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sábado, 27 de abril de 2024 | Última actualización: 02:05

El PSOE hace agua

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Este pasado viernes y sábado nuestro pueblo sufrió una DANA que demostró que de poco sirve la propaganda en forma de promesas si luego, a la hora de la verdad, los incumplimientos son tozudos.

Nuestro recién estrenado colegio Embajador Beltrán se vio obligado a suspender las clases cuando el agua se hizo dueña del área de Infantil, cocina y comedor. A las 14.00 horas, con todo lo que ello supone para las familias, el centro tuvo que ser evacuado. No fue el único, también el colegio Santa Quitèria, que por cierto el PSOE mantiene desde hace siete años en barracones, tuvo que cancelar las clases.

En el polideportivo La Garrofera, el pabellón A y el B, que recuerdo fue reformado hace poco más de dos años para dar servicio óptimo a los alumnos del colegio Regina Violant, volvieron a sufrir unas goteras que ya desesperan. No solo a los escolares, sino a los clubes que cada semana tienen en estas instalaciones su espacio de entreno.

Los cubos se hicieron con la pista de juego que no pudo ser ocupada por unos deportistas que, como el Club Almassora Balonmano, tenían fijada a las 16.00 horas del sábado la presentación de sus equipos. Suspendida no por inclemencias meteorológicas, sino por una política incompetente liderada por la alcaldesa.

Lamentablemente, no son los únicos ejemplos. No sé si recordarán ustedes que en 2015 el PSOE vino a salvar a nuestro pueblo con una solución “definitiva” para las inundaciones del paso inferior que conecta la CV-18 con el Camí Benafelí. Hoy, más de siete años después, el PSOE ha sido incapaz de cumplir su compromiso y sigue cerrando el paso. Eso sí, ya no anuncia soluciones que antaño garantizaba.

Y para qué hablar de la sanidad. Nuestros vecinos lo sufren en sus propias carnes. El PSOE ha cerrado el consultorio de Pla de la Torre. Ha desmantelado el Centro Sanitario Integrado de Pío XII y ha colapsado el ambulatorio de la calle San Pedro. Hoy esa indolencia y falta de compromiso con la salud de las familias se ha traducido en un castigo para pacientes y profesionales. Los primeros con largas esperas para ser atendidos por un médico que no atiende, despacha. Y rodeados de cubos cuando llueve y plagas que se extienden por la falta de conservación de un centro inaugurado hace 36 años. No hace falta decir mucho más.