Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Ochenta años después de iniciarse la Guerra Civil Española, y después de cuarenta años de Democracia en España , me pregunto cuántos años tendremos que esperar para disfrutar de una auténtica reconciliación, olvidándonos de las dos “España” que acabaron desangrando las entrañas de nuestra nación.
Traigo a cuento este tema, después de haber oído recientemente una entrevista en una emisora nacional, a Bertín Osborne, comentado el programa ‘En tu casa o en la mía’, con la nieta mayor de Franco.
Este popular personaje, con una educación y un sentido común exquisito, explicaba lo desenfadado del programa de entretenimiento, cuando una de las tertulianas, le dijo que echó de menos preguntas más incisivas a esta señora, relativas a la figura de su abuelo.
El entrevistado, comentó que por educación y respeto al invitado del programa (que no suyo) no le pareció adecuado remover un pasado que para nada debía condicionar el futuro de los españoles, a lo que la mencionada tertuliana, le respondió que era tanto el dolor causado por el Generalísimo, que no estaba nada conforme con el perdón ni el olvido, es decir con la reconciliación por la que yo abogo.
Y entonces Bertín Osborne, le respondió que en su propio entorno familiar, seis tíos carnales suyos fueron asesinados en Paracuellos del Jarama, añadiendo a continuación que si él y sus padres habían podido perdonar y olvidar, exactamente igual lo podría hacer quien quisiera.
Ahí acabó la discusión.
Y precisamente desde ese momento, una persona que me resultaba simpática como cantante y como showman, empezó a merecer todos mis respetos como persona.
A partir de 1975 y con la muerte de Franco, dos de los mejores políticos que ha tenido la España democrática, como Adolfo Suárez y Felipe González, que estaban limpios de polvo y paja de los acontecimientos de 1936 decidieron luchar a brazo partido en pos de esa reconciliación y convencieron a sus propios partidos y votantes de que no servía de nada mirar atrás y alimentar odios, que solo generaban distancias y creaban mucha tristeza.
Reconocieron que habían cometido errores unos y otros e incluso el mismo Carrillo que había sido actor principal de aquellos acontecimientos, les secundó en su intento de perdonar y olvidar.
Pues bien sin saber el cómo ni el por que, de la noche a la mañana una izquierda más joven, y radicalizada, sin apenas testimonios directos de lo ocurrido, sobre entiende que pueden utilizar ese odio y ese rencor como armas electorales.
Y es curioso, que oyéndoles a ellos, parece que los muertos y asesinados por quienes ellos defienden, no eran tan españoles y personas de bien como los del otro bando.
Aunque me duela hablar de ‘rojos’ y ‘azules’, no tengo más remedio que utilizar esos términos para diferenciarles, aun sabiendo que aquellas personas que murieron asesinadas durante la Guerra , eran tan inocentes las unas como las otras.
Cuando se habla de Memoria Histórica (en mala hora se inventó ese manual de odio y rencor el lamentable Zapatero) parecen querer olvidarse de la mitad de las víctimas.
Parece que los ‘caídos rojos’ fueron héroes, y los ‘azules’ no merecen el mismo recuerdo y respeto que aquellos porque quizás imaginen que se lo tenían merecido por ser creyentes o tener un patrimonio más o menos importante.
Estoy cansado de escribir de este tema cada pocos años, pero es debido al hecho de que con excesiva frecuencia, la izquierda radical (e incluso a veces la menos radical) empiezan su campaña de desenterrar muertos para inculpar al centro derecha, tratando de vincularle con el franquismo.
En su tiempo les llegó a dar resultados positivos, pero considero que esas actitudes políticas en estos momentos no solo no suman, sino que restan.
Y pese al empuje que inicialmente tuvieron los nuevos partidos emergentes, en la medida que uno se ha moderado, he subido exponencialmente su expectativas de votos, en tanto que el que se ha ido radicalizando más o centrando menos lo está pagando muy caro.
Considero que los españoles que superamos el medio siglo, sólo queremos pasar esa negra pagina de la Historia de España, avergonzándonos de quienes la escribieron.
Yo no quedan ni franquistas ni socialistas ni comunistas de los que fueron responsables de aquella orgía de sangre y fuego.
Y del mismo modo que en Alemania se ha llegado a una reconciliación nacional que les permite ser hoy la primera potencia europea, los españoles podríamos mirar el futuro con una perspectiva mucho más amplia y positiva si estuviéramos dispuestos a olvidar y a perdonar, en vez de empeñarnos en cultivar el odio y el rencor.
No hay sentimientos que condicionen más la felicidad de las personas que esos dos sentimientos tan negativos y aquí cuatro políticos desalmados, invitan a su cultivo.
De los españoles depende aislarles y erradicarles, como se hace con las malas yerbas.
Ese es el mejor servicio que podremos hacer por España, quienes así lo veamos.
