Rafa Cerdá Torres. Abogado.
Ni en el mejores ejercicios de ironía podía llegar yo a imaginar redactar un texto encabezado con un título como el propuesto. Pilar Rahola. Insigne tertuliana, antigua política y en la actualidad contumaz defensora del proyecto independentista catalán impulsado por Artur Mas. A ella le dedico una líneas de encendida admiración a pesar de mi propio estupor. Me explicaré. De la señora Rahola actual, poco tengo que decir más que sus continuas arengas en contra del horripilante españolismo que ahoga a su bien amada Cataluña, a través de medios de comunicación españoles (que con una mínima coherencia debería abominar) como Telecinco y Onda Cero, me producen un considerable cansancio y una progresiva somnolencia. Tiempo atrás escuchaba con cierto interés el contenido del discurso político de corte soberanista que la señora Rahola desgranaba. Una vez ese discurso ha perdido su consistencia para transformarse en una reiterativa y machacona reiteración de tópicos y falsedades contra el "Estado Español", mi interés por la locuaz tertuliana ha ido perdiendo puntos con una rápida intensidad. Es indudable su buen manejo de la oratoria y del eslogan rápido que tan bien quedan en debates televisados de altos decibelios y bajos contenidos.
Estos días ha sido objeto de atención en el diario El Mundo, la posible falsificación del grado académico obtenido por doña Pilar, quien se habría presentado como ‘Doctora’ en Filología en lugar de Licenciada. Muestra de vanidad o ganas de caer en un error que tantas veces ha criticado ella misma a otros personajes del ruedo mediático. En cualquier caso una solemne tontería, por omisión (no controlar el contenido de su web) o por acción (otorgarse una consideración que jamás ha obtenido). Con ello mi interés por el personaje se habría esfumado...
Pero nunca he olvidado una tarde del mes de diciembre de 2004, cuando escuché por la radio un calificativo dedicado al entonces Ministros de Asuntos Exteriores del primer Gobierno de Zapatero: Miguel Ángel Moratinos, a quien un sarcástico periodista apodó como "Desatinos" habida cuenta de sus continuas metidas de pata a pesar de ocupar la cartera ministerial hacía pocos meses. Reteniendo el irónico sobrenombre, introduje el apelativo en el buscador de la red por excelencia, y Google me devolvió un párrafo de texto que contenía la palabra "desatinos" como parte de un artículo firmado por Pilar Rahola. Abrí el enlace, y el citado artículo se desplegó en mi pantalla de ordenador. En él la antigua diputada de Esquerra Republicana de Catalunya, expuso una magistral explicación del conflicto arábe-israelí que asola Oriente Próximo desde 1948, y sacaba a relucir las contradicciones del señor Moratinos a pesar de haber desempeñado el puesto de representante de la Unión Europea en la conflictiva zona años atrás. Ese brillante artículo fue el anzuelo que me pescó para seguir leyendo toda las opiniones que Pilar Rahola ha vertido en el tema por antonomasia de la política internacional.
Demostrando valentía y en medio de una cierta soledad, Rahola defiende el derecho a la existencia del Estado de Israel y a procurarse medios de defensa frente a un conglomerado de países árabes más centrado en procurar la destrucción del estado hebreo que en el bienestar de sus ciudadanos. Rahola ha desmontando todos los argumentos de carácter buenista que simplifican el conflicto alegando que los buenos hablan árabe y los malos malísimos hebreo. Ha avisado del nunca desterrado antisemitismo en la sociedad europea, y como ha cobrado nueva virulencia por medio de mensajes políticos escondidos en almibarados discursos. Rahola ha advertido del peligro de la infiltración del islamismo de corte radical en los países de occidente, aprovechando las rendijas de la democracia, del contenido de odio hacia todo lo que representan los valores occidentales y liberales, que se vierten en centenares de mezquitas ubicadas en capitales españolas, francesas, británicas, etcéteras. Ha señalado la hipocresía de una izquierda que discursea con la libertad, pero se arrima a sus enemigos, que ve a un sacerdote católico y le entra urticaria y en cambio da toda clase de parabienes a un imán islámico que reduce a la mujer a un papel de objeto. En resumen, esta mujer ha plasmado por escrito el pensamiento de personas como yo, y en estos tiempos obscuros ciertas reflexiones son muy solitarias.
Desde el año 2004 me declaro un total simpatizante de Pilar Rahola en las opiniones de corte internacional que manifiesta, su compromiso con la libertades occidentales frente a los totalitarismos islámicos y la constante denuncia de la degradante condición de la mujer en muchas sociedades musulmanas, de la labor de defender la condición de democracia del Estado de Israel y de la manipulación informativa que se estable contra él por multitud de medios de comunicación. Como premio a esta labor, Pilar Rahola ha recibido premios en Estados Unidos y en Latinoamérica, así como en Israel. Ha sido llamada en numerosas ocasiones como conferenciante en Argentina, Norteamérica e Israel para que aporte su valiente visión en contra de la criminalización del Estado de Israel dentro de la esfera internacional.
A esta Pilar Rahola es a quien le digo un ¡Olé!
