La plaza de las Aulas se ha convertido este miércoles en un punto de reunión de representantes del mundo de la política, la educación y del sector empresarial
La sede de la Diputación de Castellón ha acogido el pleno de investidura que ha proclamado a Marta Barrachina como presidenta del ente provincial, quien se ha convertido en la primera mujer en ostentar el cargo. Una jornada histórica que ha congregado a la sociedad castellonense a las puertas del imponente palacio de las Aulas, donde el termómetro no ha ofrecido un respiro.
Día histórico el vivido este miércoles en la ciudad de Castelló al ser investida Marta Barrachina como presidenta provincial y convertirse, así, en la primera mujer en ostentar el cargo. No es de extrañar que el imponente palacio de las Aulas se transformó desde bien entrada la mañana en un auténtico punto de reunión y encuentros, pues nadie quería perderse esta cita que ya forma parte de la historia reciente de Castellón.
Los primeros corrillos, a las puertas de la sede de la Diputación, engalanada para la ocasión, empezaron a vislumbrarse sobre las 11.00 horas, cuando se pudo ver a algunos de los recién estrenados diputados y diputadas dialogando a las puertas de la sede provincial. Y, junto a ellos, se encontraba el hasta ahora presidente de la Diputación, José Martí, acompañado, como es habitual, de su eterna sonrisa. Una sonrisa que tampoco pudo desdibujar al ceder la vara de mando a Barrachina, que no dudó en trasladarle unas entrañables palabras con las que le agradeció el trabajo realizado durante estos años al frente del ente provincial.
El momento álgido, a poco menos de media hora para que diera comienzo el pleno de investidura, llegó con la aparición de Marta Barrachina, ataviada con un traje monocolor blanco, símbolo de transparencia, y un abanico para escapar del sofocante calor de julio. Y es que el termómetro no dio un respiro. Pese a ello, los invitados e invitadas fueron llegando de manera paulatina en una jornada llena de expectación. Carlos Mazón, presidente del PP en la Comunitat Valenciana; el ex presidente de la Generalitat, Alberto Fabra; y el expresidente de la Diputación de Castellón, Javier Moliner, quisieron acompañar a Barrachina en este histórico día, cómo no podía ser de otra forma. También lo hizo la alcaldesa de Castelló, Begoña Carrasco, con quien compartió miradas cómplices en un día ilusionante para los populares.
Las sonrisas, los abrazos y distendidas charlas formaron parte de la tónica de esta previa que congregó, además de a representantes del mundo de la política (no faltó la presidenta de Les Corts, Llanos Massó), de la educación, como la rectora de la UJI, Eva Alcón; del mundo empresarial, como la presidenta de la Cámara de Comercio, Loles Guillamón; así como de las fuerzas y cuerpos de seguridad, como el comandante de la Guardia Civil, Ángel Gil, el Jefe de Operaciones del Consorcio Provincial de Bomberos, Andrés Balfagó, o el subdelegado de Defensa, Manuel Monzó.
Y es que nadie quiso perderse esta cita marcada en rojo en el calendario. El conseller de Sanidad, Miguel Mínguez; alcaldes y alcaldesas de distintas localidades de la provincia, como Susana Marqués (Benicàssim) o Tania Baños (la Vall d’Uixó); la subdelegada del Gobierno en Castellón, Soledad Ten; y las diputadas autonómicas electas Salomé Pradas y Susana Fabregat se dejaron ver a las puertas de la sede provincial y siguieron desde un lugar privilegiado la sesión plenaria.
Una jornada que estuvo impregnada de emoción para la valldalbense. Y así lo hizo entrever al numeroso público que abarrotó el salón presidencial al dirigirse a su familia, allí presente. Su hija Martina y sus padres, dispuestos en primera fila, no pudieron contener las lágrimas; sus caras denotaban orgullo y exultación. Y no era para menos, pues Barrachina escribió un nuevo capítulo de la historia de Castellón y se alzó como la primera mujer en convertirse en presidenta provincial.
Un 'photocall' improvisado y un tour' por los despachos
Tras los juramentos, promesas y los imperativos legales con los que los diputados y diputadas juraron sus cargos, el salón de plenos se transformó, al concluir la sesión plenaria, en un improvisado 'photocall' por el que pasaron cientos de invitados para fotografiarse con la gran protagonista de la jornada. Y tras casi una hora de flashes, Barrachina aún tuvo tiempo de realizar un pequeño 'tour' por las distintas estancias del ente provincial junto a Mazón y Fabra.
El acto de investidura de Barrachina reunió a representantes políticos de todos los colores. Lejos de mostrarse enemistados y distantes, dejaron ver su cara más amable y las risas, abrazos y relajadas conversaciones fueron una constante. ¿Se mantendrá esa sintonía en este nuevo ciclo político que acaba de empezar? Tiempo por venir, futuro.
