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domingo, 28 de abril de 2024 | Última actualización: 02:32

Los expertos abogan por la oncoplastia para la recuperación de pacientes operadas de cáncer de mama

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El apoyo psicológico es importante para superar esta enfermedad que afectará a una de cada 8 mujeres a lo largo de su vida

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Profesionales sanitarios de Vithas afirman que los resultados derivados de las investigaciones que relacionan oncoplastia con autoestima y calidad de vida de las pacientes con cáncer de mama, confirman la relación positiva entre estas variables. Una de cada 8 mujeres hará frente a esta enfermedad a lo largo de su vida, y una de las intervenciones más comunes a las que tienen que hacen frente estas pacientes es la cirugía, que puede consistir en una mastectomía parcial o radical. "Estas intervenciones dejaban mamas con cicatrices y, en la mayor parte de los casos, no dejaban mamas sino cicatrices. Muchas pacientes vivían esta situación como una mutilación que afectaba a su imagen corporal y a su autoestima.  Esto repercutía en la calidad de vida de las pacientes, porque afectaba además a su relación con los demás", según Raquel Calero, psicóloga del Hospital Vithas Nisa Sevilla.

Además, la doctora Isabel Carbonell, responsable de la Unidad de Mama del Hospital Vithas Nisa Sevilla, afirma que "la oncoplastia ha supuesto una revolución en el tratamiento de la enfermedad oncológica y en el beneficio de la autoestima y calidad de vida de las pacientes". Calero concluye que "desde la lógica común, todos podemos entender esta relación si podemos ahorrarnos ver a nuestro cuerpo incompleto empleando una técnica que muestra a nivel médico garantías de seguridad".

La psicología en el cáncer de mama

Según Raquel Calero, lo primero que piensa una paciente a la que se le diagnostica un cáncer de mama es en curarse. Y una vez superados los tratamientos, "en volver a sus rutinas cuando antes, minimizando las secuelas que haya dejado el paso de la enfermedad y esto viene especialmente influenciado por los resultados estéticos". Volver a recuperar "un aspecto saludable, un aspecto de "no enfermedad" y sentirse guapas les permite olvidar el haber sido enfermas de cáncer", dice la doctora Isabel Carbonell.

Para Raquel Calero, "la mayoría de las pacientes, cuando reciben el diagnóstico y empiezan a asumirlo, se marcan como objetivo la curación. La paciente deposita su confianza en sus especialistas: El clínico prescribe un tratamiento y la paciente decide.  La paciente se enfrenta continuamente en el proceso de la enfermedad a una toma de decisiones; es por esto que tiene que estar informada del tratamiento que se le va a realizar y de los posibles efectos secundarios que se puedan producir, así como de las secuelas derivadas de los mismos".

En el proceso de diagnóstico y curación del cáncer de mama, según Calero, "hay muchos momentos duros para la paciente, como recibir el diagnóstico, enfrentar los tratamientos, abandonar la rutina, tener que depender de los demás para muchas cosas durante un tiempo, convivir con los efectos secundarios y a veces tener que asumir secuelas temporales o crónicas. Volver a incorporarse a la rutina diaria tras la enfermedad, asumir las revisiones y manejar la incertidumbre del miedo a una posible recidiva. Éstas suelen vivirse con mayor "desajuste emocional" y desanimo que el inicio de la enfermedad".

Desde el Hospital Vithas Nisa Virgen del Consuelo, el doctor Larrea, responsable del Servicio de Oncología Radioterápica, afirma que "la radioterapia complementa la cirugía mínima, no mutilante". Además "los tratamientos que realizamos-añade- son más cortos, hoy como máximo de 3 semanas". En muchas pacientes tras la cirugía mínima se irradia sólo la porción de mama alrededor del tumor en 4 días y "en las mayores, sólo en una horas realizamos la irradiación parcial de la mama, en una sola sesión", precisa el Dr. Larrea. Estas técnicas altamente cualificadas y de tan corta duración ayudan a las pacientes psicológicamente ya que ven que su proceso no es devastador, casi sin riesgo de efectos secundarios y muy corto, no afecta su ritmo de vida.

Factores de riesgo

El riesgo de desarrollar cáncer de mama asciende al 85% si existen antecedentes genéticos. El tabaco, el sedentarismo, la obesidad, una menarquia precoz, la nuliparidad y la genética son los factores de riesgo más importantes para desarrollar cáncer de mama. Entre todos ellos, el factor genético es uno de los más relevantes en el desarrollo de esta patología: con la mutación de los genes BRCA 1-2 (los más prevalentes en el cáncer de mama y de ovario) el riesgo puede llegar hasta el 85%, según la doctora Alba Ginés, ginecóloga de la Unidad de Mama Ginemed-Hospital Vithas Nisa Sevilla. Esta probabilidad disminuye a un 12% si la mujer no tiene antecedentes familiares con esta patología.

En este sentido, los estudios genéticos facilitan, sobre todo en función de los antecedentes, la detección del cáncer de mama y ovario. "En primer lugar, empezamos por la paciente, en caso de que el estudio genético de positivo en la mutación de genes como el BRCA 1 y BRCA 2, se hace llamar a los familiares para recomendarles que se hagan el estudio genético", explica la doctora Ginés.

En pacientes portadoras de la mutación genética es importante insistir en el hecho de que ser potador no implica desarrollar la enfermedad, si no tener el riesgo aumentado respecto la población general, por lo que se personalizará el seguimiento a realizar y el tipo de prevención a realizar, basándolo en el diagnóstico precoz o en cirugías reductoras de riesgo. "El 100% de los cánceres derivan de alteraciones genéticas que sólo afectan a las células tumorales y que no se trasmiten a los descendientes. Tan solo en un 5-10% de los casos la alteración está en el núcleo de todas las células y es cuando son susceptibles de ser hereditarias", afirma Ginés