Aprobado el Plan Castellón 135, apoyo al poblado marítimo de Torrelasal y rechazo a las ayudas al sector pesquero
El pleno de Diputación ha llegado precedido por la manifestación de los trabajadores del Hospital Provincial para protestar la modificación de sus estatutos laborales. Compromís ha anunciado en pleno, que cambiará su voto para apoyarlos y el Provincial ha vuelto a generar debate. Aprobado el Plan Castellón 135, apoyo al poblado marítimo de Torre La Sal y rechazada la petición para ayudar al sector pesquero.
EM/ Castellón Información
Pleno largo, donde los haya, en la Diputación Provincial y con un tono bastante más agrio y bronco de lo que suele ser habitual.
Los representantes sindicales de los trabajadores del Hospital Provincial(de todos los sindicatos), se manifestaban en la puerta del palacio de las Aulas, en contra de la decisión de Conselleria de modificar unilateralmente el estatuto de los trabajadores, sin una negociación previa.
Todos los grupos, menos el PSOE, se posicionaban detrás de la pancarta y se producían ciertos ‘rifi-rafes’ entre PP y Compromís.
La protesta se trasladaba después al salón de plenos, donde los representantes sindicales también siguieron la sesión y mostraron sus pancartas en contra de este decreto.
Hospital Provincial: "entre todos lo mataron y él solito se murió"
Y, lógicamente, las miles de polémicas sobre el Provincial se abordaban en un debate, a raíz de la moción presentada por el Grupo Popular, para “instar a la Diputación de Castellón y a la Generalitat Valenciana a que reviertan el desmantelamiento de servicios sanitarios del Consorcio Hospitalario”.
Fue uno de los últimos puntos del día cuando ya llevaban casi 4 horas de sesión en la que no habían faltado las lindezas y los ataques de PSOE y Compromís sobre los ‘diablos azules’ de las derechas, ni el ‘mitin’ de Marta Barrachina, que ejerció como presidenta del PP en la provincia más que como portavoz adjunta de su grupo.
Era un tema en el que no había posibilidad de acuerdo.
PSOE: Ximo Puig ha salvado el Hospital Provincial
Para los socialistas, “Ximo Puig ha salvado el Hospital Provincial”. Este fue su punto de partida y el fondo de su recorrido. Todo cuanto pudo suceder antes de Puig, se resumía, desde su punto de vista, en ‘los trapicheos’ de los ‘señoritos del PP’, y todo cuanto ha ocurrido después, en la mejor gestión de la historia, nunca antes vista. Un planteamiento en el no cabían otras críticas y si todos los halagos; y donde se aparcó en el fondo del saco del olvido, los conflictos laborales, los recortes sanitarios y asistenciales, los despidos y hasta aquel famoso Plan de Recursos de ‘la UJI’, que la Universidad dijo después que no era suyo. Dos conselleras socialistas, Carmen Montón y Ana Barceló y proyectos mil veces anunciados que nunca se resolvieron.
Y si Marta Barrachina quería dar un golpe de autoridad como máxima representante del PP, tampoco es que diera la talla. Posiblemente sus compañeros podrían haber defendido de verdad sus posiciones sobre el Provincial, después de haber seguido paso a paso todo el procedimiento. Pero lo de Barrachina fue un mitin que provocó la sonrisa y hasta el recochineo del equipo socialista.
Cristina Fernández, de Ciudadanos, fue mucho más inteligente en su intervención. Evitó meterse en harina de otro costal de cuando ‘el PP lo hacía todo bien’, y se limitó a poner las cartas sobre la mesa. Más vale que Diputación ejerza el papel que le toca, como propietario de los terrenos y del centro, en defensa de la provincia de Castellón y de sus trabajadores. Inversiones... si, pero con un edificio oncológico, que parece la Sagrada Familia por los retrasos en su construcción; despidos, fuga de talentos, caos en la organización… Más vale, dijo, que el Hospital Provincial saliera de la confrontación política y se pusiera sobre la mesa como salvaguarda de la sanidad de Castellón, antes de que no haya nada que salvar. "Ya saben, entre todos lo mataron y él solito se murió"
Compromís cambiará su voto
En cuanto a Compromís, Ignasi Garcia dio una de cal y otra de arena.
Por una parte, anunció públicamente que, tras las reuniones mantenidas en el Hospital Provincial su grupo se pondrá al lado de los trabajadores para que los nuevos estatutos laborales se redacten con la colaboración de los representantes sindicales, y no de forma unilateral por la Conselleria.
Por la otra, Compromís se opuso a la moción del PP y se sumó a la demanda de CS y PSOE para que el Provincial dejara de ser una piedra de choque político.
Los sindicatos aplaudieron la intervención de Compromís y del PP; exhibieron sus pancartas cuando intervino Miralles.
La moción se rechazó con los votos de PSOE y Compromís.
No a los desalojos de Torrelasal
El expediente de Costas que amenaza el poblado marinero de Torrelasal también llegaba a pleno, a través de una moción presentada por PSOE y Compromís para “instar a la dirección General de Costas a la paralización del expediente de recuperación para el dominio público del núcleo costero”.
Fernández: “Familias a la calle, casas derribadas y tienen ustedes 8 días para contestar”
En este punto, la diputada Cristina Fernández bordó su intervención cuando relató la tragedia de una de las familias de este poblado tras recibir la carta de Costas: “En Torre La Sal todo empieza y acaba en el mar, es su razón de ser. También la nuestra.
Nos abrieron sus casas, nos enseñaron la carta-bomba de la Dirección General de Costas y su inequívoco mensaje: familias a la calle, casas derribadas y tienen ustedes 8 días para contestar.
Así se lo dijeron a Conchín Andreu. Tres de sus cuatro hijos viven en Torre La Sal, incluso sus nietos que van a diario al colegio de Torreblanca. Fue su marido, que hoy tiene 73 años, el que la heredó de su abuelo quien, a su vez, la compró a Capitanía Marítima de Vinaròs. La compró. La pagó. No la usurpó.
Esas son las personas a las que ustedes querían desahuciar. Si hubiesen sido okupas, seguro que les hubiesen tratado mejor”.
Martí, el apagador de incendios
Y es que, señaló Fernández dirigiéndose al presidente José Martí: “Es usted el apagador de los incendios del PSOE. Ellos lanzan la piedra, prenden la mecha, y usted tiene que ir corriendo después a hacerse la foto en la playa de Torre La Sal o llamar a Juan Domenéch, de Alcer, para que quede claro que apoyan el Centro de Trasplantes Renales”. Para añadir: “Se han hecho más fotos con Juan Doménech en una semana que en cuatro años. Casi, hasta parece que haya sido otro gobierno el que paraliza esa decisión administrativa”.
Sí al centro de trasplantes de riñón
Unanimidad para solicitar el centro de trasplantes de riñón en Castellón, pero rechazo a las mociones de CS para para que se modifique la aplicación de la nueva factura de electricidad; para eliminar la obligatoriedad de la mascarilla en vía pública; y para mejorar la oferta de escolarización del primer ciclo de Educación Infantil.
Aprobado el Plan Castelló 135
Ya en despacho extraordinario y sin mayores algarabías se aprobaba por unanimidad el Plan Castelló 135 de obras y servicios para los municipios de Castelló. No se pidió debate, y ni siquiera explicación de voto.
Se trataba, con diferencia, de uno de los puntos más importantes del orden del día que pasaba como ‘de tapadillo’, por lo que el diputado socialista Ximo Huguet intervino para defenderlo.
La flota pesquera, condenada, si no se incrementan las ayudas
La moción fue presentada por el Grupo Popular y los grupos del gobierno no la miraban con malos ojos, pero intentaron modificar algunos de sus puntos. El PP rechazó estas enmiendas y cualquier acuerdo se fue al fondo del mar.
Andrés Martínez también recurrió al ejemplo de lo que pasan ‘las personas’, a lo que viven los pescadores, para poder explicar el drama que viven los pescadores de la provincia. Los barcos son caros de mantener, faenan 12 horas diarias, y en función de los días de faena, de las capturas de cada día, cobran o no cobran.
La tragedia, comentaba, se multiplica porque desde Europa se apuesta por un recorte de las temporadas de pesca. A más días sin salir al mar, menos jornadas con cero ingresos, para el armador, el patrón y los marineros.
El alcalde de Peñíscola hizo las 'cuentas de la vieja', es decir, tanto cobras, tanto te cuesta, tanto tienes… o tanto no tienes y por tanto no puedes vivir. Y les recordó a los diputados. En una jornada de faena, con mucha suerte, y si la pesca es buena, los marineros perciben por 12 horas de trabajo menos de lo que cobra cada diputado provincial por unas horas de pleno.
Una situación insostenible que ya ha comenzado a pasar factura.
Una vez más, gobierno y oposición hablaron idiomas diferentes. Desde el PSOE se plantaron en una rabieta como de ‘niño chico: No has querido aceptarme las mociones pues no juego’ Compromís salió por peteneras con el cambio climático. Las ayudas solicitadas por el PP no llegaron a ninguna parte. el gobierno del PSOe prometió que con las ayudas europeas de la pandemia... pero Martínez respondió, todavía no han cobrado las ayudas de la última temporada de parada, y repitió hasta en cuatro ocasiones: "yo me fío más de un pescador que de ustedes".
La moción se rechazó con los votos de PSOE y Compromís.
45 minutos de ‘indultos’ y de ‘insultos’
Ya se sabía que no se iba a llegar a acuerdos. Son posiciones encontradas que no hacen sino trasladar al órgano político la polémica que también se vive en la calle. Pero de ahí a dedicarle 45 minutos de pleno en un debate que solo les interesaba a ellos, va un trecho.
Los periodistas que seguía el pleno se miraban y se preguntaban: “Pero esto… ¿A quién le importa?”
Aunque lo peor de todo fueron los tonos utilizados e incluso las expresiones.
Fuera de la pregunta de ‘indultos si, indultos no’, estuvo de más cuando Ignasi García increpó a Sales: “Si está hablando como un fascista, razonando como un fascista y se comporta como un fascista, es que es un fascista”.
Como le responderían después los diputados del PP y Ciudadanos, “ustedes tratan de fascista a todo el que no piensan lo mismo”.
Si se tiene en cuenta, que este debate se produjo al principio del pleno, cabe comprender la falta de interés por el diálogo que ya no tuvo opción durante el resto de la sesión. Desde Compromís, pero, sobre todo, el PSOE, se intentó obviar hasta el nombre del grupo de la oposición para referirse a ellos en todo momento de la forma más despectiva posible, como ‘la derecha’. Cuando la cosa les picaba más, porque la oposición les llamaba la atención sobre temas que se podían considerar más apolíticos y más de interés ciudadanos, los socialistas no tenían más razones que las anteriormente planteadas, lo mala que era la derecha, los logros de su gobierno, su presidente o el de ellos mismos; y que Diputación no tenía competencias.
Solo un apunte más. El presidente de la Diputación terció y tomó la palabra para que no se viera en el cambio de voto de Compromís con los estatutos del Provincial, como una discrepancia del equipo de Gobierno… pero cuando dijo defender el Hospital Provincial no pudo reprimir el impulso de decirle a la oposición, que ellos podían participar en el consejo de Gobierno en el Provincial gracias a ‘a la generosidad’ del equipo de gobierno que les había permitido estar representados.
Lo malo de estas historias es que las cosas se olvidan y la memoria solo existe para algunas cosas.
Durante el mandado de Javier Moliner, también los grupos de la oposición de entonces estaban representados democráticamente en ese consejo y en otros órganos. Esa era la iniciativa de Moliner, que la representación fuera realmente democrática, aunque luego la mayoría de la representación marcara los acuerdos.
Y no, no fue el PP el que rompió la dinámica, sino la llegada del Gobierno del Botánico que, como primer paso, suprimió la representación de la oposición de todos esos órganos. Si ahora el PSOE de Martí presume de generosidad, quizá no haya hecho otra cosa que recobrar unos principios que deberían basarse más en las urnas y menos en el poder de las siglas.
