Una novela con tintes historia a caballo entre dos épocas y que discurre entre Vinaròs y tierras aragonesas con el cáliz de la última cena como eje central

Luis Gozalvo acaba de publicar la que es su cuarta novela a caballo entre Vinaròs y tierras aragonesas y como protagonista el cáliz de la última cena.
Tras sus cuatro primeras obras Piedra viva, Lana y Sal, Los gatos del infierno y Gremium, Gozalvo ahora nos sorprende con La Custodia del XVI.
Dani, un restaurador de orfebrería religiosa afincado en Vinaròs, reci9be el encargo de restaurar una custodia del siglo XVI. Al desmontarla encuentra un antiguo pergamino que se lo enseña a su amigo Carlos, criptógrafo, descubren un secreto de la Edad Media.
El rey de Aragón Martín el Humano solicitó en 1399 al monasterio de San Juan de la Peña el cáliz de la Cena. Los monjes no están por la labor y piden a un orfebre una copia para entregársela al rey y quedarse con el cáliz de Cristo.
Una apasionante historia a caballo entre dos épocas, la actual y la Edad Media donde Gozalvo expone todos los estudios y descubrimientos del Cáliz de Valencia que se encuentra en la catedral. ¿Es la copia entregada por lso monjes o el original?
-¿Qué pretende con esta su cuarta novela?
Como siempre, lo primero, distraer, y lo segundo ilustrar. Siempre me ha fascinado la historia del cáliz de Valencia, que antes estuvo en Aragón. De todos los que se conservan en el mundo es el único que da arqueológicamente el origen y la edad correctos.
Lo que pretendo es dar la mayor cantidad de datos reales de este cáliz. excepto lo de la copia, todo lo que se cuenta en la novela es real, y el lector puede hacer el viaje de los protagonistas y encontrará todo lo que se describe, aunque…, bueno, no es una historia cerrada, quizá un lector observador, con estos datos descubra algo más…
-Usted restauró la custodia de la reliquia de San Sebastián con motivo de la celebración del IV centenario de su llegada por mar a Vinaròs en 1610, ¿pudo ser ese trabajo de restauración el germen para escribir esta historia?
Casi, pero no. En el relicario de San Sebastián no cabría ese pergamino. se trata de la custodia de Pedro de Orpi, de 1580 que también restauré yo y que se conserva en la arciprestal de Vinaròs. De hecho, no lo oculto y en la novela sale como tal.
No es raro encontrar viejos papeles dentro de algunas piezas, periódicos o cosas así. Muchas veces los metían dentro para evitar ruidos, o dar volumen para que encajase un marco. Cuando desmonté esta pensé “anda que si encontrase algún pergamino que descubriese un secreto…. así nació la idea.
-Durante varios años residió en Vinaròs donde ejerció de joyero, ¿de ahí que parte de la novela discurra en esta ciudad?
Bueno, Vinaròs me encanta. Ya sabes que amo ‘el trosset de cel’, pero además necesitaba como escenario un sitio tranquilo no muy grande donde uno de los protagonistas pudiese leer en un café libros antiguos sin que nadie le molestase y mirando el mar. Vinaròs era perfecto para mover a los protagonistas en un ambiente de relax. El lío ya vendrá luego.
-Narra una historia muy documentada entre dos épocas, ¿dónde está el cáliz de la última cena, si es que se realmente aún existe?
Si hay uno que pueda ser, sin duda es el de Valencia. se trata de un vaso de cornalina de factura palestina del Siglo I. Ahora quieren vendernos que el auténtico es el de León, pero es una melonada. Aparte de todo lo que no concuerda, es que hay un hecho irrefutable. el cáliz de León es de doña Urraca de Castilla, y Urraca estaba casada con Alfonso I rey de Aragón. Urraca engaña a Alfonso con González de Lara. Como castigo Alfonso encierra a Urraca en el castillo del Castellar, cerca de Zaragoza. Si realmente el de Urraca hubiese sido el auténtico, se lo hubiese llevado Alfonso a Aragón. Pero no. lo deja donde está y no le hace ningún caso. ¿por qué llevárselo si el auténtico lo tenía él en San Juan de la Peña, en Aragón?
Luis Gozalvo nació en Madrid (1963), aunque de muy joven se trasladó a vivir a Zaragoza, ciudad natal de su padre, el director de cine José Luis Gozalvo. De pequeño jugaba con su padre a escribir historia. De profesión joyero artesano, perito judicial de joyería y restaurador de orfebrería religiosa, su pasión por la historia y su trabajo le llevan de nuevo a escribir historias que ahora son plasmadas en libros.