Si crees que hablar de satisfacción laboral es de “blanditos” o sencillamente te importa un bledo el bienestar psicológico o la salud mental de tus empleados, entonces no es necesario que sigas leyendo. Pero, antes de hacer “scroll”, ya te anticipo que te estás perdiendo la parte más rentable de tu negocio y que te comparto hoy con una nueva edición.
Porque un empleado satisfecho no es solo alguien contento. Es alguien:
- Que produce más.
- Que se implica más.
- Que no se va a la mínima.
- Que enferma menos.
- Que hace que tus clientes sean mucho más felices.
La pregunta del millón es, entonces; ¿por qué muchas empresas no invierten más en esto?
Te lo resumo en dos palabras: FALTA VISIÓN.
La satisfacción laboral no es solo una nómina decente, fruta fresca un día a la semana o una mesa con vistas. Es mucho más.
Pero antes déjame explicarte cómo funciona.
Hay factores empresariales que sí puedes gestionar:
- El ambiente de trabajo.
- Las relaciones con jefes y compañeros.
- Las políticas de promoción.
- La forma en que comunicas.
- Y por supuesto, la retribución.
Pero, y ahora viene lo que muchos pasan por alto, también hay factores individuales, que dependen del propio empleado y que necesitas conocer:
- Sus necesidades personales
- Sus valores
- Sus expectativas
¿Y sabes qué? La mayoría de las empresas no pregunta por esto y eso es lamentable. Lamentable, porque: ¿sabes qué pasa cuando estos dos mundos NO están alineados?
- Frustración.
- Rotación.
- Bajas.
- Mal ambiente.
- Quejas y reclamaciones de clientes.
- Pérdida de rentabilidad en tu empresa.
Y todavía los hay que echan la culpa a la generación Z porque no son "buenos trabajadores". ¿Y tú? ¿Haces tus deberes?
Y todo tiene una explicación científica además. Se trata del modelo cibernético (Jiménez, 2006) por el cual cuando una persona (conscientemente o no) no está satisfecha con su trabajo, porque lo que hace es comparar lo que tiene con lo que esperaba tener, no se queda quieta. Busca compensar. A veces enfermando, bajando el ritmo, desapareciendo mentalmente. Otras, incluso compensando el salario por otros medios menos éticos.
Mi padre, insatisfecho en su última etapa laboral, solía repetir en casa:
“Me podrán engañar con el sueldo, pero no con el trabajo.”
Por eso es tan importante cuidar esto desde la raíz con personas con visión estratégica. No es tan solo una cuestión emocional, ni de moda. Es pura lógica organizativa.
Si has llegado hasta aquí, te voy a desvelar un secreto (solo a tí) ...
Muchas empresas empiezan en negativo, porque empiezan con una mala SELECCIÓN.
Si contratas por currículum y no por valores y encaje cultural, estás sembrando el caos futuro.
Y ojo: ¿quién hace las entrevistas en tu empresa? ¿Una persona formada en ello o alguien con tiempo libre o en prácticas (que me disculpen los becarios)?
Quizás ha llegado el momento de dejar de improvisar en lo más importante que tienes: LAS PERSONAS y empezar a trabajar con profesionales del área.
¿Te acompaño a revisar tus procesos?
































