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jueves, 28 de marzo de 2024 | Última actualización: 13:23

Escala a Castelló: la provincia, zona estratégica nacional para proveer de cordelería a la Armada Española

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La Plaza Huerto Sogueros de la capital, una estampa de la tradición del 'cànem' gracias a la mediación del rey Amadeo I

La provincia de Castellón fue una zona estratégica nacional para proveer de cordelería a la Armada española en los siglos XII al XIX. Tanto la Nao Victoria como el Galón (los originales) cuyas réplicas están en Escala a Castelló, pertenecen a una época en la que sus aparejos se realizaban con cáñamo de la mejor calidad, cultivado en Castellón,  y el Estado controlaba la producción. El rey Amadeo I compró los terrenos que dieron lugar a la plaza de Huerto Sogueros para facilitar las labores de los trabajadores del ‘cànem’.

Esperanza Molina/Castellón Información

La presencia de Castellón en las grandes gestas transoceánicas de la marina española queda poco señalada en los libros de historia. Sin embargo, tuvo un peso fundamental en la producción de los productos estratégicos de aquella Armada, que todavía puede rememorarse en plaza de Huerto Sogueros, donde se rememora lo que fue el cultivo y la manipulación del cáñamo.

Con La Nao Victoria y El Galeón, que se pueden visitar en Escala a Castelló, merece hacer un alto en el camino para recordar que ambas naves pertenecen a una época en la que toda la cordelería y diferentes aparejos de la Armada Española se fabricaban con el mejor cáñamo de la época, en la que Castellón era una fuente de abastecimiento fundamental.

La provincia de Castellón era una de las zonas donde se realizaba el cultivo de esta planta, de la que se obtenía un producto de la mejor calidad. Por esta razón, el ‘cànem’ de Castelló estaba considerado como un material estratégico de la Marina española, y su cultivo fue intervenido por la Corona.

Pero cabe contar el relato desde el principio

El esparto y el cáñamo en el aparejo de los navíos de la Armada Española

En el siglo XV, cuando no existía el plástico ni los materiales ultramodernos con los que ahora se fabrica la jarcia de los barcos, la cordelería se elaboraba con elementos vegetales. El más usado hasta entonces era el esparto, con el que también se fabricaban numerosos objetos de uso cotidiano… y luego se introdujo el cáñamo.

El esparto se cultivaba en el Mediterráneo desde tiempos inmemorables y se cita en relatos griegos y romanos, comercializado desde el año 500 a.C. por los cartaginenses, de los que deriva su nombre de Campus Spartarius. Tenía múltiples usos, entre ellos, la cordelería de las naves.

El cáñamo procedía de Asia y fue introducido por los pueblos islámicos a principios de la Edad Media. Con el cáñamo se producían también las telas de lino, se fabricaban lonas, vestidos, cordeles, sogas y otros utensilios.

Ruta del cáñamo desde el Báltico (Díaz-Ordóñez)
Ruta del cáñamo desde el Báltico (Díaz-Ordóñez)

Aunque la Penísula Ibérica (España y Portugal) utilizaban tradicionalmente el esparto como material para la construcción de la cordelería de sus barcos, las navegaciones transoceánicas demostraron la necesidad de desarrollar barcos más robustos con jarcias más resistentes. El esparto era menos duradero y más frágil, mientras que el cáñamo de buena calidad resistía mejor e, impregnado con brea caliente sellaba y tenía una mayor durabilidad.

De esta forma, a medida que se multiplicaron las grandes y largas expediciones, en el siglo XVI, el cáñamo fue sustituyendo al esparto que se quedó para el cordelaje de los pesqueros o los barcos de navegación fluvial. Según Díaz Ordoñez (2009) “de 1670 a 1800, los buques europeos que navegaban por los océanos habrían necesitado más de 300.000 toneladas para su primer armamento. Cantidad que se incrementaría con la necesaria para reponer las constantes averías y fatigas de las velas y jarcia durante el duro servicio marino de estos productos”.

Ahora bien, España tenía cultivos de cáñamo pero la producción no resultaba suficiente para abastecer las necesidades de la flota; de hecho, las mayores cantidades se importaban del norte de Europa, fundamentalmente de Rusia a través de Holanda.

Las zonas de mayor cultivo del cáñamo en España entre 1.500 y 1800 se ubicaban en los alrededores de Barcelona, Lérida, Castellón y Valencia y también en el reino de Granada. La producción de cáñamo llegó a ser de tal importancia para los intereses de la corona, que, además, se procuró su cultivo en los dominios americanos e incluso en las colonias Filipinas.

Con las rutas de ultramar, el incremento de barcos y las necesidades de la flota española para el comercio y las acciones de guerra que enfrentaron al imperio español con otras potencias (algunas de las cuales eran intermediarias en la importación del cáñamo ruso), obligaron a la corona española, ya borbónica a buscar fuentes de autoabastecimiento para abaratar el coste del cáñamo y controlar su producción.

cañamo-secando (Castellón en Ruta)
cañamo-secando (Castellón en Ruta)

Para ello se establecieron los denominados ‘productos estratégicos’ para la Armada Española, entre los que se encontraba el cáñamo. Con esta declaración, el Estado intervenía el cultivo y la producción del cáñamo, establecía cupos obligados y estipulaba el precio.

En 1560 el cultivo del cáñamo en Castellón ocupaba el tercer lugar en importancia después del trigo y las moreras para la producción de seda. Aunque la mayor producción de cáñamo se produciría en el siglo XVII.

De haber podido cultivar y comercializar libremente este producto, los labradores de Castelló y la industria que generaban podría haber producido una riqueza increíble, pero las cosas no eran tan fáciles. Tenían que pagar el cupo a la armada, que muchas veces era tan arbitrario como los precios que se imponían, y además, sufrían la competencia de municipios vecinos y de los traficantes que robaban el cáñamo para venderlo de forma ilegal.

agramado del cáñamo (Castellón en Ruta)
agramado del cáñamo (Castellón en Ruta)

Por otra parte, el cáñamo tampoco se podía plantar de continuo ni en las mismas tierras, ya que agotaba la tierra y era menester alternar el suelo con otros cultivos.

Según Ribes Pla (1998), los agricultores debían declarar oficialmente su superficie de cultivo, entregar la mitad de su cosecha (la de mejor calidad) a la Real Fábrica de Lonas de Cartagena, tenían el precio tasado pero, además, “las relaciones entre la Armada y la Comarca de la Plana no se reducían al envío del cáñamo sino también abarcaba a los trabajadores del mismo: tejedores y filadores. Y aunque estos trabajadores tenían pagado el viaje a Cartagena ninguno de ellos lo hacía de buena gana  y habían de hacerlo de forma obligada, por sorteo o por elección…

En 1752 Castelló tenía un tercio de los maestros tejedores de toda la comarca y suministraba la cuarta parte de los cupos obligatorios con destino a Cartagena. La comarca de la Plana tenía 216 maestros tejedores de los que se enviaron 16 a Cartagena.

Con el paso de los años, la comercialización del cáñamo fue a menos. Las moreras que producían seda habían sido arrancadas poco a poco para la producción del cáñamo, cuyo precio en el mercado era mucho más inestable y en esta época surgió la competencia de otras plantaciones como el yute.

El afianzamiento de la naranja como cultivo alternativo hizo desaparecer poco a poco las producciones de cáñamo. La creación de la máquina de vapor acabó por completo con el grueso de la industria de suministro al ministerio de la Marina cuando los vapores sustituyeron a los veleros. Finalmente, en la época contemporáneo las fibras vegetales que todavía se usaban en la industria de la navegación fueron sustituidas por el plástico y sus derivados.

suela-cañamo alpargata (Castellón en Ruta)
suela-cañamo alpargata (Castellón en Ruta)

La manufactura del cáñamo también generó una importante industria alpargatera. Con los sobrantes de la cosecha se fabricaban numerosos productos pero las alpargatas fueron siempre uno de los usos fundamentales. Lo más curioso de todo, es que la mayoría de estos productos se fabricaban ‘desde casa’ en los domicilios de los soleros, puntilladores y rodadores que cobraban a tanto por docena. Las alpargatas se entregaban a los comerciantes que, a su vez las vendían al público.

La manufactura del cáñamo dio lugar al gremio de los sogueros, que trabajaban el cáñamo hasta convertirlo en madejas con las que se trenzaban sogas y cordeles de variados calibres; y al gremio de los alpargateros, que a su vez lo transformaban en alpargatas. Cada uno tenía sus competencias y no se pisaban el terreno, ahora bien, los primeros tenían la obligación de suministrar a los segundos todo el hilo necesario para realizar su oficio

En el siglo XVIII el Gremio de los Sogueros tenía afiliados 148 maestros, 18 oficiales  y 83 operarios tejedores.

La plaza de Huerto Sogueros

Mapa Castellón Antiguo XVII

En el siglo XVIII, el cultivo y la manufactura del cáñamo estaban en todo lo alto. En 1744, el clavario, mayorales y maestros del oficio de los Sogueros solicitaron al Ayuntamiento de Castelló la cesión de un terreno de secano próximo al casco urbano para poder trabajar su oficio cerca de la ciudad. Se comprometieron entonces a transformar secarral sin uso y mínima hermosura en un huerto de trabajo con un pozo y arbolado que lo embelleciera.  Así mismo prometían acondicionar los caminos y sendas para el tránsito de los vecinos.

El ayuntamiento accedió a la petición, a cambio de que los sogueros compraran también el terreno que daba salida al camino de la Alcora y adecentaran caminos, traídas de agua y otras obligaciones urbanísticas del momento. Allí el gremio trabajó y prosperó hasta disponer incluso de varias casas en diferentes puntos de la ciudad que posteriormente hubieron de venderse por las leyes desamortizadoras que prohibían la propiedad corporativa.

En 1833, el gremio había decaído tanto como la industria del cáñamo. La ciudad había crecido y lo que fuera en su momento un terreno de secano cerca de la ciudad, se encontraba ya prácticamente dentro de ella. El precio de los terrenos se había incrementado considerablemente, pero los impuestos que recaían sobre ellos, también.

A finales del XIX el ayuntamiento aprovechó el momento para para intentar enajenar el huerto con vistas a su urbanización y construcción de viviendas, dándoles a cambio otro solar en las afueras. Un intento de explotación urbanística que el gremio recibió con rechazo, pero con pocas posibilidades de ponerle freno.

Amadeo I rey de España (Museo del Prado)

Era la época en la que se había producido la revolución de 1968, ‘la Gloriosa’, que acabó con el destronamiento de la reina Isabel II de España y dio lugar al denominado sexenio democrático (1868-1874). En aquellos momentos las Cortes se oponían todavía a la declaración de una república, la alternativa pasaba por tener un rey. Tras muchos miramientos se optó por ofrecer el cargo a Amadeo de Saboya, hijo del rey de Italia. El 2 de enero de 1871, Amadeo de Saboya juraba la Constitución Española y era reconocido como Amadeo I de España.

Con la mejor voluntad, el nuevo rey visitó diferentes zonas españolas para conocer a su nuevo pueblo. El viaje de reconocimiento le hizo recalar en Castelló en el 7 de septiembre. En su estancia en la capital de la Plana, Amadeo I conoció las quejas los sogueros por lo que pretendía el ayuntamiento. Habló con las partes, con su propio dinero compró el solar al ayuntamiento y lo vendió a los artesanos filadores por un precio irrisorio para preservar su industria y sus derechos.

Amadeo de Saboya duró poco más de dos años como rey. Tal como lo habían llamado para reinar lo despidieron del cargo sin más miramientos.  Amadeo I  renunció al trono para volver a Italia, y en España se proclamó la República. Pero Castelló y el gremio de los sogueros siempre le rindieron memoria. La plaza Huerto Sogueros está dedicada a la artesanía del cáñamo, pero la calle que la cruza al oeste está dedicada a su benefactor, Amadeo I.

plaza huertos sogueros

En la actualidad, el antiguo edificio de Hacienda es un edificio cultural que lleva como nombre 'El menador' en honor a los artesanos que trabajaban el cáñamo.

Otros lugares que recuerdan la industria del Cànem en Castellón son la Plaza de la Hierba o la Lonja del Cañémonos, en la actualidad edificio cultural de la Universidad Jaume I en la calle Caballeros.

Cuando el visitante transite por el Puerto de Castellón y contemple tanto la Nao Victoria como El Galeón, recuerde que la ciudad quizá no figura en sus gestas heroicas, pero si está representada en toda esa cordelería y jarcias que se fabricaron con el sudor y el esfuerzo de los labradores y artesanos de Castelló.

Nao Victoria Escala Castelló 021020

Bibliografía:

  • Ribes Pla, R. (1998) "El Cànem i Castelló", Colecció monografies del Museu Etnològic de Castelló. Ayuntamiento de Castelló
  • Díaz-Ordóñez, M. (2016) "La comisión del cáñamo en Granada. Sustituir la dependencia báltica como estrategia defensiva del Imperio español en el siglo XVIII", Vegueta. Anuario de la Facultad de Geografía e Historia. Universidad de Sevilla
  • Díaz-Ordóñez, M. (2005) "El cáñamo y la Corona Española en ultramar: América y Filipinas (siglos XVI- XVII)". Revista de Historia Naval. Instituto de Historia y Cultura Naval Armada Española.
  • "La Industria del cáñamo en Castellón" Castellón en Ruta. Fundació Caixa Castelló.