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jueves, 28 de marzo de 2024 | Última actualización: 23:00

Iberdrola y la Real Fábrica de Tapices acaban el proyecto de intervención en los tapices del Colegio del Patriarca 

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Uno de los elementos que ha contribuido al desgaste de los tapices ha sido la incidencia de la iluminación y la empresa ha llevado a cabo la sustitución del sistema

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Iberdrola, a través de su Fundación en España, y la Real Fábrica de Tapices han concluido el proyecto de intervención sobre los tapices del Colegio del Patriarca, tras la culminación de la restauración de las dos últimas piezas de la colección. Se trata de una serie de seis paños de grandes dimensiones, que datan de principios de siglo XVI, y que fueron donados por San Juan de Ribera al Real Colegio de Corpus Christi, ubicado en Valencia.

Ha sido un laborioso proceso de restauración, al que se han destinado alrededor de 8.000 horas de trabajo para cada pieza. Las principales patologías que presentaban antes de su restauración eran una gran acumulación de suciedad en el tejido, acartonamiento de las fibras, deterioros de tramas, tanto de seda como de lana, roturas de tejido y restauraciones anteriores que camuflaban los deterioros.

Iberdrola, que ha financiado la intervención, encargó a la Real Fábrica de Tapices la dirección técnica y ejecución de estos trabajos, que han consistido en el delicado desmontaje y traslado a sus talleres en Madrid, la elaboración de la documentación de cada uno de ellos, la eliminación de las restauraciones anteriores y un lavado por inmersión. Además, se ha realizado un forrado del tapiz y se ha acoplado un sistema de suspensión para repartir el peso por todo el soporte y evitar la existencia de puntos críticos de tensión.

Tras la restauración de los dos últimos tapices se completa la colección de seis paños. Las otras cuatro piezas permaneces expuestas en esta institución valenciana desde finales de 2016, han generado un gran interés, incrementando el número de visitas.

Esta colección de tapices pertenece a la época de esplendor de las manufacturas flamencas, entre los años 1500 y 1530, y está formada por tres paños de la serie Vicios y Virtudes o Moralidades, otros dos de la serie Parábola de la viña y otro titulado Escenas de la vida de Salomón.

Mejora de la iluminación de la Capilla del Monumento

Uno de los elementos que ha contribuido al desgaste de los tapices ha sido la incidencia de la iluminación, tanto natural como artificial. Para ello, Iberdrola ha llevado a cabo la sustitución del sistema de iluminación de la Capilla del Monumento por luminarias de tecnología Led tanto para iluminar la sala como los propios tapices.

Las nuevas luminarias, además de atender a la eficiencia energética y la futura sostenibilidad de la instalación, permite conciliar los imperativos de conservación con la calidez y homogeneidad de iluminación que exigen estos enormes tapices colgados, cuya conservación preventiva aconseja limitar la cantidad de luces y eliminar la radiación ultravioleta de los sistemas de iluminación convencionales.

Esta actuación de Iberdrola forma parte del compromiso de la compañía con las sociedades y territorios en los que está presente, que se materializa a través de múltiples iniciativas relacionadas con el apoyo a los colectivos vulnerables, con el respeto al medio ambiente y con la preservación de la cultura y el patrimonio.

Detalles de los dos últimos tapices restaurados:

La Gula y la Lujuria (412 x 613 cm)

Pertenece a la serie 'Moralidades” o 'Vicios y Virtudes', que constituye una alegoría moral sobre uno de los principales temas abordados por la iconografía medieval: el combate entre los Vicios y las Virtudes. La fuente literaria principal es la Psicomachia de Aurelio Prudencia Clemente (c. 392), luego divulgada a través del género dramático conocido como “moralidades”, pero a ella se añade también un variado repertorio de obras de carácter alegórico como los 'Triunfi de Petrarca' o la 'Genealogía deorum' de Boccaccio.

A comienzos del s. XVI este asunto es abundantemente tratado en la tapicería flamenca y no es infrecuente que se combine con el de la ética dinástica. Surgen así series estrechamente relacionadas conceptual y compositivamente con las Joyeuses Entrées o “Entradas Felices” que acostumbraban hacerse en las ciudades de los Países Bajos para recibir al nuevo príncipe.

Los paños del Colegio del Patriarca de esta serie son una reelaboración de la que se conserva en el Patrimonio Nacional con el nombre de “Moralidades”. Formada por tres colgaduras independientes pero íntimamente unidas desde el punto de vista compositivo, esta rica tapicería ha sido concebida como un “espejo de príncipes” que, de alguna manera, resume el contenido de 'Los Honores', el magno ciclo de tapices encargado por Carlos V para su coronación como emperador en 1520. Al igual que en éste, las escenas representadas en los paños tienen un orden de lectura perfectamente estipulado, de manera que convergen desde izquierda y derecha hacia un paño central que sintetiza el “mensaje” moral.

La composición alegórica se construye a partir de la puesta en escena de los contrarios: por un los Vicios y los Honores y, por otro, los tocados por la gracia y los indignos de ella. Lo primero se realiza a través de las personificaciones correspondientes y lo segundo mediante “ejemplos”, es decir, representación de personajes históricos, bíblicos o mitológicos.

Las “Moralidades” del Colegio del Patriarca se compone hoy día de tres paños:

  • La Gracia
  • La Gula y la Lujuria
  • La Ira y la Pereza

El tapiz de la Gracia –compuesto con arreglo a una estricta simetría- está concebido como la pieza central hacia la que convergen las figuras de los tapices laterales. En una especie de tribunal presidido por la GLORIA, la GRACIA recompensa a los personajes que entran a derecha e izquierda como viniendo desde los tapices adyacentes.

En el tapiz “La Gula y la Lujuria” aparecen representados dos de los Pecados Capitales: la LUJURIA va montada sobre una criatura fantástica (híbrido entre caballo y mujer), mientras que la GULA es representada mediante una anciana dando sorbos a un plato a lomos de un león. La personificación de este vicio se acompaña de la figura del rico epulón sentado en un trono, comiendo y bebiendo de lo que le sirve un fámulo.

Pero teniendo en cuenta que el tapiz debe mostrar no solo los Vicios, sino también, y especialmente, las Virtudes opuestas a ellos, también se pueden ver en el paño las personificaciones de la TEMPLANZA y la CASTIDAD. Ésta última está representada por la figura

de Judith, caracterizada como una doncella montada “a lo amazona” sobre su caballo, que sostiene con su mano izquierda la cabeza de Holofernes y con la derecha la espada. La TEMPLANZA es la otra “amazona” que cabalga delante de Judith con el brazo derecho levantado. Aquí la montura es un caballo, mientras que en el tapiz del Patrimonio Nacional es un unicornio de larguísimo cuerno.

Además, hay otras figuras que tienen su equivalente en el paño 'Exhortación a las Virtudes' o 'Escritura'. De los titulus de éstas, podemos deducir que representan al dios Marte, a Gedeón (en la parte superior izquierda) y, posiblemente, al rey David.

Siguiendo el mismo sentido convergente hacia el tapiz de 'La Gracia' que tiene el de 'La Ira y la Pereza', en éste de 'La Gula y la Lujuria', las encarnaciones de la Virtud se dirigen hacia la izquierda de la composición, mientras que las de los Vicios lo hacen en el sentido opuesto.

Escenas de la vida de Salomón (400 x 632 cm)

Anteriormente había sido identificado como 'Exhortación a las Virtudes', pero su análisis iconográfico y formal revela que este tapiz no forma parte de la serie “Moralidades”, sino que narra diversas escenas de la vida o historia de Salomón.

De momento, no se conoce la existencia de otros ejemplares paralelos en otras colecciones, pero por sus características estilísticas, se podría fechar a comienzos del s. XVI, ya que la tradición tardomedieval todavía está muy presente.

A la izquierda aparece David agigantado, llevando en la mano el modelo del templo de Jerusalén; a su derecha aparece una mujer que es la personificación de la JUSTICIA, tal y como reza su 'titulus'. En la misma escena aparece Salomón de niño y diferentes oferentes que entregan su aportación para la construcción del templo. En otra escena a continuación aparece David ya anciano instituyendo heredero a Salomón. En la parte superior se representa un pasaje de 'El Cantar de los Cantares', en concreto el del Esposo y la Esposa, y a continuación otras dos escenas relacionadas con el célebre juicio de Salomón