María Dolores Devís (MAYDO). Estilista de moda, asesora de imagen y personal shopper.
Siempre debemos recordar que la piel que cubre el rostro es la más expuesta al polvo y contaminantes ambientales. Los elementos la llenan de impurezas, también la contaminación y el estrés que sufrimos impiden muchas veces tener un rostro resplandeciente.
La limpieza de la cara es una rutina inexcusable que debe seguirse tanto por higiene como para mantener el cutis más joven y luminoso. La limpieza de cutis es un procedimiento no agresivo que tiene como objetivo mejorar el aspecto de la piel, corregir la dilatación de los poros, eliminar las células superficiales y extirpar los puntos negros y los microquistes que van apareciendo con el tiempo.
Una piel sin impurezas aprovechará más fácilmente los beneficios de cualquier producto, por lo que es muy recomendable cuidar el rostro cada día con los productos más adecuados para cada tipo de piel. Por ello debemos de pensar lo importante que es una limpieza de cutis.
Es una forma de quitar las impurezas de la piel mediante la aplicación de técnicas establecidas con la finalidad de limpiar la piel. Aunque no se maquille, es necesario limpiar la piel a diario, para eliminar restos de crema, contaminación, grasa, etc.
Debemos recordar que aunque cada día nos limpiemos el cutis, sería aconsejable que nos hagan alguna limpieza facial realizada por un profesional.
Es muy importante retirarse bien el cabello de la cara, y sobre todo, disfrutar del proceso, pues es muy relajante dedicarte un tiempo a ti misma.
Aunque nos limpiemos la piel todos los días, siempre quedan restos, que exigen un tratamiento más profundo.
Retirar el maquillaje: La limpieza de cutis requiere de una limpieza previa. Si usas maquillaje limpia tu rostro con una crema, jabón, gel, desmaquillador, etc. Usar un algodón con gel limpiador y pasar suavemente por el rostro, especialmente en la zona del contorno de ojos y la frente, ya que es donde se concentran las impurezas del maquillaje.
Limpieza de rostro: Una toallita húmeda o kleenex limpiará tu rostro de impurezas del día. Este paso limpia los residuos o restos de base o maquillaje. Usar una toalla de cara y humedecer con agua y jabón. Luego lavar el rostro. También puedes usar un tónico limpiador con algodón para dar toques de limpieza a tu cutis.
Baño de vapor: Una baño de vapor consta en colocar tu rostro sobre un recipiente con agua muy caliente y dejar que el vapor esparce en tu rostro 20 minutos aproximadamente. La finalidad es abrir los poros y extraer las impurezas, como los puntos negros. También se puede emplear un vaporizador. En este paso te lo puede hacer un profesional.
Exfoliación: La exfoliación sirve para limpiar profundamente cualquier partícula de impureza que haya en el rostro, solamente se tiene que aplicar una crema o jabón exfoliante, con suaves masajes circulares en el rostro y cuello y enjuagar con abundante agua fría. Este proceso elimina las células muertas de la piel de forma más eficaz que un simple lavado.
Humectación: Este paso consta de humectar o suavizar tu rostro con una crema hidratante de uso regular o especial para un tipo de cutis graso o seco. Lo recomendable es que para pieles grasas se use un tónico o astringente facial para no estimular el brote de espinillas o barros. Las pieles secas o normales pueden emplear un hidratante, incluso con propiedades antiarrugas. Este paso es importante para no agredir el rostro con jabones o geles limpiadores con alcohol y otros componentes que resecan nuestra piel.
Cuidado con los labios y los ojos
Los labios y los ojos son especialmente sensibles. Los labios tienden a resecarse con facilidad y por ello es bueno humectarlos durante el día con labiales o cremas ricas en vitamina E y retinol. Y la piel del contorno de los ojos es muy delicada y está sometida al constante movimiento de los párpados y a la sequedad que provoca el maquillaje y la acción de los rayos ultravioleta.
Utiliza una loción para la zona de los ojos rica en colágeno, ya que renueva las estructuras dañadas y nutre la piel en profundidad. La vitamina C es un poderoso antioxidante y la cafeína estimula la microcirculación, por lo que deberás elegir productos que contengan estos ingredientes. Aplícalos por la mañana y por la noche con suaves movimientos circulares y ligeros golpecitos con los dedos para favorecer la circulación de la sangre. Lo más recomendable es que acudas a un especialista para que te indique cuál es la mejor opción para tu tipo de piel.
