El objetivo es renovar las 146 comunidades parroquiales para que sean fraternas, acogedoras y misioneras.
Castellón Información
Segorbe-Castellón ha presentado esta mañana, en la Jornada de Inicio de Curso, el nuevo Plan Diocesano de Pastoral (PDP) que marca las prioridades pastorales para los próximos siete años. El objetivo es renovar las 146 comunidades parroquiales para que sean fraternas, acogedoras y misioneras. La estrategia pasa por un primer año de puesta a punto con la exhortación apostólica del Papa Francisco, Evangelii Gaudium (EG). El Obispo lo resumía en la homilía: “Es bueno comenzar a pensar donde vamos a beber y a alimentarnos antes de buscar lo que tenemos que hacer”.
Mons. Casimiro López Llorente acogía a los 300 participantes que llenaban el salón de actos del Seminario Mater Dei anunciando que “comienza una nueva etapa en el caminar de la Iglesia Diocesana”, en la que es imprescindible recentrarse en Cristo, la escucha de su Palabra y la oración, ya que “solo se puede ir a la misión desde un encuentro personal y comunitario con el Señor”.
Para reforzar este planteamiento, el director de la Comisión de Pastoral de la Conferencia Episcopal Española (CEE), Juan Luis Martín Barrios, ha presentado el instrumento que pondrá las bases al proyecto: el documento del Papa sobre la Alegría del Evangelio. El ponente ha explicado que las claves de lectura de la EG son la vuelta al Evangelio, la reforma de la Iglesia y el ejercicio de discernimiento.
Parroquias y movimientos se activan
Estas balizas ayudarán a los grupos que se crearán a partir de ahora para trabajarlo con la ayuda de una guía de lectura editada por la Vicaría de Pastoral. La parroquia de San Jaime de Oropesa, por ejemplo, ha acudido al encuentro con un grupo que quiere ponerse manos a la obra. También la Acción Católica se está organizando para la reflexión y promoverá grupos en las parroquias donde está presente. Otras comunidades preparan reuniones explicativas.
El reto, según Martín Barrios, es trabajar la EG desde una lectura global, dejando que el texto mueva a la autoimplicación y autocrítica, y huyendo de la autocomplacencia que no se compromete. Al mismo tiempo, será necesario que los evangelizadores se acerquen a las “tres mesas que los alimentarán: la de la reflexión con el estudio, la del reclinatorio con la oración, y la del ambón de las diversas tareas patorales”.