La oposición aprovecha la auditoría de recaudación municipal para acusar a Ramírez de ser el culpable de los impagos de los recibos
El pleno del Ayuntamiento de Castellón aprobó, como se esperaba, las ordenanzas fiscales de reducción del IBI y modificación de la tasa de basuras; y también el Plan de Reforma Interior de Patos y Gumbau. Ambiente turbio que derivó en una agria polémica con las dos mociones de la oposición. La primera contra el odio estuvo maarcado por la inquina, el desprecio y la rabia. La segunda, aprovechó para culpar a Ramírez de ser el culpable de las facturas impagadas.
Pleno más que desagradable en el Ayuntamiento de Castellón, correspondiente al mes de diciembre. No sorprendió el tono de virulencia que se vivía en la sala, ya que había arrancado el pasado lunes cuando la oposición presentó sus mociones en la Junta de Portavoces.
Visto lo que ocurrió entonces, los concejales ya venían con las corazas puestas.
Aprobadas las Ordenanzas Fiscales
En la primera parte se aprobaron, como se esperaba, las ordenanzas fiscales de la reducción del IBI y la tasa de basuras, tras desestimar las alegaciones presentada, en su mayoría por el PSOE y por el PSOE y Compromís.
La reducción el IBI contó con los apoyos de PP, VOX y Compromís y solo PSOE votó en contra. En cuanto a la tasa de basuras, votaron a favor PP y VOX, y se opusieron PSOE y Compromís.
Realmente, en el debate se habló de todo menos de las alegaciones a las ordenanzas y sus razonamientos. Pero comenzaron ya las disputas y se caldeaba el ambiente que anunciaba que lo peor estaba por venir.
De hecho, tras la intervención de Ignasi Garcia, la alcaldesa se dirigió al portavoz de Compromís para resaltar, que, en su intervención la había llamado: “ignorante, incompetente y mediocre”. Y añadió: “luego no me pida que corte o interrumpa a nadie por una educación que usted no tiene”.
Pintaban bastos en el salón de plenos.
Aprobación del PRI de Patos y Gumbau

En lo positivo, se aprobó el PRI de Patos y Gumbau, que se votó por unanimidad. Aquí solo hubo explicación de voto, porque la oposición quiso recordar que si esta actuación era posible era gracias a que ellos aprobaron en la legislatura anterior el Plan General de Ordenación Urbana.
Pero llegaron las mociones, dos propuestas con una enorme dosis de veneno, no tanto por un nomenclatura como por su contenido y los tonos utilizados.
Moción para hacer frente al odio con mucha ‘trampa’ y ataques a VOX y PP
La primera de ellas, presentada por el PSOE, aprovechaba la reciente detención de la cédula terrorista de ideología nazi, en la capital de la Plana, para, en teoría, “hacer frente al odio y defender la convivencia para que Castellón sea un lugar seguro, inclusivo y orgullosamente democrático”.
Visto así la propuesta debería haber contado con un apoyo unánime por parte de toda la corporación.
Pero el problema es, que la oposición no buscó en ningún momento una moción de consenso, y sí una exposición que dejara a VOX contra las cuerdas y al PP con VOX. Como ya se vio en la Junta de Portavoces del pasado lunes, ni PSOE ni Compromís accedieron a la petición de PP y VOX para buscar una redacción conjunta para una Declaración Institucional en contra del odio en la ciudad.
Ese no era el objetivo. Bajo un titular tan idílico de la moción se escondía mucho veneno. Estaban los ataques a VOX, como grupo ultraderechista que podría estar en connivencia con los terroristas por compartir las mismas ideas… y de paso, también al PP, por contar con VOX como socio de gobierno.
Y con estos mimbres era difícil esperar que PP y VOX no respondieran con la misma virulencia con la que les atacaba la oposición. Porque si Compromís y PSOE buscaban un enfrentamiento lo habían servido en bandera de plata, pero lo que se generó a continuación…

El portavoz de VOX, Antonio Ortolá indicó en su intervención: “Después de lo que se ha atrevido a traer aquí el PSOE, hemos llegado a la convicción de que lo suyo es triste, su actuación es miserable, y además, son un peligro para la convivencia”. Y es que recordó, que la oposición se había negado a apoyar una moción conjunta contra la violencia. Para afirmar, posteriormente: “La violencia es violencia venga de donde venga”.

El portavoz del PP, Vicent Sales, acusó a la oposición de no buscar el consenso ni la seguridad de la ciudad, sino de haber aprovechado un tema tan delicado como el de la cédula terrorista para centrar su propio discurso de odio. Todo ello quedó claro, dijo, desde el momento en el que ni PSOE ni Compromís accedieron a redactar una moción conjunta de la Corporación, como una Declaración Institucional contra la violencia.
Sales recordó, que el Ayuntamiento no solo tiene ya un plan contra la violencia, como pedía el PSOE, sino toda una concejalía de Convivencia e Interculturalidad. Una concejalía que trabaja desde el 2012, que realiza trabajos por la igualdad, contra los delitos de odio y la discriminación con una visión inclusiva. “Cuando sabes todo eso, dijo Sales, te das cuenta de que al PSOE no le interesa ni hacer frente al odio ni defender la convivencia”. Porque, y aquí entró con toda la artillería: “Un partido de puteros no quiere hablar de prostitución; porque un partido de agresores sexuales no quiere hablar de agresiones sexuales, prefiere pensar que está luchando contra el nazismo. Un partido de ladrones y corruptos no quiere hablar ni de mordidas, ni de amaños de contratos, ni de testaferros… ”
Pero aquí no se quedó la cosa. Para Sales, “el PSOE es un partido putrefacto que solo puede sobrevivir aferrado al resentimiento”.
En la réplica, Patricia Puerta, portavoz del PSOE, indicó que no pensaba entrar al juego del y tu más, aunque si lo hizo. Y, de hecho, mostró fotografías y noticias de los acosos de VOX a la sede socialista.
Por su parte, Pau Sancho, de Compromís, intentó salir de los temas que afectan directa y negativamente al PSOE, para centrar el debate en la célula terrorista y cómo se alimentan los discursos de Odio. Y se dirigió a Ortolá para pedirle que, cuando subiera al estrado, se remangara y mostrara a los asistentes las pulseras que lleva y qué pone en ellas.
Y Ortolá cedió a lo que le había pedido Sancho. En una de ellas, dijo, pone ‘Virgen de Lledó’, y en la otra, señaló “Visto que el PSOE, en el Tribunal de Cuentas nos interpuso una demanda, o nos pidió una sanción que en el Tribunal Supremo se desestimó, y nos puso una denuncia por dar banderitas de España, hicimos una que pone: “¡Cómete esta Pedro!”. Y añadió posteriormente: “que para condenar a una cédula neonazi tenga que resucitar a Franco, se han quedado sin ningún argumento”.
Manifestó posteriormente, que Puerta les ha dicho que “VOX son el discurso del odio cuando nos ha llamado, a mí, por ejemplo: machista, racista, xenófobo, homófobo, radical, concejal del odio, misógino, fascista, y ahora, prácticamente, franquista también”.
La temperatura del salón de plenos había subido progresivamente, los concejales desde las bancadas se miraban, increpaban y comentaban.
En la réplica, Vicent Sales hizo referencia a la legislatura del 2011 al 2015, en la que dijo, la persecución, de violencia física y verbal que vivieron los concejales del PP fue lo más contrario a la convivencia política. Cuestionó a los gobernantes actuales de España, que son parte de un totalitarismo puro y duro, como los ataques que sufrieron los miembros del gobierno de Castellón, a los que dijo, Compromís y PSOE les ríen las gracias, como las BAFF o la Cosa Nostra. Refirió una publicación del Bloc en el que afirmaban: “poble armat, poble respectat”.
Indicó que la extrema derecha o la extrema izquierda son similares con un radicalismo que siempre va a asociado a un discurso de odio o menosprecio. Y aludió al 2015, cuando desde el PSOE se prefirió pactar con la izquierda más extrema antes que establecer un diálogo con partidos más democráticos. “No nos equivoquemos, no nos insultan porque seamos fachas, nos dicen fachas para poder insultarnos. Les interesa la tensión, como dijo Zapatero a Iñaki Gabilondo, fuera de micrófono. No querían un acuerdo sino una confrontación. Eso es la antítesis de la Democracia, y todo eso es gracias a Zapatero, que era tonto y ahora se nos ha hecho malo”.
Una vez lanzado, Sales continuó: “Ustedes lo que necesitan es desaparecer, morirse, volatilizarse, refundarse, pero como partido están completamente inhabilitados. Lo mejor que puede hacer Pedro Sánchez es hacer desaparecer el PSOE, esa sería la mejor aportación a la democracia que puede hacer Pedro Sanchez”.
Pero si el lector supone que con esta intervención y todas estas declaraciones se acabó la cosa, se equivoca.
Tomó la palabra la alcaldesa, Begoña Carrasco para lamentar el agrio debate que se producía, pero para recordar que en la Junta de Portavoces habían propuesto una Declaración Institucional conjunta para condenar la cédula terrorista. "Y ustedes no quisieron llegar a un acuerdo y pretendieron llegar al pleno para provocar esto. Se mueven bien en la tensión y provocan tensión".
La alcaldesa también dijo que ha sido objeto de insultos, de pintadas en la fachada de su casa. Y llegados a este punto habló de la última manifestación en la que los miembros de la oposición permitieron sin ningún tipo de sonrojo que se arrojaran octavillas con insultos contra ella…
Y no contenta con decirlo, la alcaldesa se levantó, cogió una caja de cartón donde había guardado muchas de estas octavillas y las arrojó al aire al salón de plenos. “no se preocupen, yo las recogeré después”.
La Moción del 'odio’ fue rechazada con los votos de PP y VOX.
Los recibos impagados son culpa de Ramírez
La última moción del pleno tampoco era trigo limpio.
En las sucesivas comisiones informativas Compromís y PSOE han solicitado conocer los impagos a la Agencia de Recaudación de Castellón. Esto es los recibos que por unas u otras cuestiones habían quedado impagadas.
No, no era una crítica a la Oficina de Recaudación. Era una excusa para acusar al concejal Cristian Ramírez de ser el culpable de esos recibos impagados por el ‘caso de las multas’ que se destapó hace poco más de un año.
El concejal de Hacienda reprobó a Compromís y acusó a la oposición de no saber nada ni de cuentas ni de matemáticas. Solo el 0,2% de los recibos fueron archivados como imposibles de cobrar.
Y mientras la oposición pedía responsabilidades a Ramírez, este, desde la bancada les solicitaba el informe sobre sus multas que no llegó a ser admitido ni por la fiscalía.
La moción fue rechazada por PP y VOX.
Para entonces, la tensión no había cedido. En ruegos y Preguntas hubo un encontronazo entre la alcaldesa y la concejal de Compromís, Vera Bou.
Terminado el pleno, la alcaldesa y sus concejales se apresuraron a recoger las octavillas que habían caido al suelo.


























































