La cuestión es que la espera, al final, valga la pena. Todo apunta a que el Castellón se calzará las zapatillas y empezará a sudar en la pretemporada sin tener la plantilla totalmente cerrada. Falta poco. Muy poco, pero los dos fichajes que restan por concretarse serán los que más se harán de rogar. Uno está cantado: el delantero. En el mercado no hay muchos futbolistas que garanticen un buen puñado de goles, y a la vez son los más solicitados a los representantes. Y esos jugadores se pagan caro. Hay algún que otro indeciso que no se ha decantado por ninguna oferta. Esperan llamamientos de superior categoría, por eso apurarán lo máximo posible antes de dar el “sí quiero”.
F. F.
El Castellón hace tiempo que anda tras la pista de un artillero. Valen muchos euros. Tuvo a uno en su plantilla hasta hace escasamente un mes y medio: Hugo Salamanca. Él se quiso quedar, pero al final no hubo acuerdo económico. El madrileño tiene gol y lo demostró en el poco tiempo que estuvo en la capital de la Plana. No le han dolido las prendas a la hora de bajar una categoría esta temporada. Jugará en el Lorca Deportiva, de la Preferente murciana. Un jugador así, con su casta, garra y genio es lo que le falta al equipo de Joan Esteva.
No es tanta prioridad el cerrar la contratación de un centrocampista que abarque mucho espacio en la medular. Si se pone algo a tiro se intentará atar, pero lo que urge a Ramón Moya (coordinador deportivo) es contratar a un delantero porque para esa demarcación sólo dispone del canterano Víctor Pino y el valenciano Pablo Carrascosa. El saguntino Chuky también es más mediapunta o extremo puro y duro antes que delantero. Ambos jugadores pueden jugar más de enganche, o tendidos por alguna banda. Nunca han despuntado por firmar un buen puñado de goles (entre quince a veinte).
