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domingo, 21 de diciembre de 2025 | Última actualización: 21:27

Endogamia y religiones

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Miguel Bataller. Ciudadano del Mundo y Jubilado.

Recientemente me ha llegado un interesante e mail sobre la ENDOGAMIA y sus efectos en un Programa de Formación y Transición de Pilotos llevado a cabo por la Lockheed.

En dicho curso se pudo observar que la mayoría de los pilotos sauditas entrenados tenían una visión nocturna muy deficiente, incluso en noches de luna llena.

Su memoria era muy deficiente y su capacidad de concentración mínima.

Confrontados estos resultados con instructores Marines, que habían intentado entrenar a pilotos iraquíes o afganos, las conclusiones eran muy similares.

Para no cansarles excesivamente sólo les diré que estudios médicos profundizando en el tema, llegaron a la conclusión de que las causas de esas deficiencias había que buscarlas precisamente en la ENDOGAMIA es decir en la atávica cultura musulmana de contraer matrimonios entre familiares muy próximos rechazando mezclar sangre con personas de otras razas o religiones, que con él tiempo originó mutaciones genéticas que llevaron a originar enfermedades difícilmente controlables, por ser desconocidas inicialmente.

Automáticamente me vinieron a la mente dos hechos incontrovertibles:

1-En nuestra cultura cristiana, la endogamia no estaba permitida y solo en casos muy excepcionales se daban esos matrimonios entre familiares incluso de tercer grado.

Nunca me paré a pensar en las razones para ello pero visto lo visto, no me cabe la menor duda de que  bien por deducciones vitales o por intuiciones científicas durante varios siglos era una norma quizás no escrita pero si vivida.

2-Durante más de veinte años de conocer a muchas familias musulmanas en los Emiratos Árabes Unidos, Kuwait, Bahrein, Omán, Arabia Saudita y Líbano me sorprendía el enorme prestigio que tenía la Clínica Barraquer entre casi todos ellos, y las veces que tuve que facilitarles los números de teléfono de la misma a mis clientes e incluso concertar alguna visita yo personalmente para que fueran recibidos en Barcelona.

Siempre lo había atribuido a la potencia del sol en el desierto y su reflejo sobre la arena.

Nunca se me ocurrió relacionar ese detalle con la indudable endogamia en la que vivían, ya que era muy frecuente entre mis clientes ver casados a primos hermanos o primos segundos, ya que lo encontraban muy normal, y cuando les comentaba lo infrecuente que era eso en España, siempre me respondían que de ese modo se evitaban engaños y decepciones, porque ellos conocían perfectamente a sus esposas, y ellas a ellos al haberse criado juntos de pequeños en muchos casos.

Recuerdo muy bien el caso de un buen amigo mío sirio, druso para más detalles, que me explicó que lo que era una práctica generalizada entre los musulmanes, ellos, los drusos (que no se consideraban como tales en toda la extensión de la palabra) lo habían convertido en una norma de obligado cumplimento.

Según me dijo, los drusos, solo se casaban con familiares consanguíneos.

Ya no pasé de ahí.

Pero ahondando un poco en el tema, he querido conocer como se ha vivido esa situación entre los judíos y me ha impactado el llegar a conocer que los 10 millones de  asquenazíes existentes ahora en el mundo y originarios normalmente de Alemania, Polonia y Rusia originariamente fueron unas trescientas personas que durante algunos siglos se multiplicaron en la más pura endogamia, negándose a casarse y a mezclar su sangre con otras y a consecuencia de ello, han aparecido mutaciones genéticas importantes que  según estudios clínicos recientes han estado en el origen de enfermedades tan comunes en la actualidad como el Parkinson, la diabetes, la esquizofrenia y los canceres de mamas y ovarios.

De este último caso solo sé lo que he leído y no es mucho.

Del caso de los musulmanes tengo mas referencias personales y por eso he tratado de aportarlas al relacionarlas con el interés que despertó en mi, el e mail del que les hablaba.

Y para cerrar el tema, creo recordar que también entre nuestros monarcas se han dado casos de deficiencias o enfermedades hereditarias por las mismas razones, pero no recuerdo si fueron todavía entre el final de los Austrias o ya en plena época borbónica.

Pero en cualquier caso lo que parece ser ahora una evidencia, es que la ENDOGAMIA puede que no sea la única razón para las mutaciones genéticas desafortunadas, pero quizás si pueda ser una causa más para ellas y por lo tanto un riesgo evitable.