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viernes, 26 de abril de 2024 | Última actualización: 22:28

El Mircea, el buque escuela de la Armada de Rumanía, el respeto a las tradiciones con la más moderna tecnología

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Botado en 1938, fue requisado por los rusos entre 1944 y 1946, estuvo a punto de hundirse y hoy domina todos los mares

Escala a Castelló cuenta durante estos días con el ‘embajador de Rumanía’ en todos los mares, es el buque de instrucción Mircea, atracado en el muelle de Levante de PortCastelló. El buque escuela de la Armada de Rumanía ha sabido conservar los elementos originales al tiempo que dispone de la más moderna tecnología. Botado en 1938 en Hamburgo, fue requisado por la Unión Soviética entre 1944 y 1946. Es el segundo buque más grande de la fiesta del mar, con 85 metros de eslora.

Esperanza Molina/ Castellón Información

 width=El buque Mircea es, para la Armada de Rumanía, algo similar a lo que es el Juan Sebastián Elcano para la Armada de España. Un barco escuela en el que se forman los marinos rumanos, y una ‘joya de la corona’ que los representa.

Es cierto que El Mircea es más pequeño de Elcano, pero la filosofía con la que trabajan es muy similar: educar ‘en navegación’ a los soldados que un día pueden tener que defender la patria, y hacerlo ‘a la antigua’ y ‘a la moderna’.

O si se quiere decir de otra manera: en las técnicas tradicionales que se utilizaron hace siglos, con los aparejos básicos; pero a la vez, con las últimas tecnologías.

El Mircea es el segundo barco en tamaño de los que visita la quinta edición de Escala a Castelló, solo por detrás de la patrullera Infanta Cristina. Pero por poco.

Y, además, este también es un barco muy singular.

Para empezar, Rumanía es el noveno país más grande de la unión Europea y está situado entre Europa Central y del Sureste, costero del Mar Negro.

El país, como tal, es relativamente reciente, ya que su autonomía se reconoció en 1878. Está formado por tres regiones que ellos llaman provincias. Por su situación estratégica, está situado entre Oriente y Occidente. Pero, además, está peligrosamente cerca de la Unión Soviética, que siempre ambicionó tenerlo bajo su dominio.

Rumanía siempre se ha provisto de una flota para defender sus territorios por mar. Así lo muestra la pintura que decora el comedor de invitados del buque escuela que está atracado en Castelló.

¿Por qué se llama así?

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Escala a Castelló. Mircea Târhoacă capitán del buque Mircea

Mircea fue el nombre de uno de los primeros señores del principado de Valaquia (una de las regiones actuales de Rumanía) que reinó entre los siglos XV y XVI. Y uno de sus buques más emblemáticos en la historia ya llevaba su nombre; pero aquel buque era más pequeño que el actual barco escuela de la armada rumana, que ahora se encuentra en Escala a Castelló.

Su capitán es: Mircea Târhoacă, que accedió a ser entrevistado por Castellón Información para contar las peculiaridades de un buque que visita por vez primera esta ciudad, y que ha sido acogido de forma espectacular en esta fiesta el mar.

La entrevista con su capitán, Mircea Târhoacă, se desarrolla en el comedor de oficiales del barco. Un camarote amplio y familiar, donde habitualmente reina la jerarquía militar y cada persona tiene su sitio. Mircea Târhoacă se expresa en rumano, pero la concejal del Ayuntamiento de Castelló, Mónica Barabás, actúa como intérprete.

 width=Los 'cinco gemelos' mundialmente conocidos fabricados en Hamburgo

La historia del buque escuela Mircea II comenzó a gestarse terminada la Primera Guerra Mundial, en 1933. Los astilleros alemanes de Blohm & Voss en Hamburgo construían varios buques gemelos de gran envergadura. El proyecto inicial contemplaba la creación de 5 unidades, pero el último quedó sin terminar por el principio de la Segunda Guerra Mundial y fue botado mucho después.

Uno de esos barcos fue adquirido por el Estado de Rumanía y botado en 1938 con el nombre de Mircea, el mismo que ya lució su antecesor. Sus ‘hermanos gemelos’ son el alemán, Gorch Fock I de 1933, el norteamericano USCGC Eagle (ex Horst Wessel), el Sagres portugués y el actual Gorch Fock alemán.

La Armada de Rumanía, comentaba el capitán, era consciente de que sus marinos necesitaban una formación náutica más profunda de lo que era habitual en otras flotas, donde basta con la instrucción militar. No todos los países con territorio marítimo lo han considerado de la misma manera, pero Rumanía, como España o Portugal, siempre han valorado esta necesidad.

Inauguración, guerra y 'expropiación forzosa'

 width=El buque Mircea, recién inaugurado, realizó su primera singladura por el mediterráneo el 3 de julio de 1939. Tenía previsto recalar en Chipre y Siria, pero su plan se canceló cuando el 1 de septiembre de 1939 Alemania atacó Polonia. Era el principio de la II Guerra Mundial.

Durante este periodo bélico, el Mircea continuó con sus funciones de instrucción per con travesías mucho más limitadas. Con la ocupación de Rumanía por parte de la Unión Soviética, también los rusos se apropiaron del Mircea.

Pero derrotada Alemania y terminada la guerra, el buque volvió a manos del gobierno de Rumanía, aunque fue necesario realizar reparaciones en profundidad, que se realizaron entre 1946 y 1947.

La aventura más peligrosa

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Mircea

En octubre de 1965, con motivo de una nueva reparación para modernizar el barco, la nave fue transportada hasta Hamburgo. El Mircea no tenía propulsión propia y la navegación fue muy complicada por el Mar Negro y todavía se complicó aún más en el Golfo de Vizcaya. La travesía fue tan penosa, que el buque estuvo a punto de irse a pique. Así se describía textualmente un artículo publicado por ‘Visita de Cortesía’ el 20 de mayo de 2019:

“El día 12 de octubre de 1965 el Mircea puso rumbo al puerto de Hamburgo para ser modernizado, sin propulsión propia fue remolcado por dos remolcadores militares, los RM-101 y NS-116 que debieron de navegar bajo bandera civil pero con personal militar con los nombres de Viteazu y Voinicul para evitarse problemas en algunos puertos.

La travesía por el Mar Negro y Mar Mediterráneo fue complicada debido a diversas tormentas pero no fue nada comparado con lo que les esperaba al entrar en la Golfo de Vizcaya. El 25 de noviembre la mala mar provocó diversos daños graves en los tres buques del convoy rumano, el Mircea se escoró peligrosamente hasta los 35 grados en ambas bandas.

 width=Al día siguiente las condiciones meteorológicas no mejoraron, los vientos superaron los 120 km/h y los cabos que lo mantenían unido a los remolcadores se rompieron, sin propulsión propia la tormenta lo arrastró cerca de la boya que marcaba una distancia de 300 a 400 metros de Île-de-Sein. Las dotaciones de los remolcadores contemplaron impotentes como el Mircea se aproximaba peligrosamente a la Calzada de Sein con el riesgo evidente de embarrancar y de perder el barco. Desde el Mircea probaron de soltar primero el ancla de estribor, sin mucho éxito y después repitieron la operación con el ancla de babor del tipo almirantazgo. Esta última se enganchó con el sistema de flotabilidad de la boya quedando el Mircea atrapado junto a la boya y provocándole diversos daños en el casco.

Lograda una posición mínimamente segura se lanzó el SOS y en su ayuda acudieron diversos buques, entre ellos el mercante Conrad con bandera noruega y los remolcadores militares franceses Implacable A-670 y Rhinoceros A-668, estos lograron rescatar al Mircea y remolcarlo al puerto de Brest al día siguiente.

El mal tiempo los acompañó hasta su llegada a Hamburgo el 19 de enero de 1966 en donde fue sometido a unas profundas obras de modernización, abandonando los astilleros que lo vieron nacer por segunda vez el 10 de octubre de 1966”.

Desde entonces, navega por todos los mares

Y desde entonces, el Mircea es un buque todavía más emblemático que realiza continuas singladuras de instrucción. En 1976 cruzó el Atlántico para estar presente en el bicentenario de la Independencia de Estados unidos. Ha recibido una condecoración de su gobierno, como el principal embajador marítimo de Rumanía y ha participado en numerosos eventos internacionales.

Tiene una dotación de 165 marineros de los que 92 son estudiantes que reciben formación militar y náutica; en su tripulación hay 16 mujeres, 14 de ellas en instrucción, y 2 son mandos.

A punto de cumplir 84 años, el Mircea ha visitado varios puertos españoles: Almería, Cádiz, Barcelona, Vigo y Palma y es la primera vez que navega por aguas de Castelló. El próximo mes de junio tiene programado visitar el Puerto de Valencia.

El espectáculo de su arribada a Castelló

Târhoacă reconoce que la entrada del Mircea en el Puerto de Castelló fue espectacular. Un acontecimiento para los visitantes de Escala Castelló que quedaron impresionados con el buque y con el adiestramiento de sus marineros, subidos a las jarcias de las velas.

Pero también, afirma, fue muy gratificante para ellos, porque el público los recibió con aplausos y con mucho cariño, y eso les hizo sentirse como ‘en casa’.

Es conocedor de que en España hay un gran número de población rumana, y que, en Castelló, concretamente, su país tiene una presencia importante. Y confiesa que le emocionó conocer la iglesia ortodoxa que se encuentra en la calle Sant Roc de Castelló, donde más de 30 personas le dieron la bienvenida cuando llegó a Castelló el pasado jueves.

A los rumanos, indica, les gusta mucho España, pero no solo por cuestiones de trabajo, sino también como un lugar con un gran atractivo turístico que quieren visitar, y además, la gente, afirma es muy hospitalaria. Confiesa que le gustaría conocer más de Castelló, pero no como ahora, en una visita de trabajo, donde sabe que tendrá muy poco tiempo para disfrutar la ciudad, sino como turista para poder disfrutar de la ciudad.

También, Mircea Târhoacă, se refiere a la importancia de la celebración de la Pascua. Una festividad que los rumanos celebran de forma importante en familia; y se siente a gusto de poder compartirla con los habitantes de Castelló. Con su presencia en Castelló, el Mircea también lleva un trocito de Rumanía a todos los rumanos que viven en esta ciudad, y se encuentra orgulloso de afirmar este sentido de pertenencia y relación de cercanía.

Durante la visita al Mircea, Târhoacă muestra orgulloso el Salón- Comedor de invitados oficiales; una cámara impresionante, decorada con un gran mural rectangular, que va de esquina a esquina de la sala, y en la que están pintados los modelos de los barcos que, a lo largo de la historia, han integrado la flota de Rumanía. Todos esos barcos, señala, llevaban en el casco el emblema de su país… pero fueron borrados de la pintura y ahora quisieran recuperarlos, pero es complicado; la obra es antigua.

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En este salón, muestra el galardón que le concedió el gobierno rumano pero, además, señala con decisión, un grabado en el que se recoge el documento de la botadura del barco bajo el pabellón de Rumanía. "No es un barco ruso, insiste, es un barco rumano y siempre lo ha sido".

Lo más impresionante del Mircea, y así lo muestra su capitán, es que ha sido capaz de conservar todos los elementos tradicionales de navegación, como un verdadero museo. Pero además, está dotado de la tecnología más innovadora.

De esta forma, sobre cubierta se encuentra todavía el timón original del barco, con el que se puede gobernar manualmente la nave. Y a su lado, el aparejo electrónico de piloto y navegación automática. “siempre hay un hombre en el timón que vigila la travesía”.

En otro de sus puntos  muestra los antiguos baldes (cubos) de madera, originales del Mircea con los que se baldeaba la nave. Ahora tienen mecanismos modernos, pero la historia original está siempre presente en todos los lugares del Mircea. Absolutamente moderno, pero sin perder sus elementos tradicionales.

Todo en el Mircea es espectacular, pero no se olvide el lector, también es un buque escuela y un barco de instrucción militar y la disciplina está siempre presente. Por eso, en el desfile de Escala a Castelló la parte de la dotación que participó en el evento iba completamente uniformada.

En lo que concierne a sus características, tiene 81,10 metros de eslora (longitud), 12 de manga (anchura) y 5 metros de calado.  Es un buque dotado con tres mástiles que portan 23 velas y presentan una superficie vélica de 1.750 metros cuadrados y una altura total de 42 metros. Pero también está dotado con un potente motor con el que alcanza una velocidad de 9,5 nudos. Tiene una superficie útil de 1.750 metros cuadrados.

Si el lector visita Escala a Castelló, no deje de subir a bordo del Mircea. Quedará impresionado. Está atracado en el muelle de Levante y por la noche luce una iluminación con los colores de la bandera de Rumanía.

Bibliografía: