Una gran brecha entre lo que los líderes creen que hacen y lo que sus equipos realmente perciben.
¿Sabes una cosa?
Esto no es solo un “problema de comunicación” en las empresas: es un choque de realidades muy diferentes (jefes y empleados) que impacta directamente en satisfacción, compromiso y hasta en la rotación en las empresas.
Durante mi tesis doctoral con más de 100 entrevistas realizadas a líderes y seguidores de empresas grandes y pequeñas, descubrí algo que me dejó helado (y eso que ya he visto de todo en equipos de trabajo): muchos líderes creen que inspiran, pero sus equipos los ven como ausentes. Tal cual.
Imagínate esta escena:
Tú, como líder, te consideras un líder “transformacional”. Es decir un líder con un estilo de liderazgo motivador, inspirador, que promueve el desarrollo personal y profesional, un ejemplo. Pero preguntas a tu equipo que es lo que yo hice y sorpresa: te perciben como un jefe laissez-faire (vamos, ese que deja hacer, porque ni está, ni se le espera). Esta fue una de las conclusiones que obtuve del análisis de mi investigación todavía en marcha.
¿Sabes qué consecuencias tiene esto?
- Menor satisfacción laboral.
- Menos compromiso.
- Más rotación voluntaria (sí, más dimisiones inesperadas y dolorosas).
No es una suposición. Es un patrón claro: cuanto mayor es la disonancia entre lo que el líder cree ser y lo que su equipo realmente vive, peor el clima, el vínculo y los resultados.
¿Y qué podemos hacer para evitar esta “miopía del liderazgo”?
Aquí van 5 claves muy prácticas:
- Feedback 360º. Si no te lo cuentan todo, no sabes lo que ocurre. Pregunta, escucha y vuelve a preguntar. ¡Sin miedo!
- Haz un ejercicio honesto de autoconocimiento. No lideres desde lo que crees que eres, sino desde lo que los demás realmente ven. Conocerte mejor es el primer paso para liderar mejor.
- Evita el “piloto automático”. Liderar es un verbo en presente continuo. Si llevas meses sin revisar cómo estás liderando, alerta roja.
- No confundas libertad con abandono. Delegar está bien. Desaparecer no.
- Pide ayuda (sí, tú también). Porque liderar en tiempos de cambio no es sencillo. Y a veces, necesitamos otro par de ojos que nos digan si seguimos en el camino correcto.
Este tipo de desalineaciones entre percepción y realidad son más comunes de lo que nos gustaría admitir. Pero lo importante es detectarlas a tiempo. Porque si no lo hacemos, el desgaste no será solo del equipo, también será tuyo. Porque dime: ¿estás o no cansado de ver como el talento se va hacia otras partes?
¿Te animas a revisar tu estilo de liderazgo? ¿O vas a esperar a que empiece/continue la desbandada?
