Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Parece ser que poco a poco el sentido común o la vergüenza ajena, empiezan a activar a nuestros gobernantes, y estos tienen las primeras reacciones positivas de cara a la racionalización del gasto público y a la trasparencia del mismo.
Y por fin se inicia la tramitación de una Ley de Trasparencia, que ha conseguido lo que no se había logrado en cuarenta años de democracia:
Poner de acuerdo a patronal y sindicatos.
Y les pone de acuerdo, en algo vergonzoso.
Ni Rosell ni Toxo ni Méndez, consideran oportuno hacer públicas sus remuneraciones, y tener que presentar las cuentas de cómo y en que se gastan todos los dineros que reciben de Fondos Públicos del Estado, ya sea en forma de subvenciones o en cursillos de formación (que se dan….o no se dan) o en cualquier otro modo de recibirlos y administrarlos.
Esa opacidad en mi opinión, debería de estar reñida con el más elemental sentido de la responsabilidad.
Lo lógico y sensato siempre que uno recibe unas subvenciones, es por iniciativa propia tratar de ser lo mas trasparente posible, para motivar a quien nos las concede a seguir haciéndolo, compartiendo con la opinión pública la forma de administrarlas.
De ese modo se evitan las dudas de quien las otorga, y las sombras para quien las recibe.
Pero en esta nación de pillos y sinvergüenzas (y perdonen que me exprese así, pese a ser parte de la misma) parece que a nadie le importa que le consideren un ladrón o malversador, con tal de poder seguir robando o malversando.
Ni siquiera seis millones de parados han tenido la fuerza suficiente, para sentar y poner de acuerdo a los líderes de la Patronal y de los Sindicatos.
Ha bastado que el Gobierno tratara de iniciar esa Ley de Trasparencia, para que por vez primera se hayan puesto de acuerdo unos y otros, en no hacer públicas sus remuneraciones y el destino final de todo el dinero que reciben del Estado.
¿Tendrá valor el Gobierno, para sacar adelante una Ley tan necesaria como elemental, o acabará rindiéndose a los egoísmos de unos y otros?
¿Apoyará el PSOE al Gobierno en una misión tan encomiable, o se alineará con los representantes sindicales y de la patronal, para desgastar al Gobierno y seguir haciéndoles “el caldo gordo” a unos y otros?
Tiempo al tiempo, pero si se hicieran apuestas, yo apostaría a que los sindicatos y la patronal se van a salir con la suya.
































