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sábado, 27 de abril de 2024 | Última actualización: 14:16

El bipartidismo o el caos

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Pedro Tejedo. Abogado.

En el artículo publicado el pasado lunes sostenía que ante la crisis de los dos grandes partidos, éstos iban a reaccionar para tratar de frenar su caída. En concreto, en el último párrafo decía:

Una última consideración. Desde el establishment se nos dirá que cambiar el actual statu quo puede suponer que lo que lo sustituya pueda ser peor. A ello hay que contestar que es verdad, pero que sólo es una verdad a medias, y de ello tratará un próximo artículo.

No pasaron veinticuatro horas desde su publicación cuando el Presidente del Gobierno, en unas jornadas organizadas por el diario The Economist, al ser preguntado sobre la crisis política en España, contestó que no hay tal crisis porque en España afortunadamente existe desde la transición un bipartidismo que da estabilidad al sistema y que él no ve en crisis, y añadía que en España, a diferencia de otros países de la UE, no existen partidos estrafalarios.

Así pues, el Sr. Rajoy como alternativa al bipartidismo imperante solo ofrecía futuros e indeseables partidos estrafalarios. Pues bien, agradecer al Presidente del Gobierno su pronta corroboración de lo anunciado veinticuatro horas antes y que me da pie para hacer estas consideraciones:

1ª.- Una matización al Sr. Rajoy: en España no existen partidos estrafalarios, sólo existe un partido, con diferentes siglas, que es filoterrorista, que cuenta con siete escaños en el Congreso de los Diputados, gobierna, entre otros muchos, el Ayuntamiento de San Sebastián, así como la Diputación de Guipúzcoa. El gobierno del PP tiene en su mano impedirlo y no lo hace. No hay que hacer, o no debería ser necesario hacerlo, más comentarios al respecto.

2ª.- La amenaza de que la alternativa al bipartidismo actual son partidos estrafalarios, en el sentido de extrema derecha o extrema izquierda, es una verdad a medias, es decir, la peor de las mentiras.

Es evidente que existe un riesgo de que aparezca un partido de corte demagógico y populista al estilo del peronismo. Sin duda un régimen peronista sería mucho peor que el actual bipartidismo y aceleraría la ruina de España, desaparecería la libertad y la democracia y la economía se hundiría hasta límites insospechados.

El peronismo es una ideología populista que acoge tanto ideas de extrema derecha como de extrema izquierda, imperando unas u otras según el momento histórico en que nos encontremos y, en todo caso, siempre es contrario al liberalismo en su sentido político. En la actualidad el peronismo, ese cáncer, tiende a defender políticas demagógicas de extrema izquierda.

De todas formas, y afortunadamente, el peronismo en España, si aparece, lo hará con escasa fuerza y no será alternativa de gobierno. La presencia de España en la UE es una garantía de que no se establecerá en España ese régimen corrupto, políticamente antiliberal, demagógico y bananero: una razón más, si hacía falta, para ser europeísta.

Por lo tanto el fantasma del peronismo o de cualquier partido extremista no es sino una treta del bipartidismo para hacernos creer que son ellos o el caos.

3ª.-  La única posibilidad de que un partido estrafalario llegue al poder a medio o largo plazo es, precisamente, actuar como dice Rajoy y el resto de dirigentes del bipartidismo hegemónico, esto es, no hacer nada, mantener el establishment político actual que deteriora día a día la calidad de nuestra democracia.

España, para evitar cualquier deriva antidemocrática, necesita reformar su actual sistema para hacerlo más fuerte, y ese cambio hay que hacerlo desde dentro del propio sistema, desde dentro de nuestras instituciones democráticas, hacerlo sin histeria, con racionalidad, con un grado de consenso similar al de 1978. Ese paso necesario no lo va a dar el PPSOE de manera voluntaria pues es el principal beneficiario del actual statu quo y rehén de los beneficios que de él obtiene. El PPSOE sólo dará ese paso imprescindible si los ciudadanos le retiran su apoyo electoral y se lo dan a otro partido político que sí quiera esa reforma necesaria. Hasta que el PP y el PSOE no le vean las orejas al lobo, esto es, la pérdida del apoyo electoral a ambos, el final de la alternancia, que no alternativa, entre ellos, no reaccionarán ni se regenerarán ellos mismos. Como siempre en una democracia, la última palabra la tiene el ciudadano que es, con su voto, quien determina por quién y cómo se gobierna el país.

La libertad y la igualdad que supone la democracia tiene un coste para el ciudadano, y éste no es otro que el ejercicio de la responsabilidad individual. Todos somos responsables de nuestro voto, nadie nos obliga a votar a un partido concreto, y actualmente la crisis política es tal que a partir de ahora ya nadie podrá alegar que el PP o el PSOE le han engañado. Ese tiempo pasó, el PP y el PSOE ya no tienen capacidad de engaño.

Para terminar, recordar un genial chiste de Ramón publicado en la revista Hermano Lobo el 2 de agosto de 1975 y que recuerda el actual intento de mantener el establishment político. En la viñeta aparece un jerifalte político en una tribuna y abajo una multitud. El diálogo es el siguiente:

- Jerifalte: ¡O nosotros o el caos!

- Multitud: ¡El caos, el caos!

- Jerifalte: Es igual, también somos nosotros.

Pues eso.