Las visitas a los grandes veleros, los bautismos de mar, las exhibiciones militares y las tradiciones marineras, levantan pasiones
Escala a Castelló levanta amarras y dice adiós a su segunda edición en la gran fiesta del mar en pleno lunes de Pascua. Las visitas a los grandes veleros, los bautismos de mar, las exhibiciones militares y las tradiciones marineras, han levantado pasiones con un índice de visitas similar al de 2018. El objetivo ahora está puesto ya en la III edición, una cita muy especial que llegará de la mano del hermanamiento con Sète, y que multiplicará la presencia de naves históricas en el Puerto de Castellón
Esperanza Molina / Castellón Información
Lunes de Pascua, último día de vacaciones en los centros escolares, Institutos y Universidad, y jornada de resaca electoral. La segunda edición de Escala a Castelló decía adiós y soltaba amarras.
El muelle de Costa se transforma poco a poco para volver a esa rutina diaria después de haberse convertido en un Parque Temático del mar, que ha sumido a toda la ciudad en una fiesta marinera.
Desde el pasado 25 de abril hasta hoy Castellón ha vivido envuelto en historias de mar, de piratas y corsarios, de navegaciones transoceánicas, de aventuras náuticas, para recobrar esa parte de su trayectoria, tantas veces relegada en la que Castellón es también puerto de mar y litoral marítimo.
Esta segunda edición era fundamental para consolidar la apuesta de Escala a Castelló. Lo era porque, como tierra que ha vivido durante tantos siglos de espaldas al mar, necesitaba recobrar esa mirada al horizonte. Y porque, a diferencia de la ciudad francesa de Sète, la tradición marinera había quedado relegada a la actividad de los mercantes y las faenas de la pesca…
Escala a Castelló nació de la mano de la ciudad francesa de Sète, ciudad del sur de Francia, que ha hecho del mar su gran atractivo turístico en el Mediterráneo. En Sète, la cita es bi-anual, y tras su primera edición en la que apenas contó con unos cuantos barcos, el año pasado era capaz de concentrar ya más de 100 naves históricas procedentes de todos los puntos del planeta.
Castellón, de la mano de Sète iniciaba su aventura el año pasado, y ya conseguía ofrecer una imagen inimaginable en el Puerto de Castellón. Una aventura que necesitaba consolidar y grabar a fuego en el corazón y en la mentalidad de los castellonenses, pero también de todos los amantes del mar.
Por eso quizá, esta apuesta del 2019 era fundamental y ha tenido su reconocimiento con la financiación de la Unesco.
Y no ha sido fácil. Por una parte, porque la posibilidad de atraer a los grandes veleros, el objeto más preciado de los visitantes ha sido complicado. Aún así, se ha ofrecido más de 120 actividades diferentes para todos los gustos y todas las edades en un ambiente familiar en el que todos los sectores han tenido oportunidad de pasarlo bien.
El Bacaladero Portugués Santa María Manuela
El bacaladero portugués Santa maría Manuela, con sus cuatro palos, atracado en el muelle de levante, ha sido uno de los grandes atractivos de esta fiesta del mar. Un barco construido en 1939, como parte de la gran Flota Blanca Portuguesa, y que, tras ser reconstruido con mucho, mucho esfuerzo, es parte del patrimonio náutico portugués, un país que conquistó los mares y fue una de la grandes potencias náuticas del planeta.
Pailebote Santa Eulàlía, Bien de Interés Internacional propiedad del Museo Marítim de Barcelona, arribaba el viernes, tras hacer frente a la fuerte marejada y vientos de sur.
En apenas cuatro días ha registrado miles de visitas cada día. Atracado en el muelle de costa y con un acceso más fácil que el Santa maría Manuela, ha sido uno de los atractivos más valorados de los votantes de Escala a Castelló. Y es que el Santa Euàlia, con base en Barcelona, tiene parte de su corazón en la Comunitat Valenciana, ya que fue construido en 1918 en Torrevieja. El Santa Eulàlia y su hermano gemelo, tomaron el nombre de los hijos del armador: Carmen (Santa Eulàlia) y Pascual Flores. El Santa Eulàlia es uno de los veleros más antiguos que todavía navega los mares. Su gemelo corrió peor suerte.
El Galeón Andalucía
Y en la noche del sábado cruzaba también la bocana del Puerto el Galeón Andalucía, una réplica de los antiguos galeones españoles del siglo XII. Fue una imagen espectacular, porque la nave llegaba caída la tarde, en un muelle de costa expectante e iluminado, y en medio del disparo de un castillo de fuegos artificiales.
Desde entonces, el Galeón Andalucía, de la Fundación Nao Victoria, ha sido también uno de los grandes atractivos porque conocer la nave es como sumergirse en la historia de una España que dominó los mares y revolucionó las técnicas de la navegación transoceánicas.
A bordo del Galeón se puede visualizar ya la evolución de las naves básicas de expedición como fue la Santa María o la Nao Victoria, a la nave preparada ya para poder portar un pasaje cuya ‘calidad’ se puede medir por las dependencias que ocupaban.
El jardín de El Galeón: 'no te metas en ese jardín'
Mención aparte merece un detalle, algo escatológico pero muy interesante. El denominado ‘jardín’.
Si el visitante todavía tiene oportunidad de visitar el barco, observe como la proa tiene un saliente que sobrevuela el mar. Y si puede visualizarlo desde dentro, comprobará también, como esa plataforma sobrevolada, tiene como base una especie de reja en madera…
Cuando se visitan estos grandes barcos históricos, o cuando se visualizan en las películas, el pequeño detalle que nadie tiene en cuenta, es que tanto marineros como pasaje pasaban días y e incluso meses a bordo, y que, además de comer, dormir, y aguantar la travesía, tenían también otras necesidades fisiológicas.
Pues bien, cuando comenzaron las travesías con pasajes en aquellos Galeones, hubo que habilitar un lugar para esas necesidades a quienes no tenían ni la habilidad ni el coraje de colgarse por la proa; esa plataforma sobrevolada servía precisamente para eso, para poder depositar allí esas necesidades.
Imagínese el lector, lo que podía suponer aquello, sin intimidad ninguna, con pocos sitios donde sujetarse, y mientras la proa cabeceaba en el mar… Los marineros lo llamaban ‘el jardín’ y de ahí procede la expresión del lenguaje cotidiano: “no te metas en ese jardín”.
También recibió el nombre de ‘el hacedor de viudas’. Sin comentarios.
No han sido los únicos barcos visitables. En el muelle de Levante, la patrullera de la Armada o la nave de Salvamento Marítimo también han realizado sus puertas abiertas para poder comentar su día a día a los curiosos y aficionados a la navegación.
Las justas de Sète
En la fiesta del mar de este año han participado activamente los organizadores de Escala a Sète. Lo hicieron con sus famosas justas. Contiendas que, como las justas en tierra, consisten en el enfrentamiento de habilidosos lanceros, protegidos con escudos de madera, y situados en una plataforma levantada de las naves de remos que se entrecruzan en el mar.
Justas que levantaron pasiones y en las que llegó a verse participación municipal y, por cierto, con muy buen papel en los resultados.
Pesca Turismo, Vela Latina y Bautismos de Mar
Y en el Club Náutico de Castellón ha permanecido fondeado el Pesca Turismo, un pesquero de arrastre en activo, que compatibiliza su actividad pesquera con la de mostrar a los visitantes la cultura de este tipo de modalidad de pesca.
Entre los días 24 y 25, de abril, los pequeños navegantes de Óptimist procedentes de todos los puntos de la Comunitat Valenciana compitieron en la Regata Magdalena de Castellón, la más antigua de Vela Ligera de España.
Y entre el 25 hasta esta misma mañana, las velas latinas, tan propias de la Comunitat, han mostrado también otras artes de la navegación a vela.
En lo que concierne a los bautismos de mar en veleros y en kayaks, la demanda del público se multiplicaba este año, hasta superar los 400 diarios, con listas de espera. Y es que los visitantes de Escala a Castellón han comenzado a romper sus prejuicios y a tomar el mar como una parte de su cultura. Unas jornadas abiertas que se repetirán el próximo miércoles, día 1 de mayo.
Pero Escala a Castelló ha sido mucho más que eso. El muelle de costa, como parque temático, ha ofrecido también recreaciones militares históricas. ¿Quién se acuerda ahora de los Tercios de Flandes, de los navegantes y militares de Cuba o de Filipinas, y de los territorios más allá de los mares?; de la España de los siglos XV, XVI y XII o XVIII, los hidalgos españoles de aquella España empobrecida que, pese a disponer del tesoro más enorme en ultramar, apenas podía salir adelante y donde las familias posicionadas destinaban a sus hijos para que pudieran ganarse la vida: el mayor heredaba la hacienda, el segundo era destinado a las milicias, el tercero a la iglesia…
El campamento militar ha tenido un éxito extraordinario gracias a las representaciones donde no han faltado las luchas de esgrima, el mantenimiento de las caballerías o las explicaciones de cómo aquellos antiguos cañones se cargaban y disparaban en aquella España de otros tiempos.
Mercado Marinero
En este parque temático tampoco ha faltado el mercado marinero, donde se han podido encontrar objetos de todo tipo, unos más marineros que otros, ni los centros gastronómicos, donde se han podido degustar productos de todas las culturas.
Por cierto, en una de esas paradas se sorprendían al conocer, que los actuales ‘burguer’, o la palabra ‘barbacoa’, tan americana, tiene procedencia española, porque fueron los bucaneros los que asaban la carne a bordo de los barcos y la ofrecían a los barcos que cruzaban el océano mal alimentados. Una actividad que, tras prohibirse por las leyes de la época convirtió a los primitivos bucaneros en piratas…
La historia marinera, en todas sus vertientes, ha caracterizado y forma parte de la cultura de Castellón.
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