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martes, 16 de diciembre de 2025 | Última actualización: 02:19

Avisados por la OMS frente al Zika

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Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.

Durante el curso de la semana pasada, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha publicado una alerta contra el virus Zika,  el próximo verano, como consecuencia de las altas temperaturas en España.

Los habitantes de la Costa Mediterránea con humedales, ya llevamos varios veranos quejándonos de ese “Suplicio de Tántalo” que nos castiga cada período estival, por obra y gracia de unas directrices europeas que impiden combatir las plagas de los mosquitos como se había venido haciendo desde hace más de cincuenta años y que nos había permitido olvidar todo lo que tuvimos que vivir la gente de mi generación a mediados del siglo pasado, cada verano en una lucha desesperada contra los mosquitos.

Hasta ahora, se ha tratado de sufrir unas picaduras muy molestas que cubrían la epidermis de las personas con mayor sensibilidad cutánea y que no revestían más implicaciones sanitarias, ni riesgos de especial importancia.

Cada verano, la situación se ha ido agravando un poco más y el verano pasado ya hubo casos de internamientos de personas víctimas de picaduras de especial virulencia, sin consecuencias irremediables.

No se han producido casos de extrema gravedad sanitaria, por lo que nuestras autoridades sanitarias  y los Gobiernos Autonómicos y Estatal no han querido mover un dedo para recuperar las fumigaciones aéreas que nos protegían de esa molesta e implacable plaga que nos amargaba la existencia cada período vacacional estival.

Ahora la situación parece cambiar radicalmente, ante el diagnóstico de la OMS.

¿Seguirán levantándose de hombros impertérritos, ante el evidente riesgo ya advertido por una autoridad sanitaria internacional muy prestigiosa, de una enfermedad de dramáticas consecuencias para la salud especialmente de los niños y de las mujeres embarazadas, cuyos fetos pueden nacer con malformaciones irremediables?

Los legisladores europeos que impidieron los tratamientos que llevábamos a cabo en las zonas mediterráneas españolas, no tenían que sufrir los efectos secundarios de sus decisiones, ni siquiera conocían el alcance de las mismas.

Determinaban una prohibición en función de un estudio mas o menos fundado, del riesgo que podría tener sobre nuestra salud el uso de pesticidas o productos químicos determinados, ya fuera porque rompían un equilibrio ecológico determinado al exterminar a demasiados insectos e incluso llegando a deducir que podían contener concretamente componentes cancerigenos.

Eso suele alarmar a cualquiera, dicho así.

Pero les aseguro que la desazón emocional creada en las víctimas de las picaduras de los mosquitos también les dejaba sicológicamente muy afectados durante todo el verano, impidiéndoles conciliar el sueño muchos días y eso también tiene unos efectos secundarios lamentables.

Se ha repetido hasta la saciedad, que los tratamientos individualizados e incluso los que se puedan llevar a cabo en grupo por entidades menores, no surten el menor efecto, ya que la autonomía de vuelo de los insectos que crecieran en nuestro entorno, acaban llegando a todos nosotros.

Espero que ahora se lo tomen más en serio tanto nuestros Gobiernos Municipales como el Autonómico  y de una vez por todas cojan al toro por los cuernos y no esperen a recibir demandas de afectados con efectos  mortales o trascendentales, cuyas indemnizaciones en caso de producirse podrían ser muy importantes.

Me consta su preocupación y de hecho nuestro Ayuntamiento de Burriana ha programado para el 18 y 25 de Mayo dos ponencias informativas muy loables, pero esa información no es la solución al problema, sino un método preventivo que intenta cubrir el expediente sin solucionar el problema.

Como he repetido muchas veces. Gobernar es decidir, y en este caso, quizás tengan que hacerlo entre la insumisión razonada o la obediencia ciega.

Esa es su responsabilidad y la mía como ciudadano, comentar mis inquietudes en vez de lamentar hechos consumados.

Hasta la semana que viene.