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sábado, 27 de diciembre de 2025 | Última actualización: 00:55

Conservar el ‘Estado del Bienestar’

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Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.

En la Suecia del último cuarto del siglo pasado, se acuñó por vez primera ese término tan generalizado posteriormente en toda Europa,  hasta llevar a convertirlo en un slogan utilizado por todos los políticos, pero muy maltratado por la inmensa mayoría de ellos.

Y es que todos lo utilizaban, pero muy pocos se preocuparon de poner los medios para mantenerlo el mayor tiempo posible.

Para ellos siempre fue un arma política para arrojarla a la cabeza de sus adversarios, en el momento en que se producía el menor síntoma de reducir concesiones insostenibles para poder mantenerlo.

Por eso les voy a hablar de los tres casos paradigmáticos, para que puedan comparar cómo Suecia, España y Grecia han reaccionado en los últimos cuarenta años, ante la evidencia de la fragilidad y posible desaparición del ESTADO DE BIENESTAR en cada uno de esos países y por ese mismo orden.

Si la Socialdemocracia de Olof Palme (lamentablemente asesinado) pasa por ser el origen de ese ‘Dorado Social’ al que hemos aspirado en un momento u otro de nuestras democracias, también ellos fueron los primeros en percatarse cuando llevaban casi un cuarto de siglo de progresos evidentes en ese terreno, que estaba empezando a hacerse insostenible.

Y precisamente por eso, tuvieron que ir adaptando todos los progresos a su realidad presupuestaria, y empezaron por concienciar a sus conciudadanos.

Y precisamente por eso también los suecos entendieron, que no se podía exprimir tanto a la sociedad productiva del país, para mantener un bienestar inmerecido para una masa social que había perdido el estimulo del trabajo y el progreso personal basado en  su propio esfuerzo.

Y en los años noventa una presión fiscal asfixiante para el empresariado y las rentas mas altas, que había desmotivado absolutamente a la creación de puestos de trabajo y de riqueza, fue reconsiderada y se bajaron las coberturas sociales universales para  todo el mundo y con ellas una presión fiscal injusta para quienes creaban riqueza.

Es decir se reestableció un equilibrio necesario y conveniente a fin de mantener un Estado de Bienestar lógico  y duradero.

Y tanto en Suecia como en el resto de Escandinavia nadie puso el grito en el cielo, pues todos entendieron que era la única forma de mantenerlo.

En aquellos tiempos yo solía visitar Finlandia, Suecia, Noruega y Dinamarca varias veces al año y fui testigo en primera persona de lo que acabo de exponer, ya que algunos de nuestros representantes en esos países se negaban a visitar a sus clientes conmigo en el segundo semestre de los años, porque según ellos todos los ingresos que iban a obtener, tan solo servían para pagarlos totalmente en impuestos.

Entonces no les comprendía, pero con el tiempo supe entenderles.

Y sus respectivos Gobiernos, que crearon y aumentaron inteligentemente el estado de bienestar, supieron hacer los recortes necesarios, para poder mantenerlo hasta hoy.

Y siempre sin contar con nadie que no fuesen los propios ciudadanos de esas naciones, y sin culpar a factores externos, ni esperar que nadie viniera a financiarles.

Ahora unos veinte años después y descubierto el Estado de Bienestar por los países mediterráneos, vemos que hemos necesitado una financiación externa brutal para poder mantenerlo, endeudándonos hasta extremos insostenibles  antes de recortar nada.

Y cuando los acreedores que nos han financiado todo eso proceso durante años, por la insensatez de nuestros Gobiernos para afrontar los recortes, vienen a exigirnos la devolución de los prestamos que nos hicieron, en vez de cumplir honradamente con el deber de pagar nuestras deudas y sus intereses, pretendemos echarles a ellos la culpa de la insensatez de nuestros Gobernantes, cuando no de sus latrocinios y malversaciones.

Y por esa incomprensible actitud de Grecia y su nuevo Gobierno, consiguen hacer temblar los cimientos de la Unión Europea.

No admiten que los responsables de todos sus males son los propios griegos, y por lo tanto son ellos que votaron a sus gobernantes y les permitieron llevarles a la ruina nacional, los que tienen que cargar con las penurias para salir del pozo.

Pretenden que seamos todos los  ciudadanos de los otros países de la Unión Europea que acudimos a su rescate, los que paguemos con nuestros impuestos todo el desfalco causado allí por sus sucesivos gobiernos, tanto del PASOK como de Nueva Democracia, y el nuevo gobierno de TSYRIZA , un partido Eurocomunista, en vez de explicar sensatamente lo ocurrido, pretende culpabilizar a quienes les financiaron y que renuncien al total o a una parte importante del dinero prestado, y encima les faciliten nuevos créditos que sin duda y con esos antecedentes nunca se pagarían.

Si algo ha hecho bien Rajoy y su Gobierno desde que llegaron, ha sido entender exactamente lo que acabo de explicar, y pedirnos a los españoles que  seamos nosotros mismos con nuestros esfuerzos y los recortes necesarios tanto en salarios, como en coberturas sociales insostenibles los que sostengamos el peso de la irresponsabilidad de los Gobiernos que elegimos los españoles, y nos llevaron a endeudarnos de una forma irracional , para mantener un Estado de Bienestar insostenible, gastando a manos llenas un dinero que no era nuestro.

Y por eso hoy disponemos de un crédito internacional que nos permite financiarnos a un precio muy razonable en todo el mundo y seguir disfrutando de la mejor sanidad universal del mundo, y de la peor enseñanza universitaria  del mundo, ya que entre las primeras 400 universidades europeas cualificadas por su ranking de calidad, no hay ni una sola española.

Quizás esa pista le debería de servir a nuestro Gobierno, para racionalizar y abaratar el mundo universitario, en costos y servicios, en vista de lo mal que los gestionan.

Y no hemos recurrido a la fácil medida de culpar a Merkel ni a los alemanes, por habernos financiado, sino que hemos asumido nuestros propios errores y los pagamos nosotros.

En otras muchas cosas les he criticado y les criticaré, por no haber cumplido casi nada de lo que prometieron, pero en este sentido tengo que aplaudir su sentido de la responsabilidad.

Quizás sólo les haya faltado saber explicarlo de una forma necesaria y suficiente, para evitar que en el futuro suframos un proceso a la griega, que tenga como consecuencia la llegada al poder de quienes quieran rentabilizar la frustración y el desencanto, en beneficio propio, para poder a llevarnos al borde del mismo abismo en que se encuentra ahora Grecia.

Y eso sería lo peor que podría ocurrirle a España en un futuro próximo.

Esa es mi opinión y mi análisis del pasado y mi previsión de cara al futuro.