Ha pasado un año desde aquel dramático 29 de octubre que tanto dolor causó en 89 localidades de Valencia, una de Albacete y una de Málaga. Todas ellas han comenzado a recuperarse aunque más lentamente de lo que sería deseable. El barro ha desaparecido, algunas de las empresas han conseguido reabrir sus negocios, las víctimas están más presentes que nunca; el vacío que dejaron difícilmente será cubierto. El parque móvil solo parcialmente está repuesto. Las indemnizaciones siguen llegando con cuentagotas.
¿Qué ha cambiado en estos doce meses? Algo se ha transformado radicalmente: en octubre y noviembre de 2024, el malo, el responsable, el culpable de las desgracias, el asesino, el galgo de Paiporta, era Sánchez. En el funeral laico del pasado 29 de octubre, tan solo un año después de la tragedia, las tornas habían cambiado: Sánchez pudo acudir a la ciudad de las Artes de Valencia sin ser insultado. La rata, el cobarde asesino había pasado a ser Mazón.
¿Cómo se explica esta modificación? Pura política. En lugar de estar concentrado en la reconstrucción de la región, el gobierno se ocupó de dar la batalla política y las doce manifestaciones organizadas por la izquierda -una por mes- , bajo el lema "Mazón, dimisión", dio sus frutos.
Imagino a Sánchez pletórico viendo cómo la ira del pueblo y los insultos iban dirigidos, no a él como le ocurre habitualmente y le pasó sobre todo en Paiporta, ahora miraban al pobre Mazón que debió pasar en la ceremonia valenciana el peor momento de su vida del que solo fue capaz de salir diciendo que iba a proceder a una profunda reflexión de la que puede salir cualquier decisión: dimisión o continuación.
Evidentemente, Mazón no fue un brillante líder de la Generalidad y en la Dana actuó de forma oscura. Pero cargar sobre una Autonomía, la de Madrid, Cataluña, Andalucía o Valencia una tragedia de este calibre es absurdo. La Dana era un problema nacional y era el Gobierno Central -su Presidente, muchos de sus Ministros, dirigentes de instituciones hidrográficas y meteorológicas, amén de la delegación gubernamental en la región con sus títulos falsificados- junto con el presidente de la Comunidad los responsables conjuntamente.
La fea habilidad de la izquierda consiguió una vez más, dar la vuelta a la tortilla, movilizar a sus tropas en el país -especialmente en Valencia- y cargar las culpas sobre Mazón y sobre el PP.
En los próximos días veremos qué decisión toma el líder de la Generalidad y a medio plazo veremos también cómo reacciona el votante español cuando tengamos la ocasión de dar nuestra opinión respecto al actual gobierno y a la oposición.
De momento, la izquierda se mueve con su acostumbrada habilidad; Sánchez compareció ante la Comisión del Senado y pese a los muchos "no me consta" y "no recuerdo" logró salir sonriente e indemne de lo que podría haber sido una escabechina.
No es seguro que logremos salir de la actual encrucijada apoyándonos en el instrumental político existente. Ni los partidos ni el parlamento nos van a sacar del atolladero. Solo el poder judicial, el cuarto poder -los medios informativos- y la opinión pública pueden -en mi opinión- enderezar la situación. Que cada uno de estos tres grupos sea capaz de asumir su rol de forma responsable.
































