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martes, 16 de diciembre de 2025 | Última actualización: 01:33

Ridículo de Zapatero

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Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.

Hay personajillos en la historia de un país, que con el paso del tiempo acaban ridiculizándose a si mismos.

Su misma incapacidad política, y indiscutible estupidez, les consagran como los mas nefastos representantes de su tiempo.

Este singular espécimen de político, nacido  de la incapacidad de entendimiento entre quienes si hubieran podido liderar el PSOE, ha sido el principal responsable de la situación que se vive ahora en Cataluña.

Cuando en un estado de ‘enajenación mental indudable’ pronunció su célebre frase de “apoyaré el Estatuto que salga del Parlamento de Cataluña”, estaba sembrando la cosecha que ahora mismo se recoge.

Fue la mejor forma que encontró de pagarle al PSC su apoyo para ser nombrado Secretario General del PSOE, y esa factura la hemos pagado todos los españoles a precios de oro.

Durante los años del tripartito socialista catalán, apoyado por Esquerra Republicana e Iniciativa per Catalunya-Els Verts, con Montilla al frente, se incentivó el caldo de cultivo del independentismo, pensando que con ello, el socialismo se perpetuaría en el poder en Cataluña, y por eso estamos donde estamos.

El socialismo catalán, como una fuerza residual en la Comunidad vecina, y los independentistas de ERC, ahora patrocinados por CiU, cosechando votos a diestro y siniestro gracias al impagable servicio antes del socialismo y ahora de los convergentes.

Y en este panorama actual, el despreciable Zapatero, se permite escribir una columna política en El Mundo, argumentando sobre la secesión catalana, que “esa reivindicación, no es viable ni política ni jurídicamente. No lo es ni a la luz de la Constitución de 1978, ni de los Tratados Europeos”.

Digo yo, que todo eso ya debería haberlo sabido él, cuando pronunció la inconcebible frase que he señalado en  mayúsculas en el cuarto párrafo de esta columna, puesto que ya ocupaba el cargo de Secretaria General del PSOE.

Si era sólo una artimaña, para ganar las elecciones, debió de rectificar tan pronto llegó a la Presidencia del Gobierno, y si no lo hizo, quiere decir que estaba muy convencido de lo que decía.

En cualquier caso era y sigue siendo una evidencia más de la indecencia moral y la indigencia intelectual, de ese pobre diablo, al que los socialistas encumbraron en su partido, los españoles en su Gobierno y los Poderes Públicos en un Consejo del Reino que le garantizará vivir en la opulencia hasta el fin de sus días, sin ser castigado por las barbaridades que hizo, y permitiéndose ahora justificar lo injustificable.

Claro que dentro del mismo socialismo, no todos son tan majaderos como el nefasto leonés, y aparecen cada día gente sensata y responsable, para la que “España si que es lo primero”, como Felipe González, Bono y Corcuera explicando con todo tipo de detalles y razonamientos, que hay que oponerse ala secesión catalana, con todos los mecanismo legales y políticos.

Y entre dos aguas, sigue navegando Rubalcaba, amparado en un “federalismo” que nadie sabe lo que es, ni como diferenciarlo del actual Estado de las Autonomías, pero que persiste en el error de no formar un frente común con todos los partidos democráticos no independentistas, para tratar de crear unas mayorías determinantes, y terminar con la lacra que puede acabar con la unidad de España.

El actual responsable del socialismo español, estuvo apoyando a Zapatero en todas sus locuras, y ahora no encuentra el modo de liberarse de aquel pasado sin quedar en ridículo, y por eso busca equilibrios dialécticos sin el menor contenido.

Dios nos pille confesados, si con esos mimbres tenemos que poner a salvo la cesta común de todos los españoles.