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martes, 16 de diciembre de 2025 | Última actualización: 02:19

Elecciones Europeas

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Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.

Apenas a diez días de las elecciones al Parlamento Europeo, solo una evidencia parece presentarse en el resultado, y es quien va a capitalizar una mayoría absoluta:

La abstención.

De no cambiar radicalmente las cosas, parece innegable que el desinterés general de los españoles, va a alejar de las urnas a más de la mitad de los votantes.

Los españoles, aún no nos hemos percatado de la importancia de estas elecciones.

El sentimiento general es que tanto da votar a unos como a otros, porque en definitiva vamos a seguir recibiendo las pautas a seguir desde la Unión Europea.

Y así es, pero depende alrededor de que adscripciones se aglutine el voto mayoritario, gobernara el Grupo Popular Europeo si obtiene la mayoría, o el Centro Izquierda si son ellos los mayoritarios, por no querer considerar la posibilidad de que al final sean los euroescépticos, aglutinados todos ellos en un solo grupo, quienes tuvieran que decidir el futuro de una Unión Europea, en la que no creen, y a la que presumiblemente tratarían de dinamitar desde dentro.

Yo mismo me he planteado a veces el hecho de no votar en estas elecciones, ya que me parecen bochornosos los salarios y prebendas de los que disfrutan unos euro parlamentarios, que no sienten la menor vergüenza de presentar casi absolutamente vació su Parlamento habitualmente, y sin embargo disfrutan de unas dietas y pluses a todas luces absurdos, “por el simple hecho de ser, sin tener la obligación de estar”.

Pero como siempre he abogado por el principio de que quien no vota no tiene derecho a quejarse, acabo siempre convenciéndome a mi mismo, de la obligación moral de votar si luego quiero tener el derecho a quejarme.

Me consta que las diferencias ideológicas del socialismo centro europeo, y las de los populares españoles, son mínimas, ya que evidentemente como acaba de demostrarnos Manuel Valls, Primer Ministro Socialista Francés sus decisiones y las de Rajoy y Arias Cañete si no idénticas, si son muy parecidas, y absolutamente alejadas de las que propugnan Rubalcaba y Valenciano.

Son dos socialismos antagónicos, a juzgar por sus decisiones.

Si yo fuera francés, no me importaría en absoluto votar al Partido Socialista, porque no voto a unas siglas sino a una manera de administrar que me parece la adecuada.

Pero considerando que soy español, y que he sufrido en mis propias carnes la indigencia intelectual del anterior gobierno socialista de Zapatero y Rubalcaba, y la ruina en que sumieron las finanzas españolas, y que “siguen erre que erre” defendiendo los indefendible y acusando a los populares de todas las barbaridades que ellos mismos gestaron, y que poco a poco vamos superando, no puedo votarles ni lo haré hasta el que socialismo español no se libere de esa rémora de políticos fracasados e inmorales, que se niegan a dejar paso a nuevas generaciones, para que puedan recuperar la confianza del pueblo español.

Al final, de poco o nada va a servir lo que yo diga.

Pero quiero ser consecuente con mis convicciones, y por eso les doy mi opinión.

Lo queramos o no lo queramos, los que creemos en Europa no tenemos mucho donde elegir.

PP ó PSOE, ya que mucho me temo que votar a  cualquiera de las otras opciones sería correr el riesgo de desperdiciar nuestro voto, si no alcanzan representación, con lo que se favorecería involuntariamente al adversario.

Quizás UPyD, represente una alternativa válida porque se estima que puede alcanzar representación, pero aunque me encanta el discurso político de Rosa Diez, no puedo dejar de pensar que en esencia es socialista, y como ha hecho en Asturias, siempre se sentirá mas predispuesta a apoyar sus teorías que las populares.

Votar a IU es tanto como votar a quienes no creen en la Unión Europea, y por lo tanto poco o nada harán para cimentar el futuro de la misma.

Y las demás opciones, no dejan de ser  minoritarias y sin expectativas en las europeas, aunque muy bien pueden ir articulándose de cara a las generales españolas, en cuyo caso y a la vista de cómo acabe el resto de legislatura Rajoy, será el momento de decidir.

Lo fundamental es votar en conciencia, asumiendo luego las consecuencias de nuestro voto, acertemos o erremos, ya que al menos no tendremos que reprocharnos en no haber ejercido nuestra obligación  ciudadana.

Si algo falla, que sea nuestra clase política, pero no los ciudadanos.

Hasta la semana que viene.