Hace una semana aproximadamente lancé una encuesta en una red social (LinkedIn) con una pregunta sencilla pero poderosa:
¿Has tenido más jefes que dejan huella o que dejan cicatrices?
Los resultados fueron demoledores: más del 40% respondió que ha tenido más jefes que dejan cicatrices.
Este dato no solo es preocupante a nivel individual, sino que tiene implicaciones profundas para las organizaciones de ahí que quiera aprovechar este espacio en la columna Opinió para ponerte en alerta.
El impacto del liderazgo tóxico en las empresas.
Tolerar líderes que dejan cicatrices no es solo una cuestión de clima laboral; es una amenaza directa al rendimiento y la sostenibilidad de la empresa.
- Según un estudio de Mackey et al., Journal of Business Research, 132 (2021), hay una correlación negativa y estadísticamente significativa entre liderazgo destructivo y desempeño financiero (ROA, ROE, crecimiento de ingresos).
- Además, un estudio de Gallup reveló que la baja implicación generada por una dirección ineficaz supone 8,8–8,9 billones USD de pérdidas de productividad mundial (≈ 9 % del PIB global).
- Otros estudios científicos como el de Wang et al., Frontiers in Psychology, 2022 hablan de los efectos del liderazgo en los equipos y como el liderazgo destructivo reduce la innovación de equipo y con ello, la ventaja competitiva de la organización.
- por ejemplo los “costes ocultos” para la empresa: litigios, rotación, absentismo y sobrecarga de supervisión derivados de comportamientos tóxicos, que se recogen en otro informe científico Aboramadan et al., International Journal of Environmental Research & Public Health (2022)
- Y por añadir algún dato más y que tanto preocupa a las empresas, la rotación, el último informe de Gallup, State of the Global Workplace 2023, revela que una baja calidad directiva favorece la desvinculación (quiet quitting) con resultados del 62 % de empleados “no comprometidos” y un 15 % “activamente desvinculados”.
¿No crees que estos datos y otros muchos que existen son ya lo suficientemente preocupantes como para actuar?
La inacción tiene consecuencias
Ignorar o minimizar el impacto de un liderazgo tóxico puede llevar a:
- Una alta rotación de personal
- Una disminución de la productividad
- La pérdida de talento clave
- Un daño a la reputación de la empresa.
Cuando no hay caso extremos hoy en día, como el de una empleada en España que sufrió acoso laboral tras regresar de una baja por maternidad, la inacción de la empresa ante un jefe tóxico resultó en una demanda por acoso laboral y daños psicológicos y graves como la pérdida de su bebe.
¿Hasta cuándo?
¿Qué parte no entendemos de que los números en las empresas los dan las PERSONAS? Y que cuando una persona se encuentra trabajando bajo un líder visionario, inspirador, humano, transformacional, etc. los resultados se MULTIPLICAN?
La buena noticia es que el cambio es posible. A través de programas de coaching, formación en habilidades blandas y una cultura organizacional que promueva el liderazgo positivo, las empresas pueden revertir esta tendencia. Ojalá esta encuesta pronto cambie.
Como consultor e interim manager especializado en pymes y microempresas, he ayudado a organizaciones a identificar y transformar estilos de liderazgo perjudiciales, fomentando entornos donde los líderes dejan huella, no cicatrices. Por convencimiento, porque en mi vida profesional he tenido más de 12 jefes y he visto con cada uno de ellos las consecuencias de su estilo de liderazgo en el equipo.
¿Te gustaría saber más?
Si este tema te interesa y deseas profundizar en estrategias para mejorar el liderazgo en tu empresa, te invito a seguirme todas las semanas a través del periódico Castellón Información, donde comparto insights, herramientas y casos prácticos sobre liderazgo y gestión de equipos todas las semanas.
Juntos, podemos construir culturas empresariales donde el liderazgo inspire, motive y deje una huella positiva y bonita para lo más importante que tienen las empresas … LAS PERSONAS.
