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domingo, 21 de diciembre de 2025 | Última actualización: 21:02

La flotilla

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Debo confessor que me siendo mal predispuesto a admirar una expedición que tiene como mascarón de proa, como banderín de enganche a la activista internacional Greta Thunberg y como estrella local a la ex okupa Ada Colau.

45 embarcaciones de diversos modelos y tamaños -desde 6 o 7 pasajeros a 20 o 30- incluyendo medio millar de personas procedentes de unos cuarenta países se movilizaron, dícese que financiados por Hamas, con el supuesto noble objetivo  de llevar alimentos y medicamentos a los habitantes de Gaza.

Durante cerca de un mes esta flotilla estuvo aproximándose a su objetivo entre fiestas, bailes, charangas y baños. Al llegar a las proximidades de su meta y alcanzar las aguas internacionales que Israel califica "de exclusión", ocurrió lo que estaba cantado que iba a ocurrir; los buques de la Marina que Italia y luego España habíamos fletado para acompañar a la flotilla, dieron marcha atrás para evitar una grave confrontación bélica con la Marina israelí. Y todas las naves de la flotilla, las 45, fueron pacíficamente interceptadas por Israel reteniendo al medio millar de navegantes con el propósito de expatriarlos a la mayor brevedad posible, empezando por algunos parlamentarios que Italia había incluido en sus embarcaciones.

En este sentido podemos decir que la expedición fue un gran fracaso ya que no logró entregar a los gazatíes, ni una lata de sardinas ni un turbo de aspirinas. Pero algo es aun más grave y es que Israel asegura que en la flotilla no encontraron ni alimentos ni medicamentos. Nada en absoluto.

 ¿Cuál era en tal caso el objetivo de la expedición? No cabe más respuesta que lanzar una campaña publicitaria contra Israel y en favor de los palestinos incluidos los miembros de Hamas.

Y debemos reconocer que este objetivo si que fue alcanzado ya que la flotilla vino acompasada por numerosos manifestaciones en diversos países del mundo, por largas horas de emisión en los medios informativos mundiales y muchas páginas en las publicaciones así como constantes gestiones de los Ministerios de Exteriores de los países de bandera de las embarcaciones criticando severamente a Israel por cercenar un proyecto de ayuda humanitaria en favor de un pueblo asediado.

La campaña seguirá a medida que el medio millar de navegantes, - politiquillos, aventureros, influencers, activistas, desempleados- en especial los más notables de entre ellos, regresen a sus países.

Afortunadamente esta vez no ha habido víctimas como si las hubo en una expedición semejante, con una nave turca, en 2015, en que perdieron  la vida diez personas. Se habla ahora de agresiones con drones pero sin víctimas o barcos hundidos.

Algunos aspectos de esta expedición quedan aun en la nebulosa: las cifras exactas, la financiación de la operación, los móviles de muchos de los navegantes, su oficio y su beneficio. Descuiden, al final todo se sabrá.