y desamparo pueden mejorar su vida y eso, sin duda, se nota.
Luego, trabajamos continuamente en mejorar la formación para acompañar a la gente que lo necesita. Hay profesionales como los psicólogos, o como los voluntarios que necesitan una formación para atender a las personas... El tema de la empatía es muy importante, saber como entender a las personas, escucharlas, saber cómo y cuándo decir una palabra de aliento; cómo transmitir la sensación que necesitan en su acogida, la sonrisa que les de confianza, la cercanía... Todas estas cuestiones que parece que son innatas... Pero no lo son, necesitamos tener una formación".
P.- ¿Qué diferencia a Cáritas y de otras Organizaciones no Gubernamentales de ayuda a los demás?
R.- "La diferencia es el espíritu que nos mueve. Cáritas es la Iglesia, es el servicio organizado de la caridad de la Iglesia. Por lo tanto, nosotros nos movemos porque el Espíritu Santo nos alienta y, además, creemos en ello. Es una obligación como católicos porque el amor de Dios que sentimos lo vemos en cada una de las personas a las que atendemos y, esa es la otra faceta importante de Cáritas, que nosotros vemos a todas las personas llenas de dignidad.
Estamos convencidos que está el Señor en cada una de estas personas y estas personas van a ser los próximos Jesús. Por eso, estamos trabajando para mejorar las estructuras y la comunidad a favor de Dios. Sin embargo, no tenemos más remedio que, como una organización civil, tener un estatus civil, un registro, cumplir nuestras obligaciones como las otras ONG. Pero, nuestra diferencia es que vemos a las personas como dignas porque son hijos de Dios".
P.-A lo largo de su trayectoria habrá habido momentos muy duros...
R.-"Ha habido muchos. Ocurre cuando encuentras a una persona totalmente desasistida, totalmente vacía de su propia personalidad, es decir, una persona incapaz de reconocerse como tal persona humana.
En esos momentos debes acercarte a ella poco a poco, ayudándole a asumir su propia personalidad, a reconocer todo su potencial. Son procesos lentos porque cada uno va a su ritmo y, como somos humanos, somos complejos".
P.- ¿Y los momentos más felices?
R.-"Momentos felices también ha habido muchos, pero recuerdo, por ejemplo, el otro día, una persona que lleva 8 años en Cáritas con nosotros que ha pasado por muchos estados porque estaba muy delicado. Estaba sin papeles, lo hemos ayudado. Estaba sin Seguridad Social, lo hemos ayudado y lo ha conseguido. Y ahora, no solamente está mejor de sus dolencias sino que ya tiene papeles, ya tiene Seguridad Social y, además, ha encontrado un trabajo".
P.-¿Tiene que ser muy duro para un ingeniero, acostumbrado a cuadrar números y planificar, vivir esta experiencia...?
R.-"Realmente, en esta labor yo, como fuí ingeniero, desarrollo un trabajo de gestión, pero sin duda también veo a las personas y estoy cercano a ellas. Es un tema de educación, no solo es cuestión de formación, de técnica, sino de formación del corazón. Por eso, los que somos voluntarios decimos que 'Recibimos lo que damos' porque desde un punto de vista de construcción personal es muy importante".
P.- ¿Cómo se combate el fenómeno social de aquellos que piensan que esa ayuda a los demás nos está quitando algo?
R.- "Simplemente hablando, comunicando con la gente. Nosotros acogemos a todo el mundo, no hacemos discriminación de religión, de sexo… Algunas personas nos preguntaron por qué ayudábamos a las personas musulmanas... Pues porque son personas dignas como los demás y pueden necesitar ayuda. El mensaje más importante es el mensaje del Papa y hay que tenerlo en cuenta: 'Compartir el viaje', habla de los inmigrantes y de que estamos para atenderlos. Muchas personas que vienen a Cáritas son inmigrantes , a veces están solas, sin familia. Hay que comunicar y estar cerca de estas personas. ¡Pero bueno!, somos humanos y somos pecadores, y el peor pecado es caer en el egoísmo".
