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domingo, 28 de abril de 2024 | Última actualización: 14:31

El clima, la presión de Sudáfrica y un menor consumo de fruta, desafíos de los cítricos de Castellón

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Este viernes el Ministerio de Agricultura presenta el aforo de 2023-2024. Las organizaciones agrarias prevén un nuevo descenso de producción y un alza de precios

Los citricultores de Castellón afrontan la campaña 2023-2024 con los desafíos del clima, la presión de terceros países, el menor consumo de fruta fresca y el incremento de costes por la Guerra de Ucrania. Este viernes el Ministerio de Agricultura presenta el aforo del nuevo ejercicio. Las primeras estimaciones de organizaciones agrarias como la Unió Llauradora prevén un descenso de la producción. Las primeras ventas muestran un incremento de precios, una buena noticia pero que no compensa la bajada de la cosecha.

“Ya son cinco años con una cosecha inferior a la media, lo que muestra un problema estructural en el sector”, explica Carles Peris, secretario general de la Unió Llauradora, asociación que estima una disminución de la cosecha de cítricos en la Comunitat Valenciana de un 2 %, situándose en Castelló en las cerca de 550.000 toneladas, de las que 300.000 corresponden a la clemenules, la principal variedad de la provincia.

En la campaña de 2022-2023, la producción en Castellón, según el Instituto Valenciano de Estadística, se situó en las 626.000 toneladas (502.000 de mandarina y 124.000 de naranja) y una superficie de 30.000 hectáreas. Se registraron 262 millones de ingresos en 2022, lo que supuso un incremento respecto a 2021 (241 millones), pero esta mejora no es suficiente para contrarrestar los retos a los que se enfrentan los productores, de ahí, que la cosecha acumule cinco años con cifras inferiores a la media.

Los datos de organismos oficiales muestran los riesgos que afronta el sector. En primer lugar, el consumo de fruta fresca en España ha bajado un 9 % en el último año. En segundo lugar, el cambio climático, es decir, la sequía prolongada y los episodios meteorológicos extremos. El último temporal de esta semana en la Plana Baixa ha afectado especialmente al cultivo de clemenules, con importantes pérdidas económicas, advierte la Unió.

Árbol afectado en el último temporal en la Plana Baixa.

En tercer lugar, las exportaciones de cítricos se están viendo afectadas por la competencia de terceros países tras los tratados aprobados por la Unión Europea. Esta circunstancia es importante porque el 62 % de las ventas de los cítricos corresponden a los mercados exteriores.  Así, las importaciones de cítricos de Sudáfrica en la Unión Europea han crecido en los últimos cinco años, indica el Ministerio de Agricultura, un 28 %, y las de Egipto, un 46 %. En cambio, las exportaciones nacionales de mandarinas bajaron un 16 % en la última campaña, mientras las importaciones de cítricos a España han aumentado un 12 % en cinco años por la menor cosecha.

A esta menor producción hay que añadir el cambio de flujos comerciales por la Guerra de Ucrania y el incremento de costes, así como el alza del riesgo de la entrada de plagas de terceros países al tener controles fitosanitarios más laxos.

Carga de cítricos en el puerto de Castellón con destino a Estados Unidos en 2022.

En este contexto, hay que tener en cuenta las características del sector, caracterizado por pequeñas explotaciones y la falta de relevo generacional. Ahora mismo, el 80 % de las parcelas dependen del mercado privado, según expertos consultados por Castellón Información, estando ligadas una parte a cooperativas, y otra a grandes operadores y fondos de inversión. Mientras, una tercera son pequeños propietarios vinculados el mercado libre, los cuales venden directamente a pequeños comercios.

Soluciones

La Unió Llauradora también advierte de que el arbolado cada vez es más viejo y necesita una reconversión para mejorar su rentabilidad. Por ello, entre otras medidas, reclama ayudas para impulsar su renovación. Asimismo, propone endurecer los tratados de comercio con terceros países que aseguren la reciprocidad en producción y los mismos controles fitosanitarios, para evitar una competencia desleal y posibles prácticas de dumping.

Desde la Unió también reiteran la necesidad de reforzar las campañas de promoción en el exterior y consolidar la iniciativa consensuada a través de la IGP Cítricos Valencianos.