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sábado, 27 de abril de 2024 | Última actualización: 02:05

¡Ole, ole y ole!

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Juan José Pérez Macián. Concejal delegado del Área de Gobierno de Hacienda, Modernización y Administración Municipal del Ayuntamiento de Castellón.

Vaya semanita torera la que acabamos de dejar atrás. La izquierda de este país y la del mundo entero es de charanga y pandereta. Será todo lo poco o nada taurina que quiera hacernos creer, pero lo cierto es que esa izquierda progre, rebelde y mentirosa, incoherente e hipócrita, falsa como una moneda de tres euros, es torera de rabo y vuelta al ruedo.

Comenzamos con un fiambre que no sabemos cuando lo fue definitivamente y que, finalmente, quedará en conserva para que no se olvide nadie de lo gran y magnífico dictador que fue. Yo, personalmente, a Chavez lo tengo suficientemente embalsamado en mi memoria en su imagen de dictador soberbio, pendenciero y violento que al grito de “¡exprópiese!” se paseaba por su Venezuela robando propiedades sin escrúpulo ni reparo alguno. ¿Leyes?, qué leyes ni qué leches: ¡exprópiese!. Una izquierda revolucionaria embalsamada para siempre. Muy propio de las dictaduras comunistas que tanta desgracia y miseria han sembrado en este mundo. ¡Ole!.

Cayo Lara ha acabado reconociendo que su partido -ay, esa izquierda honrada que nos quiere gobernar y darnos clase de ejemplaridad- debe un dinerillo a Hacienda en concepto de retenciones, vamos de IRPF, a sus trabajadores, sí, a los que trabajan en ese partido de izquierdas que lucha por los derechos de los...¿trabajadores?. Nada, un millón y medio de euros arriba, abajo. Poca cosa. Una cortina de humo, dice él, para que no se hable de lo que de verdad importa a la gente y que no es otra cosa que la corrupción de la derecha. Cayo Lara. Pero tío, si es que hasta tienes nombre de torero. ¡Ole!.

Sánchez Gordillo, por fin, ha sido imputado ya por alguno de los numerosos desmanes y presuntos y televisados delitos que viene cometiendo desde que se echó al monte y a los Mercadonas, liándose incluso a guantazos con las trabajadoras de los supermercados, o invadiendo hoteles u otras propiedades con legítimo dueño. La imputación le ha pillado en primera clase de un vuelo transoceánico de Iberia. Sánchez Gordillo será comunista, rojo y revolucionario, pero tonto, lo que se dice tonto...sí, es tonto. Tener una lengua tan larga, presumir de una mano tan larga, y acabar mostrando una vergüenza tan corta, es de tontos, tontos pero muy tontos. Y este comunista revolucionario lo es. ¡Olé!.

En el ayuntamiento de algún pueblo vasco gobernado por los radicales abertzales, etarras para entendernos, ondean a media asta y una junto a la otra, las banderas venezolana y vasca. Duelo por la muerte del dictador golpista venezolano, comandante Chavez. Sí, sí, no es broma, como se lo digo. ¿Extraño?, no, en absoluto. De lo más normal. ¿O es que no sabemos quién son esos canallas de la izquierda abertzale?. Con un par y ¡ole!.

Y para acabar, el grupo municipal socialista en el ayuntamiento de Castellón, mediante la intervención de una de sus concejalas, se posiciona en el pleno celebrado el jueves previo al comienzo de las fiestas de la Magdalena en contra de los toros y de la compra de entradas para la corrida de beneficencia. Para ello utiliza una sonora frase: “el que quiera ir a los toros que se lo pague”. Y esa, precisamente esa concejala socialista, aceptando una influyente invitación, se pasea con garbo y con salero a las cinco de la tarde por el callejón del coso taurino castellonense entre los matadores de una de las corridas de feria, repartiendo tres claveles, tres, a los tres matadores, tres, -Fandi, Castella y Perera- que mataron seis toros, seis. ¿Incoherencia?, ¿hipocresía?, ¿demagogia?, ¿oportunismo rastrero?. No, hombre, no. Valor y torería, ¡que son de izquierdas!. ¡Ole, ole y ole!.