Federico Arnau. Comerciante jubilado.
Desde la disolución de las Cámaras y la convocatoria de elecciones, los candidatos a presidente del Gobierno están lanzando mensajes a la ciudadanía antes del inicio oficial de la campaña, guardando de momento sus propuestas, porque decir no dicen nada o apenas, con lo cual se podrían reservar las fuerzas para las dos semanas oficiales y con la claridad suficiente para que los ciudadanos no nos sintamos engañados.
Los asesores del marketing de los diferentes candidatos nos hacen ver, con más o menos acierto, el verdadero yo del candidato, o el oculto.
Y esto se reflejó en las entrevistas que Risto hizo a Albert Ribera, en la que con solvencia y desenfado expresó más o menos su proyecto sin desvelar mucha cosa, pero llegando con naturalidad al espectador, incluso soltando algún taco, que en una entrevista más protocolaria no hubiese sido correcto, pero que tampoco hubiese calado lo que caló la sinceridad que mostro al decir que tanto él cómo Pablo Iglesias se estrenarán en el Congreso, y que les hace ilusión porque se podrán lanzar las opiniones o propuestas desde sus escaños como parlamentarios; pero que tal como van las encuestas ya no se plantea solo eso, sino ¿por qué no poder ser presidente? Con lo cual, sin decir, dijo que por si acaso va a estar preparado para que no le pille desprevenido sin saber por dónde coger el toro. Como le ocurrió a Zapatero.
El enfrentamiento, puesto en escena por Ébole en un bar con Iglesias y Ribera, es otra forma de entrevista en la que cala también mejor al espectador. En este caso es mejor, porque cuando uno no quiere contestar algo y al otro le interesa, al final uno se moja, siempre y cuando previamente no estén pactadas las preguntas y el guion, porque eso ocurre, y entonces es un engaño al telespectador. No obstante eso también se nota y si uno quiere tener crédito se tiene que lanzar al ruedo.
En la entrevista de TVE realizada por Ana Blanco al presidente, Mariano Rajoy, dentro del corte clásico de la puesta en escena de una entrevista en TV, lo que más me llamó la atención fue lo que contestó a la pregunta de quién era su enemigo. Su respuesta fue que su enemigo era él mismo; y matizó, que era porque debe de explicar bien a los españoles por qué ha tenido que hacer y gobernar de la forma que ha tenido que hacerlo para sacar al país de la bancarrota y escapar del rescate, y ser, en estos momentos, el país que más expectativas de crecimiento tiene de la Comunidad Europea. A pesar de no desvelar sus errores, las respuestas fueron no de un candidato si no de un presidente, quizás porque cuando se gobierna las cosas son diferentes que cuando se está en la oposición y el discurso cambia, esto se llama experiencia de Gobierno.
La segunda entrevista de TVE de Ana Blanco al candidato del PSOE, Pedro Sánchez, fue diferente, porque prácticamente no contestó en la mayoría de preguntas que la presentadora le realizó. Solo la calma profesional de Ana Blanco pudo solventar una entrevista muy complicada por no recibir respuestas; Ana Blanco terminó agotada, pero el espectador también, porque terminada la entrevista te queda una inseguridad sobre lo que puede pasar en el caso de que tuviese que llevar las riendas de la nación; y se explica también, por qué en las filas del PSOE hay tal malestar, y no solo por los últimos fichajes.
Se le hizo la misma pregunta que a Rajoy, de quien creía que era su peor enemigo, la respuesta fue que Rajoy, porque en las encuestas Rajoy es el presidente peor valorado de la historia democrática de España por la corrupción, los SMS a Bárcenas… Ana Blanco tuvo que cortarle y decirle que no lo estaba entrevistado para que hablase de Rajoy, si no dé el.
Dijo cosas como que Ciudadanos son las juventudes del PP y que no necesita más derechas ni la desorientación de Podemos y apelaba a que hay que ser más claros.
Aclaradas las posiciones, dijo que el PSOE se sitúa en lo social, que ha hecho grandes cosas durante los 20 años que han gobernado, porque han modernizado al país, la economía los derechos y libertades.
También dijo que Ciudadanos ha pactado con el PP donde ha podido.
Que el Sr Más es el único culpable, pero que Rajoy ha inflado el independentismo.
Dijo que Rajoy es el absolutismo, que la RTVE es la televisión privada del PP, que el único partido que ha sabido renovarse es el PSOE y el único que no se ha renovado es el PP y que hay que mandarlo a la oposición.
Después de anunciar que derogará todo lo que hay que derogar incluso la reforma laboral… que hoy mismo ha anunciado que no es así, solo parte ¡en fin!
A la pregunta de reconocer errores, la respuesta fue no reconocer las grandes cosas que han hecho y todo lo que se ha avanzado es gracias al PSOE. Que ahora se está en el momento que estuvo Felipe González y no el de Rodríguez Zapatero.
Hasta el momento todo está en el aire porque se dicen muchas cosas, pero sin concretar nada. Todos se guardan sus ases para los últimos días en campaña oficial; no hay ninguna claridad, solo retazos fugaces… y en la entrevista de Pedro Sánchez, éste no aprovecho las críticas vertidas sobre su enemigo político Rajoy para decir a los españoles qué actuaciones haría o hubiese hecho él en el puesto de Rajoy para dar claridad a sus propuestas, ya que al fin y al cabo es lo que reclama.
Mientras seguiremos esperando el amanecer; a ver las propuestas y que Dios reparta suerte entre los contrincantes para que nos hagan la vida más placentera y, sobre todo, más justa. ¿Serán los nuevos o los viejos? ¿Sera la ilusión y las ganas o será la experiencia? Veremos de aquí al 20 de diciembre quien se lleva la confianza mayoritaria de los españoles en votos, no en escaños.































