Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.
Apenas una semana ha trascurrido del referéndum en el que los escoceses decidieron con una holgada diferencia, que preferían seguir perteneciendo al Reino Unido, antes de volver a la situación de pobreza, aislamiento y dependencia absoluta de sus escasos recursos naturales que vivieron hasta los primeros años del siglo XVIII.
Y en España se nos presenta un dilema con algunas connotaciones similares, pero un fondo absolutamente distinto.
Escocia fue un Reino Independiente de la monarquía de los Estuardos, mientras Barcelona (y antes Girona, Besalú y Ampurias entre otros) nunca pasaron de ser Condados primero de la Marca Hispánica y posteriormente de la Corona de Aragón, es decir que no les asistían los mismos derechos históricos que a Escocia.
Para mas abundamiento en el Reino Unido, no existe una Constitución que marca las pautas legales de convivencia entre lo que fueron Reinos en su tiempo, que se unificaron en un Estado de nueva planta, como lo eran Gales, Irlanda y la misma Escocia y en España tenemos una Constitución de 1.978 aprobada por una mayoría absoluta y determinante que en Cataluña supero el 90 % que otorga la Soberanía del Estado a todos los españoles y algo tan elemental convierte en ilegal cualquier referéndum que afecte a dicha soberanía sin expresión de la voluntad popular de todos los españoles.
Ese pequeño detalle ha permitido al Premier Cameron destapar la caja de Pandora de los independentismos dentro de la Unión Europea, sin darse cuenta del daño que podría llegar a causar en la misma.
Un daño improbable, ya que en los principios fundamentales de la Europa Unificada si parece perfectamente definido, que ninguna parte componente de un Estado que pertenezca a la Unión, podrá ser aceptado como componente de la misma tras una Secesión del Estado en cuestión, y en esas condiciones no parece probable que ninguna región de España, Italia, Francia, Alemania o cualquier otra nación de las existentes, quiera morir asfixiada en su propio aislamiento.
Eso es lo lógico.
Pero en Cataluña, se ha impuesto el miedo de los políticos que han estado expoliando y robando a diestro y siniestro a sus conciudadanos durante mas de treinta años, y ahora se ven inspeccionados y en serio peligro de ser juzgados, condenados y encarcelados y antes de sufrir ese paso, han estado articulando desde hace muchos años una solución para dicha posibilidad.
Su Independencia que llevaría inherente la de su Poder Judicial, les permitiría eludir el peso de la Justicia, y seguir acumulando el patrimonio fruto de su indecencia sin tener que rendir cuentas a nadie.
Y por eso CiU que fue un partido nacido y creado a la sombra del primer robo a todos los catalanes a través de la Banca Catalana y que nació entre la cúpula directiva de aquella entidad arruinada por los mismos cerebros que ahora arruinaran a Cataluña, ha utilizado y ha sido utilizada por un partido que tuvo cierto relieve con la llegada de Tarradellas y el impulso que le dio Heribert Barrera (Esquerra Republicana de Cataluña) creando una simbiosis de intereses, a los que son ajenos la inmensa mayoría de los ciudadanos catalanes, que sólo son marionetas utilizadas por el poder político.
Esquerra Republicana había quedado reducida a ser un partido independentista testimonial desde su inicio, y durante unos treinta años apenas tuvo momentos muy concretos de resonancia en suelo catalán, mas allá del de sus propios afiliados.
Con la deriva del pujolismo en esa huida hacia delante, para escapar de la cárcel de la mano de la familia de los testaferros de los Pujol, es decir de Arturo Más digno heredero de su padre, y de asumir Convergencia i Unió los mismos fines de ERC, el incremento del movimiento independentista republicano, corre parejo al hundimiento de la intención de voto de los convergentes.
Apoyándose hombro con hombro, aunque con motivaciones muy distintas, convergentes y republicanos de la izquierda catalana no han duda en situarse fuera de la legalidad española, con tal de obtener sus objetivos.
Tan comprensibles los de ERC como inmorales los de Convergencia, pero ni Pujol y sus hijos, ni el padre de Más con el caballero Arturo a su lado, ni Millet, Prenafeta, y tantos otros delincuentes de cuello blanco que han vivido y medrado durante tantos años consolidando unos patrimonios sospechados pero de cuantificación todavía no totalmente establecida, quieren acabar con sus huesos pudriéndose en cualquier penal español, por lo que les resulta mas fácil situar a su región al borde de la ruina y del aislamiento internacional, que reconocer sus propios delitos.
Y como nuestra Constitución no permite otro recurso legal, también cabría que votáramos todos los españoles respecto a la Independencia de Cataluña, y les garantizo que yo mismo votaría para que se fueran y afrontaran su futuro en ese mundo que ellos mismos se han buscado.
Así sabrían que con las cosas de comer…..no se juega, y dejarían de chantajearnos a todos los españoles como lo han llevado haciendo tantos años.
Mi enhorabuena a los escoceses, que han sabido ganar unos y perder otros, para poder conseguir los perdedores apenas una mínima parte de lo que les hemos otorgado en España a los catalanes de poder autonómico incrementado sustancialmente hace mas de treinta años.
Todos han aceptado los resultados y nada se han reprochado, aunque mucho me temo que sea el inicio de unos desencuentros a largo plazo.
Pero si conozco bien a los ingleses, escoceses, irlandeses y galaicos no creo factible que allí se permita a una grupo de ladrones sin escrúpulos llegar a gobernar en ninguno de los componentes del Reino Unido, hasta llegar a crear un estado de corrupción política, como el que ha generalizado el pujolismo convergente, en esa parte de España.
Ese pequeño detalle, marcará las diferencias entre lo que ocurre en Cataluña y lo que nunca llegará a ocurrir en mi opinión en ningún rincón del Reino Unido.
































