El 69% de los consumidores elige el supermercado como formato principal, mientras que el 77% declara haber cambiado sus hábitos por la situación económica, según la encuesta anual de la MPAC realizada a 3.800 familias
El supermercado se consolida como el lugar de compra preferido por los consumidores en España, elegido por casi siete de cada diez usuarios (69%), según la última encuesta de la Mesa de Participación Asociaciones de Consumidores (MPAC), correspondiente al primer semestre de 2025. El estudio, realizado a 3.800 familias, indica que la situación económica continúa condicionando el comportamiento del consumidor: el 77% ha modificado sus hábitos, impulsado por la búsqueda de ofertas, un mayor aprovechamiento de alimentos o la reducción directa del gasto en alimentación.
Además, un 33% de los encuestados se considera vulnerable debido a su bajo nivel de renta o formación. Este contexto explica que la cercanía sea el factor más valorado para elegir establecimiento (38%), seguida del precio (34%) y de la calidad del producto (31%).
El estudio confirma que el supermercado se mantiene como formato dominante, muy por delante del hipermercado (12,4%), del pequeño comercio (8%), los mercados municipales (5%) y la compra online (5%). Aunque el comercio digital muestra mayor aceptación social, su uso real avanza de forma más lenta que en años anteriores.
En materia de nutrición, la encuesta recoge que el 74% considera que mantiene hábitos saludables, aunque un 25% afirma no saber cómo evaluarlos. La etiqueta sigue siendo la principal fuente de información (56%), pero casi la mitad de los usuarios la percibe confusa o poco accesible. La fecha de caducidad continúa como el dato más consultado (65%), pese al 46% que reconoce consumir productos más allá de esa fecha.
Respecto a la salud, un 55% compra productos con alegaciones saludables, mientras que la información sobre azúcar se posiciona como la más valorada (38%), por encima de grasas (20%) o sal (12%).
El informe también detecta avances en sostenibilidad: el 88% asegura realizar alguna acción para reducir el desperdicio alimentario y la mayoría separa residuos, especialmente los envases del contenedor amarillo (73%). Sin embargo, 6 de cada 10 admiten dificultades para realizar una compra sostenible y solo algo más de 3 de cada 10 pagarían un extra por productos sostenibles, lo que vuelve a situar al precio como criterio determinante.
En el ámbito de la Responsabilidad Social Empresarial, únicamente 4 de cada 10 consumidores la consideran un elemento relevante al comprar alimentos, mientras que crece el porcentaje de quienes no pueden valorarla (30%). Según el estudio, esta tendencia refleja que, aunque las expectativas hacia las empresas aumentan, la implicación personal no avanza al mismo ritmo.
Desde la MPAC señalaron que los resultados confirman la necesidad de reforzar la educación en consumo y la transparencia informativa para facilitar decisiones de compra más conscientes. El organismo recordó que la mesa, integrada por AVACU, FUCI, UNAE, UCAUCE y Mercadona, trabaja desde 2014 para analizar tendencias y proponer soluciones conjuntas entre consumidores, administraciones y empresas.
