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domingo, 21 de diciembre de 2025 | Última actualización: 14:01

Santiago Ramón y Cajal y Cataluña

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Miguel Prim Tomás. Ex Parlamentario Nacional.

Hace tiempo, llegó a mis manos un libro de la colección Austral editado en 1941 y titulado ‘El mundo visto a los ochenta años’, escrito por el Premio Nobel, Santiago Ramón y Cajal, médico-histólogo nacido en 1852 y fallecido en 1934.

Cuando él escribía éste último libro de los muchos que tiene, hace ya 80 años (antes de nuestra Guerra Civil), dedica un capítulo a ‘La atonía del patriotismo integral’, con un apartado sobre ‘Inquietudes actuales ante las amenazas veladas o explícitas de separatismo’. Y allí expresa su, para mí, valiosa opinión, del disparate que supone el separatismo de Cataluña, impulsado actualmente por el gobierno compartido por Convergentes y Republicanos.

Deseo exponer aquí algunos párrafos escritos por el Premio Nobel en momentos de efervescencia separatista de Cataluña hace casi un siglo. Está todo por desgracia de rabiosa actualidad. Sirvan estos párrafos, para saber la opinión y consideración de don Santiago.

En la página 12 se lee: “Se advertirán en el texto escapadas y digresiones  hacia campos ajenos al tema principal. No es que me asusten los cambios de régimen, por radicales que sean, pero me es imposible transigir con sentimientos que desemboquen  andando el tiempo en la desintegración de la Patria y en la repartición del territorio nacional... ".

Pero metidos en el tema más a fondo, es en el capítulo XII sobre la ‘Atonía del patriotismo’, que cité anteriormente, en donde se lee en la página 96: "No me explico este desafecto a España de Cataluña. Si recordaran la historia y se juzgaran imparcialmente a los castellanos, caerían en la cuenta de que su despego carece de fundamento moral, ni cabe explicarlo por móviles utilitarios...".

Otro párrafo es el de la página 100, donde podemos ver: "A pesar de todo lo dicho, esperamos que en las regiones favorecidas por los Estatutos, prevalezca el buen sentido, sin llegar  a situaciones de violencia y a desmembraciones fatales para todos. Estamos convencidos de la sensatez catalana, aunque no se nos oculta que en los pueblos envenenados sistemáticamente durante 34 años por la pasión o fascinados por prejuicios seculares, son difíciles las actitudes ecuánimes y serenas...".

Y por último, por no hacer farragoso el artículo, en la página 103 podemos leer: "Cuando se tiene la desdicha de vivir demasiado, se confirma la teoría de los ciclos históricos. Mi existencia se ha encuadrado entre dos revoluciones similares, aunque algo dispares; entre las ignominias del cantonalismo de 1873 y la revolución con miras autonomistas de 1931. !Quiera Dios que en el intervalo de esos 61 años haya surgido en nuestro cerebro antaño prepotente y señero el lóbulo del sentido político y de la prudente tolerancia!

Si tienen en sus manos este libro citado al principio, pueden leer íntegramente la opinión de un español como la ‘copa de un pino’ de los sucesos que en Cataluña acaecen actualmente y que vuelven a preocupar de verdad a todos los españoles. Por mi parte decir: !Que cunda la cordura¡