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martes, 30 de abril de 2024 | Última actualización: 23:48

Descubre tus dones. La clave para el éxito profesional y la felicidad

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En este nuevo artículo, me gustaría compartir contigo la importancia de reconocer y entender nuestros propios dones. ¿Sabías que todos poseemos al menos dos, aunque a veces no lo creamos?

Antes de entrar en detalles, permíteme explicarte por qué este tema es crucial. El autoconocimiento no solo es fundamental para liderar equipos de manera efectiva, sino que también es esencial para encontrar la felicidad tanto en el trabajo como en la vida en general.

Personalmente, he experimentado la diferencia entre sentirme completamente realizado en ciertas tareas y sentirme desmotivado en otras. Esto me llevó a reflexionar sobre la relación entre mis habilidades innatas y mi satisfacción laboral.

Cualquier tarea, desde el desarrollo de un producto hasta la planificación de unas vacaciones, requiere la combinación de seis tipos de habilidades para tener éxito. Dos de estas habilidades son nuestros dones naturales, otras dos son competencias que poseemos en cierta medida, y las dos restantes son áreas que pueden frustrarnos si pasamos mucho tiempo en ellas.

¿Cuáles son estos dones y cómo influyen en nuestro desempeño?

En primer lugar y en la fase de ideación tenemos el primer don. El don del genio, que es la capacidad para reflexionar y visualizar posibilidades. Estas personas son expertas en hacerse preguntas profundas y en encontrar soluciones innovadoras para diversos problemas.

El segundo don es el don de la inventiva. Aquellos con este don son creativos y tienen una habilidad excepcional para generar nuevas ideas y soluciones originales. Son personas extremadamente creativas e innovadoras. Habitualmente en las reuniones de brainstorming se las reconoce enseguida por su habilidad para generar ideas (buenas y malas).

Estos dos dones conforman la fase inicial de generación de ideas, donde estamos en la estratosfera, a 10 kilómetros de la tierra.

La fase siguiente, la fase de activación, requiere otros dos dones:

El tercero es el don de discernimiento. La capacidad intuitiva para evaluar la viabilidad de ideas y soluciones. Estas personas tienen eso que a veces se conoce como un sexto sentido para saber si algo va a funcionar o no, incluso aunque no corresponda a su área o sector de experiencia.

El cuarto es la habilidad para movilizar a otros. El don de movilizar y unir a las personas. Estas personas son líderes inspiradores que motivan a los demás a actuar. Las personas con este don son personas optimistas, enérgicas, líderes inspiradores que transmiten pasión a los demás a la hora de abordar tareas, retos, problemas complejos que ya han sido creados, inventados y evaluados y de organizar a las personas entorno a un propósito.

Estos dones nos llevan más cerca de la tierra, ya que son esenciales para convertir las ideas en acciones concretas.

Por último, en la fase de implementación, encontramos dos dones más:

El quinto es la habilidad para ofrecer apoyo y aliento a los demás. Las personas con este don tienen la facilidad y la necesidad de ayudar a otros. Es así como se sienten útiles y sienten la pasión y la energía de sentirse partícipes colaborando y ayudando a otras personas incluso no siendo de su propia área. Se les reconoce fácilmente porque siempre tienen el "SI" en la boca y se ofrecen sin dudarlo.

El sexto don es la tenacidad para llevar a cabo proyectos hasta su finalización. El don natural de impulsar proyectos o tareas hasta su finalización para lograr resultados. Habitualmente este es el tipo de personas, que disfrutan acabando las tareas hasta el último detalle. Viendo el resultado de su trabajo y sintiéndose orgullosas del resultado conseguido.

Es fundamental reconocer cuáles son nuestros dones y nuestras áreas de frustración, ya que esto puede marcar la diferencia entre sentirnos realizados en nuestro trabajo o no.

Personalmente, he aplicado este enfoque tanto a nivel individual como en equipos y comités de dirección, y he visto cómo impacta positivamente en nuestras reuniones, procesos de selección y resultados finales.

Entonces, ¿cuáles dirías que son tus dones? ¿Y cuáles son tus áreas de frustración?

Si logramos encontrar un equilibrio en el que gran parte de nuestro tiempo esté dedicado a nuestras fortalezas, no solo seremos más felices, sino que también alcanzaremos resultados extraordinarios en nuestro trabajo.

Este tema es fascinante y merece ser explorado a fondo, ya que puede transformar nuestra forma de trabajar y de vivir. ¿Te gustaría saber más?

¡Espero que este artículo te haya inspirado a reflexionar sobre tus propios dones y cómo puedes aprovecharlos al máximo en tu carrera profesional!