José Marqués Simó. Hostelero de profesión y comunicador de vocación
La hostelería dedicada a la sociedad, la que ilusiona a millones de personas y nos reúne en nuestros descansos y “Kit-kat”.
¿Te acuerdas de los viernes por la tarde cuando termina la jornada laboral? El primer mensaje que ves o realmente quieres ver es el que tu amigo ‘Fulanito’ ha enviado en el grupo, o a ti personalmente, invitándote a quedar o a ir junto a él a tomar una caña, Coca-Cola o cualquier cosa. Al final, no es lo que vas a tomar sino con quien te vas a encontrar o donde os vais a ver. El sábado, tu día de descanso, de desconexión y de evitar oír o escuchar todo aquello que estas acostumbrado a escuchar de lunes a viernes, la palabra: trabajar.
Este gran día para ti se convierte en especial, para los tuyos, tus niños no tienen cole y tu mujer solo trabaja por la mañana. Ya sabes que el sábado no toca cocinar y tu familia lo tiene señalado en el calendario. Cada semanatoca algo distinto, es por eso que todos tienen ganas de que acabe la semana. El sábado pasado fuimos a la ‘Taberna de Javier’; hoy toca ir al bar de la Lonja. A mis dos renacuajos les encantan los boquerones en vinagre y yo no les puedo fallar. Me debo a ellos y siempre les digo lo mismo, que si se portan bien y me cumplen yo cumplo con ellos.
Aunque es el Día del Señor, el domingo se nos hace pesado y más cuando te acuerdas o te viene en mente que mañana es lunes y tienes que volver al trabajo. Portradición se respeta la paella familiar no sin antes ir a visitar a ‘Pepe’, el de siempre, el que nos espera, el que si no vamos nos pone falta y, si por razones obvias no pudiste ir, te llamó por teléfono como gesto de preocupación. Tiene unos vermuts buenísimos y a Juan y José les encanta la cecina y no pueden comerse el arroz sin antes pasar por nuestro querido amigo ‘Pepe’.
Terminamos de comer y nos envían un mensaje. A tomar el café al bar de la plaza donde están los columpios. Allí siempre van los compañeritos de nuestros niños y no podemos fallar. Nosotros, como costumbre, no solamente vamos a ver como los niños juegan, sino que aprovechamos también para tomar el café en el bar de la plaza. Rosa siempre nos saca sus pastas con el café y no fallamos un domingo.
Ya es lunes y quedan 4 días para volver a disfrutar de ellos; también de estos pequeños lugares que, al igual que yo, viven de estos momentos de placer que nos dan. De poder quedar con nuestros amigos, de que nuestros hijos queden con sus compañeros y de olvidarnos de cocinar y poder darle la mayor satisfacción a mi familia. Tengo ganas de volver a la nueva normalidad, y si fuera normalidad entera mucho mejor.
